Continuación del Día 23. (Tercera parte) | Forum

-¡¿Cómo es qué…tú?!

-Tú lo has dicho…no soy de esta época.

 

Estaba atónito ante tal revelación que yo ya venía sospechando, pero…¿Qué sigue? Ella ya había bajado el arma y yo por el contrario, tensaba mis dedos alrededor del gatillo, esperando la menor provocación para dispararle, porque para ser sinceros el dolor de la golpiza se había desvanecido por la sorpresa de ver a aquella misteriosa chica portando la Malagueña.

 

-Baja el arma, que no me dispararás y tampoco yo pienso hacerlo.

 

Decía ella con un tono mezcla de fastidio y enojo, se nota que le dolían aun los golpes que logré propinarle. Pero la seguridad que demostraba al decirme esto me estaba asustando; ella estaba asegurandomelo, yo no le dispararía, y sí, las ganas de hacerlo cada vez iban disminuyendo. 

 

Muy a mi pesar y con el miedo de estar cayendo en un trampa, bajé mi pistola y traté de ponerme de pie sin quitarle en ningún momento los ojos de encima, más sin embargo, al momento de reincorporarme el dolor de todas mis heridas regresó de golpe y mucho más agudo, haciéndome casi imposible el mantener la vertical. 

 

El rostró de ella cambió por completo a una expresión de tranquilidad y a paso lento se fue acercando a mi, mientras que yo intentaba no quebrarme de dolor, ocultandolo trás una cara de soberbia y arrogancia. Cuando estuvo lo suficientemente cerca mío me dijo:

 

-Los SHARKS tienen buena reputación de donde yo vengo, nada mal para un anciano.

 

…¿Anciano? Obviamente no entendía de que estaba hablando, y acto seguido empezé mi interrogatorio.

 

-¿De dónde vienes exactamente?

 

-Te lo explicaré de camino a la base.

 

¿Pero qué confiansita era esta? Ella estaba al tanto de la segunda base, lo cual no me sorprendía mucho ya que desde que la ví, supuse que ella sería una viajera que vendría del futuro; ¿era eso posible? La tecnología que ella poseía era demasiado avanzada y nunca antes había visto cosa que se le acercara. Y yo, paralizado de curiosidad, esperando descubrir más secretos de ella por mi mismo, no tuve más remedio que seguirle el plan. Me dió la espalda y mandó sus manos a su espalda, en señal de querer ser esposada. Entendí lo que pretendía, pues la pelea y los desastres causados en ella, no tardaron en llamar la atención de la gente que transitaba la calle. Así que tomé de atrás de mi cinturón las reglamentarias esposas y fingimos que estaba siendo detenida. De mi chaqueta saqué mi placa como SHARK y la usé como lanza para abrirme paso entre la gente que miraba morbosa la situación. 

 

-¡Espera!

 

Ella exclamó detendiendose de golpe.

 

-Aprieta el logotipo de mi mochila.

 

Una vez más con el miedo de estar cayendo en una trampa, me debatí por unos segundos que hacer, sería la muerte más estupida, uno de los mejores SHARKS, cayendo como vil cordero ante una vieja trampa de esta estirpe…Y aun así, hice lo que me pidió. 

 

-Bip.

 

Sóno en mecanismo cuando lo apreté y por cautela apunté mi pistola contra su cabeza mientras ella estaba dandome la espalda, sin preocuparse en lo más mínimo por mi reacción. Escuché golpear entre los escombros como si piedras estuviesen golpeando contra la pared; era la pieza de armadura que le había arrancado durante el conflicto. Ví a través del ahujero de la pared, la pequeña pieza moverse por si sola, como si la estuvieran llamando, moviendose torpemente entre los restos de pared, una vez librados, salió disparada hacia su mochila, golpeandome ligeramente en el pecho, pues me encontraba en trayectoria, era como si hubiese usado un poderoso imán. Tomé la pequeña pieza de mi pecho y sujetandola con los dedos, me giré en dirección a la chica, sentía aun la fuerza de atracción que ejercía la mochila hacia la pieza y esta terminó por arrebatarmela de los dedos.

 

-Es un sistema de recuperación. Tranquilo, ya no tardan en inventarlo.

 

Bueno, confirmado está, ella viene del futuro, cuantas dudas y preguntas inundan mi cabeza en este momento, pero debo seguir. Puse mi mano izquierda por delante de su hombro mostrando mi placa y con la derecha la encañonaba. La gente sabe muy bien que no deben interponerse entre el camino de un SHARK, pues nuestras libertades nos permiten ciertos «excesos» en caso de que tuvieramos problemas; sin embargo, escuchaba todos los murmullos de la multitud llamandome asesino, llamandome verdugo y claro está, reclamando que la joven no tenía culpa alguna. Finalmente, tienen razón, somos asesinos…y nos hacemos pasar por los buenos.

 

-¿Vienes del futuro?

 

-Si.

 

-¿De qué año?

 

-2068.

 

-¿Tienes 26 años?

 

-25.

 

-¿Ha qué has venido?

 

-Es bastante complejo, pero descuida, todas tus dudas serán aclaradas con el tiempo. Por ahora, tendrás que conformarte con saber que estoy de su lado y mi misión es trabajar en equipo con ustedes.

