Continuación del Día 23. | Forum

-…Tú no eres de esta época.

 

Y apreté el gatillo.

 

La bala salió con trayectoria a su corazón, acabando con su vida en un instante; de no ser porque la bala atravesó su cuerpo sin provocar ninguna reacción por parte de ella; la bala simplemente pasó a través de su cuerpo como si se tratara de un fantasma. Ella lentamente sacó su mano de la mochila ante mi mirada atónita. Noté que sostenía algo, un artefacto, pequeño, color negro y un ojo de metal que desprendía una especie de laser azul. Ya había visto esta clase de cosas, sabía lo que era; y repentinamente me di cuenta como un niño que olvida la tarea.

-¡Imagen proyectada!

 

Grité al mismo tiempo que mi mirada empezó a dirigirse al balcón que se encontraba justo arriba de mí. La perspectiva no me ayudaba a visualizar nada, así que me moví siempre con la Malagueña apuntando a la dirección de mis ojos. Apenas tuve un mejor ángulo de visión, cuando la ví saltar del balcón directo hacia mí. Esos segundos transcurrieron como en cámara lenta, veía cada detalle de la escena maximizado; y vi como una extraña coraza proveniente de su mochila empezaba a ajustarse perfectamente a su cuerpo. Apenas si tuve tiempo de reaccionar, dar un giro rápido y quitarme antes de que me cayera encima.

 

Al girar pude ver su rostro por última vez, antes que un casco, complemento de su armadura, se dibujase al instante; jalé el gatillo trés veces intentando acabar con ella de una vez por todas, pero ya era tarde, su coraza estaba completa y los disparos, todos a la cabeza, rebotaron como canicas en ladrillo.

 

-¡No otra vez!

 

Mis disparos eran inutiles, maldita sea el queso de bola. Aun terco con esa idea empezé a dispararle en otras áreas intentando mermar un poco su escudo, pero todos los intentos en vano. Y para empeorar la situación, cuando disparé la última bala de mi cargador, ella estaba a menos de un metro de mi. Ahora me aterraba saber que si ella podía romper muros como si se tratase de papel, lo que podría hacerle a mi cuerpo. Me mantuve en plan defensivo, esquivando con la mayor maestria posible sus golpes; aparte de todo, estaba entrenada en artes marciales…siempre, ¡siempre!, estan entrenadas en artes marciales. Hay una regla de oro cuando se está peleando mano a mano con una mujer: 2 de cada 5 golpes serán a los testículos, y por suerte para mi, conocía esta regla, sin embargo, sus ataques eran rápidos e implacables. No tardó mucho en encontrar un momento para patearme la muñeca derecha y despojarme de mi pistola.

La Malagueña voló por encima de nosotros a causa de su patada y me pareció peculiar la manera en que ella nunca la perdió de vista. Ella quitó totalmente la tención de mi para enfocarse a la trayectoria del arma, como si le preocupara que se perdiera o algo por el estilo. Y esa era una oportunidad que no podía desaprovechar; le salté encima aplicandole un candado al cuello. Ella de inmediato se dió cuenta de su error y empezó a forcejear para librarse; como noté que mi llave no esta haciendole ningun daño, tomé impulso desde atrás de ella para sacarle de balance, tomarla por la parte de atrás de su casco y llevarla hasta estrellarla con el muro de mi izquierda.

 

Ahora, si 3 balazos en el casco no funcionaron: ¿Qué me hizo pensar que eso si? Pero no podía simplemente esquivar todos sus ataques y esperar a que muriera de cansancio. Aun cuando el golpe causo un gran hoyo en el muro, ella simplemente se giró y comenzó su avalancha de golpes. Se movía con mucha habilidad, creo que su armadura le ayudaba demasiado. Y cada golpe que lograba bloquear, me dejaba terriblemente adoloridos los antebrazos, que sentía reventarían en cualquier momento. Fue entonces que de un rodillazo me mandó desde el extremo izquiero del callejón hasta la parte media. Una vez más lo había detenido con los antebrazos en forma de cruz, cosa que me los dejó insensibles por varios segundos; lo cual no importaba mucho, ya que se acercó a mi con su singular velocidad y dió una patada giratoria hacia mis pantorrillas. Ni siquiera había terminado de caer cuando su mano derecha me sujeto por el tobillo; me dió 2 giros completos a toda velocidad y se detuvo bruscamente colocandome la palma extendida de su mano izquierda en el estomago suspendiendome en el aire. 

