Atari: 40 años de existencia y los mejores 10 juegos para la 2600 | Forum

Cuando los videojuegos eran apenas un pasatiempo para los desarrolladores en su tiempo libre, un Nolan Bushnell de 30 años buscó la manera de abrirse camino y llegar a niveles que jamás se habían pensado: el surgimiento de la industria del ocio digital.

Tras fracasar rotundamente en su primer intento con Computer Space (un plagio a todas luces de Spacewar), el apasionado de la informática decidió no bajar los brazos y –con los 250 dólares que había conseguido por las ventas de su juego- fundar una pequeña empresa llamada Syzygy, pero el nombre ya estaba tomado. Finalmente, el joven emprendedor se decantó por un título más accesible y fácil de pronunciar. Fue así como nació Atari.

Aparecida en 1972, Atari cumple 40 años de existencia, un lugar para la nostalgía y los recuerdos. Por esa razón, les presentamos un conteo especial de los 10 mejores juegos para el Atari 2600.

Pong

La primera idea de Bushnell luego de fundar su compañía fue crear un simulador de carreras para cautivar al público ajeno al entretenimiento digital; sin embargo, las limitantes de la consola provocaron que en su lugar se diera paso a una propuesta un poco menos ambiciosa, por lo que el fundador de Atari se inclinó por un juego no tan “novedoso” en el mercado: Pong.

Este clásico reconocido por todos los que se precien de ser jugadores, llegó en principio como una consola individual que solo contenía el simulador del deporte blanco, sin embargo, luego de la aparición del Atari 2600 se diseñó una adaptación a la consola, convirtiéndose en éxito inmediato. La mecánica era… bueno, ustedes ya lo saben.

Pitfall

Pionero del género de plataformas, este juego de Activision marcó record de ventas al ser el segundo título más vendido de la consola (después de Pacman) con 4 millones de unidades distribuidas.

El objetivo del juego era reunir 32 tesoros en 20 minutos avanzando por parajes selváticos llenos de trampas con cocodrilos, serpientes y escorpiones al puro estilo del mismísimo Indiana Jones. A diferencia de otros juegos, Pitfall presentaba 256 pantallas interconectadas, donde el protagonista debía subir, bajar y saltar para esquivar los peligros y llegar al final del juego.

Todo un clásico que rompía con la monotonía de la época.

Space Invaders

El padre de los llamados “mata marcanos” apareció en el Atari 2600 ocho años después que su contraparte para arcadias; sin embargo, en ese entonces el simple hecho de tener en tu casa algo que sólo podías jugar en maquinitas (y con dinero extra) se convirtió en todo un fenómeno, uno que sin lugar a dudas representó gran parte del éxito de las consolas caseras.

La temática de la obra de Tomohiro Nishikado, creador del juego, fue tan sencilla como adictiva: un puñado de extraterrestres descienden lentamente de las alturas para intentar invadir el planeta, por lo que corresponderá al jugador exterminarlos y conseguir la mayor cantidad de puntos posible.

Space Invaders se convirtió en una “killer app” para el Atari 2600, ya que su lanzamiento cuadriplicó las ventas de la consola en poco tiempo. El título tiene el record del juego más vendido de la plataforma.

Frogger

Una rana que debe eludir las peripecias de una transitada avenida (carretera), saltar en troncos, sobrevivir a las mandíbulas de hambrientos cocodrilos y llegar a su hogar, ¿cómo podría fracasar un concepto tan fresco? En efecto, Frogger no fracasó y de hecho se convirtió en uno de los símbolos más reconocidos de la industria jugona (incluso hasta nuestros días).

El juego desarrollado por Konami ha conseguido diferentes menciones en diversos medios (¿alguno recuerda su aparición en Seinfeld?) y logró posicionarse dentro de la lista de los 10 mejores videojuegos de todos los tiempos en Killer List of Videogames.

Keystone Kapers

Mucho antes de jugar a policías y malvivientes en Grand Theft Auto, Activisión lanzó para el Atari 2600 Keystone Kapers, un título que ponía a los jugadores en los zapatos de las fuerzas de la ley mientras perseguían a un ladrón de tiendas a través de varios pisos de un centro comercial.