 

-¿De nuestro lado? ¿Qué hay con la bomba en el edifcio? ¿Los asesinatos? ¿Todo eso lo causaste tú?

 

-No, precisamente, esos hechos son el ¿por qué? de mi viaje. Y las cosas se complicarán si te sigo explicando aquí.

 

Finalmente llegamos a la cafetería de donde había partido, en frente se encontraba estacionada la Debazer. No esperaba regresar con un prisionero. Al acercarnos a la moto, ella se adelantó y sin que le dijera palabra alguna, se subió a la moto dandole la espalda al manubrio.

 

-¿Qué estas haciendo? 

 

Pregunté al ver la rara pose que había tomado para subir a la moto.

 

-¿Qué parece? Si me subo atrás me caeré porque no me puedo sujetar de nada por las esposas.

 

…super…Abordé la Debazer y conduje rumbo a la base, sin embargo aun quería preguntarle muchas cosas, pero mientras conducía, no podía evitar mirar de reojo su rostro, los golpes que le dí ya habían hecho moretón, aun así seguía viéndose preciosa, sus ojos aun provocaban una extraña sensación en mí. Realmente me sentía extraño con su presencia. Ella poso su rostro en mi hombro y me dijo:

 

-Hueles a huevo.

 

…evidentemente se percató del olor del cual se impregna mi chaqueta cada que voy a un lugar de comida. Me sonrojé por el comentario y…un momento…¿me sonrojé por el comentario? Definitivamente estar con ella me hacía estragos en la mente; ¿pero por qué?

 

-¿Cómo te llamas?

 

-Morgan.

 

Decía ella con una voz cansada, parecía que se estaba quedando dormida sobre mi hombro, ya no faltaba mucho para que llegaramos a la base. Pero se hacía tarde, y el tráfico se iba a dejar caer pronto.

 

-¿Por qué tienes mi pistola?

 

-Es un regalo…Como una herencia. Quiero ver a mamá.

 

Al decir esto último cayo dormida en mi hombro, era bastante rara; pero, solo yo tengo esta pistola…¿se la heredaré en el futuro? ¿ella tiene que ver conmigo y mi futuro? mientras más tiempo pasaba con ella más dudas surgían. ¿Cómo es que se relaciona ella conmigo?

 

Llegamos a la base y eran cerca de las 5 de la tarde, la tomé en brazos y la lleve adentro. Todo el personal ponía la mirada sobre de mí, al ver mi logro. En ese momento, Santiago se apareció en la entrada de la base, al mismo tiempo Morgan despertó en mis brazos y me pidió que la bajara. Santiago la miró extrañado, pero supo al ver mi expresión en mi rostro que se trataba de quien estabamos buscando y dijo:

 

-Llevala a la celda para elegidos. 

 

Lo dijo con un tono serio y frío. Estaba seguro de que la culpaba por la muerte de su tío. No pude defenderla en esos momentos, porque no había nada que avalara su historia hasta ahora. Morgan confiada como ya era costumbre en ella le contestó a la orden de Santiago:

 

-Relajate SHARK, soy de su equipo, creaslo o no. Descuida, conosco el camino a la celda.

 

Santiago volteó a verme con enojo en su mirada, sentía una especie de traición por mi poca reacción ante lo que estaba ocurriendo, y quizá, solo quizá, sospechaba una complicidad entre nosotros.

 

-¡Seguridad! Escoltenla a la celda usen el medio que sea necesario y disparen si detectan amenaza.

 

Cinco soldados que se encargaban de la seguridad de la base rodearon a Morgan, dos con bastón eléctrico, tres con rifles de asalto. 

 

-No la lastimen, no es tan débil.

 

Dije yo, mientras Morgan escuchaba esto, volteó hacia mi una última vez ese día y me dedicó una sonrisa. Santiago me tomó del hombro y dijo:

 

-¿Qué sabes de ella?

 

-Viajó en el tiempo, me ha dicho que es de los nuestros, sin embargo su misión aun no la revela; pero afirma que no tiene que ver con los atentados.

 

-¿Por qué no acabaste con ella? o mejor aun ¿Le has creido todo lo que te ha dicho?

 

-No creas que no lo intenté, pero posee tecnología muy avanzada. Tu viste lo que hizo antier…Hoy pude haber muerto a manos de ella…pero no me mató. Si la he traído aquí, es para sacar algo más de información.

 

-¿O será que has caído en su plan?

 

-Creeme, he estado temiendo eso todo este tiempo. Pero…cuando me le enfrente, ella desenfundó una pistola igual a la mía.

 

-¿La Malagueña?

 

-Si.

 

Santiago y yo nos quedamos muy pensativos acerca de como proceder ante este nuevo personaje. Sin duda mañana sería interrogada por el alto mando y ya sea por las buenas o por la fuerza tendríamos respuestas. Me retiraba a la enfermería a curar mis heridas y dormir el resto de la tarde cuando Santiago me dijo despidiéndose mientras se alejaba dandome la espalda.

 

-No creas que no me he dado cuenta. Se parecen mucho.

 

…Vaya atrevimiento, si bien era uno de los pocos que sabía de mi secreto…Aunque ahora que lo pienso, se parecen bastante; ¿cómo es que no lo noté antes?…¡Wow! Alto ahi….¡o dios mío!…¡se parecen bastante!….

 

-…Ay no.