 

¿Pero que carajo? Me encontraba suspendido en el aire solo por el hecho de que su mano estuviera haciendo contacto conmigo; no sentía ya los efectos de la gravedad, me sentía como una pluma. Aun no aterrizaba la idea de lo que sucedia cuando comenzé a girar sobre mi estomago, como si fuera una batidora. Una onda de energía muy tenue se formó alrededor de toda su mano y de repente salí expulsado a toda velocidad contra el muro que se encontraba atrás de mi. Para mi mala suerte, volví a sentir que la gravedad ejercía fuerza sobre mi cuerpo; me estrellé por completo contra el muro sintiendo mis pulmones tocar mi columna. Apenas intenté moverme un poco y el dolor del impacto me hizo arrodillarme y toser un buche de sangre. Estaba demasiado adolorido, levanté un poco la mirada y ví como sus pies se venían acercando lentamente. La muy maldita no me dió tiempo de nuevo, me tomó por el cuello de mi chamarra, me arrastró y dandome otro giro me lanzó contra una de las ventanas, haciendome irrumpir de mala manera en la casa del callejón.

 

Por fortuna para los inquilinos, se encontraban fuera, ya que causé mucho desastre al entrar de tan singular manera. Entre el polvo generado, empezé a ponerme de pie, supongo que la adrenalina me estaba haciendo evitar mucho más del dolor que actualmente sentía. Pero esa silueta negra se acercaba nuevamente a paso lento. Usó sus manos para destruir más el hueco de la ventana y así entrar sin problemas; yo por mi parte me tropezé solo con una de las sillas, pues nos encontrabamos en el comedor de la casa. Sujeté una silla por las patas traseras pare reincorporarme de manera rápida, y sin soltarla se la estrellé en la cabeza…obviamente sin causarle daño alguno. Solo quedaron las patas de las sillas pegadas a mis manos, ella permanecía inmovil, como humillandome, sabía que no lograría hacerle daño alguno. Le golpeé nuevamente con una de las 2 patas de silla que aun sujetaba; esta se rompió y sin hacerle daño a su casco se hizo añicos produciendo que las astillas volaran por el ambiente. Ella se limitó a sacudirse ligeramente las astillas de su casco…

 

¡Eso es! ¡No ve si tiene sucio el casco! Sujeté fuertemente la pata de silla restante y en vez de pegarle cual si fuera un garrote, lo sujeté como lanza y embestí hacia su casco con el fín de producir más astillas para bloquearle la visión; así que apenas vi que retrocedió un poco, y a sabiendas de que había descubierto mi estrategia, me escabullí rumbo a la cocina de la casa, que para mi suerte se encontraba contigua al comedor, esperando encontrar harina, manteca o yo que se alguna webada que lanzarle a la cara. Furiosa, partió el muro que conectaba la cocina y el comedor y yo sin tener nada aun. La sentía a menos de un paso de mi, cuando el destino pone en mis manos una maceta pequeñita que se encontraba cerca del lavabo. Solo tenía una oportunidad, me lanzé hacia ella cuidando la maceta como si fuera el santo grial, ella lanzó una patada, me agaché justo a tiempo, me levanté para sujetarle la pierna y a esa distancia, con su pierna casi en mi hombro era imposible fallar y mucho menos si se trataba de mi. 

 

Le restregue la pequeña maceta por todo el casco asegurandome que no fuera a ver nada; y pareció funcionar. Se alejó rápido de mi intentando quitar lo más rápido posible la tierra de su casco. Era ahora o nunca que lo que había planeado diera resultado porque me jugaría la vida. Corrí hasta ella y la abracé, empecé a manosearla metiendo mis manos por todos los lugares posibles, desde atrás de las rodillas, hasta el cuello, sin dejar un solo lugar sin recorrer, esperando que tuviera razón. Sorprendida por mi nueva tactica pero aun sin visión comenzó a manotear y lanzar cabezazos de los cuales me lleve bastantes, pero la corta distancia a la que nos encontrabamos no permitía que tomara el impulso suficiente para hacer de esos golpes algo letal. Cuando mi mano derecha pasaba por su hombro izquierdo, escuché el sonido más glorioso en esos momentos.