El jugador tenía que esquivar pelotas que rebotaban por todo el lugar, radios a todo volumen, aeroplanos de juguete y carritos de compras. Cada vez que algunos de estos obstáculos golpeaban al héroe, este perdía velocidad en la persecución, por lo que el ladrón tomaba más ventaja.

La pantalla sólo cambiaba de color y dejaba como única posibilidad el subir y bajar escaleras o transportarse en el elevador para desplazarse por los cuatro niveles.

Boxing

El mundo deportivo siempre ha sido un terreno muy fértil dentro de la industria de los videojuegos: desde el antiquísimo Tennis for Two hasta los representantes futboleros, la actividad física virtual nunca ha quedado sin representante dentro del ocio digital.

Boxing fue uno de los primeros juegos dedicados al arte pugilista, presentando un control básico (un botón para golpear izquierda, otro para la derecha) y la posibilidad de competir contra otra personas. La vista del jugador era desde un ángulo superior, por lo que lo único que podía verse eran las extremidades superiores y la cabeza de los combatientes.

Un juego simplista –como todos los de la época- pero muy divertido si se jugaba competitivamente con un amigo.

Adventure

Adventure fue unas de las primeras aventuras gráficas en el mercado y uno de los juegos más exitoso durante los inicios de la consola. La trama introducía al jugador en la travesía de un caballero en busca de un grial o cáliz sagrado, enfrentándose en su paso por castillos y laberintos a fieros dragones que resguardaban las codiciadas llaves que permitían seguir avanzando en el juego

El protagonista era ni más ni menos que un cuadro con patas y los dragones causaban cierta gracia más que temor. Sin embargo, el juego tenía un elemento en particular que aún en la actualidad es recordado por especialistas y jugadores: la introducción deun easter egg o huevo de páscua.

Su creador, Warren Robinett, ante la inconformidad de no aparecer en los créditos, introdujo un pixel que, cuando era colocado en un lugar determinado aparecía la leyenda Created by Warren Robinett en pantalla, un detalle que ha inmortalizado al título.

Breakout

La mayoría quizá reconozca este juego por su integración en un sinfín de teléfonos móviles, pero sus orígenes se encuentran inmersos primero en las arcadias y luego en su posterior llegada la plataforma de Bhushnell. El objetivo del juego era rebotar la pelota sobre una plataforma que se movía de izquierda a derecha y romper todos los bloques ubicados en la parte superior de la pantalla sin que la bola cayera al vacío.

El puntaje máximo que podía conseguirse en el juego era de 896 puntos, presentando dos pantallas de bloques con 448 puntos cada una.

Circus Atari

Muy similar a Breakout, en Circus el objetivo era rebotar en un trampolín a dos sujetos (equilibrista y payaso) para romper la mayor cantidad de globos posibles (globos cuadrados, por cierto) que se desplazaban en tres hileras de izquierda a derecha o viceversa.

Cada vez que alguno de los personajes entraba en contacto con los globos, este rebotaba y salía disparado a diferentes zonas de la pantalla, por lo que el jugador debía estar a las vivas para atinar donde caía. Caso contrario, se perdía una oportunidad y el muñequito quedaba patas arriba con la cabeza hundida en el piso (fractura expuesta de columna).

Parachute

Este juego llegó justamente en el año de mayor esplendor para la industria de los videojuegos y a muy poco de su caída en la tinieblas. Lanzado en 1983, Parachute se trataba de un personaje que caía en su paracaídas (de ahí el nombre) esquivando helicópteros, globos aerostáticos, pájaros y nubes, todo para aterrizar sano y salvo en tierra.

El juego fue uno de los pocos ejemplos en los que Atari utilizó música de fondo, algo impensable actualmente, pero extremadamente raro para la época.

No se puede pensar en la industria de los juegos sin tomar en cuenta a esta empresa tan emblemática, la cual hizo surgir la idea de que los videojuegos podían llegar a ser algo importante, aunque también es justo decir que contribuyó a su momentánea caída.