 

-Click.

 

Un botón atrás de su hombro comenzó a retirarle la armadura poco a poco de su cuerpo, dejando solo una especie de protector en el hombro que se conectaba a su maleta que tenía en la espalda. Al fin veía su rostro otra vez, pero su mirada había cambiado, ya no eran esos ojos confiados y seductores, eran ojos de terror como los de un ciervo mirando a un tigre. Giré mi cuerpo, arranqué el protector que tenía en el hombro, arrojandolo contra los escombros de la casa y logré conectarle un golpe apenas con el codo en la cara, ella aun anonadada por mi descubrimiento retrocedió aun con terror. Pobre de ella, el ver correr su sangre por la nariz fue la motivación que necesitaba, pues ese momento me llenó de fuerza y energía; así que sin piedad alguna cargue con toda mi fuerza un derechazo que impactó de manera épica en su mejilla izquierda, regresandola de la cocina al comedor; creo que en ese momento ya no me importaba herirla en la cara, pensaba con algo de alegría.

 

Sus ojos perdidos, su nariz sangrando, sus piernas temblando, su cabello ondeando…Le voy a ganar. Tomé carga nuevamente y sin dejarla recuperarse de tan tremendo impacto y la embestí con la cabeza en el estómago, sujentandola de las piernas y llevándomela hasta la pared del fondo y estamparla contra la pared. Pude escuchar el momento en que la pared y mi cabeza compactan su cuerpo y ella solo es capaz de emitir un sonido gutural:

 

-¡Bleurgh!

 

Más sin embargo, no parecía del tipo de personas que son derrotadas por esa clase de ataques. Sujetó con sus manos parte de la pared, se levantó lo suficiente para colocar sus piernas alrededor de mi cuello y se empujó usando los brazos para hacerse girar y derribarme. Más sin embargo, yo no soy del tipo de personas que caen tan fácil…excluyendo por la golpiza anterior, y sin dejarla dar el giro completo, la sujeté fuerte por el pantalon, evitando que cayera y me llevara consigo. Con sus piernas en mi cuello apretando y yo sosteniéndola a ella por las caderas, las opciones no eran muchas.

 

-Es mi turno.

 

Giré rápidamente golpeando su cabeza contra la pared, acto que automaticamente la noqueó por unos segundos obligandola a soltarme del cuello. Todo eso también me estaba debilitando a pasos agigantados y no iba a durar mucho más. La tomé del pelo y con intenciones de volverla a estrellar contra la pared, llevé su cara a toda velocidad…pero lamentablemente para mi, alcanzó a reaccionar lo suficientemente rápido para poner sus manos en la pared y detener el impacto. Se reincorporó  demasiado pronto y comenzó nuevamente con otra ronda de ataques marciales a los cuales tuve que ponerme en posición defensiva y llevarme varios de los golpes. Se arrodillo frente de mi y en un momento que tuve la guardia baja, colocó su palma extendida en mi estómago y…

 

-…Tiene que ser una br…

 

Salí disparado nuevamente, esta vez sin girar y salí curiosamente por el hueco por donde había entrado a la casa en primer lugar. Mi visión ya era borrosa y no dejaba de toser; aun que esta vez no me había topado con un muro, el simple hecho de caer sobre el duro asfalto es bastante castigo; en eso, al final del callejón la ví: ¡La Malagueña!

 

Si lograba llegar a ella y recargarla, ahora que se encontraba sin su armadura. Gateé lo más rápido que mis heridas me lo permitían. La tomé con la mano izquierda, liberé el cargador vacío, bajé la muñeca y un dispositvo hubicado en mi brazo izquierdo cargó automaticamente la pistola, me giré sobre mi espalda…Ella ya estaba trás de mi, le apunté con la pistola, pero ella sangrando de la nariz y la boca, con la cara hinchada, también me tenía apuntado con un arma. 

 

Me quedé quieto, no sabía que es lo que seguiría. Increiblemente para mi en ese instante, bajó el arma y la giró. Yo me encontraba tan sorprendido por ese acto. ¿Qué significa? Cuando mi visión me permitió enfoncar más pude ver detalladamente el arma que sostenía…era…¡La Malagueña!

 

-¡¿Cómo es qué…tú?!

-Tú lo has dicho…no soy de esta época.