9:23 pm
Sudor Espeso
febrero 8, 2013
Acá va otra novela que empecé, planeaba terminar Gigantes de Lugton antes, pero por ahí leí que es buena idea escribir varias cosas a la vez por si se pierde el entusiasmo en una poder cambiar a la otra.
Olímπcos es el reboot de un webcomic que hacíamos un amigo y yo hace unos cuantos años, y que sólo fuimos capaces de llegar hasta el capítulo 5 de como 40 capítulos estimados :P. La premisa era básicamente tomar la Olimpiada de Matemáticas y meterle muchos aspectos exagerados del anime, incluyendo magia, entes sobrenaturales, muerte y duelos interiores como Ichigo vs Hollow Ichigo(Bleach) o Soul vs ese demonio que tocaba el piano(Soul Eater). Por desgracia en esos 5 capítulos esas cosas están casi ausentes, estaban pensadas para aparecer poco a poco XD.
Resulta que durante mi retiro con Persona 5 observé que desarrollaba muy bien muchas cosas que se abordaban en la trama que teníamos planeada para Olímπcos (que interactuaran físicamente con las ideas así, que se enfrentaran a sí mismos para que sus propios perjuicios no los autolimitaran(bueno, esto es más de Persona 4 :P) y también los personajes son un montón de adolescentes que no encajan en una sociedad que espera algo muy distinto de ellos).
Así que decidí pausar por un tiempo Gigantes de Lugton y darle una oportunidad a Olímπcos. Aquí les dejo el prólogo ^^
Prólogo
El corredor se torcía frente a ellos. La alfombra roja parecía formar una espiral y resaltaba al lado de aquel verde opaco de las paredes y el techo.
Sargon continuó caminando a paso firme y apresurado.
— ¡Espera!, Sargon — dijo Hayden, siguiéndolo de cerca — ¿no crees que deberíamos tener más cuidado?, ¡el corredor se acaba de torcer!.
— No pasa nada — contestó Sargon manteniendo su velocidad — Loki sólo nos está mostrando su apreciación artística.
— ¿Quieres decir que esa cosa que quiere tragarse a la Tierra puede… ? — Hayden empezó la pregunta.
— Ten cuidado por la forma en la que te refieres a él… o ella — Sargon lo interrumpió — recuerda que Loki tiene el control de todo lo que ocurre aquí en la Brecha, y sólo está dispuesto a dejarnos recuperar territorio de la Brecha si jugamos su juego y superamos sus propias pruebas. No te conviene enemistarte con él.
Cuando salgamos de esta le explicaré que ni siquiera sabemos si es posible enemistarse con Loki, no conocemos del todo qué clase de emociones puede sentir, pero es mejor no arriesgarnos.
— Pero Loki ya es nuestro enemigo — replicó Hayden.
Mientras recorrían el corredor torcido, los muros y el techo se volvían cada vez más translúcidos, tras los muros lo único que podía verse eran estrellas, como si el corredor estuviera en medio del espacio.
— Veo que todavía no lo asimilas — dijo Sargon — y es natural, dado que esta es tu primera misión en el Frente y que la prensa no para de llamar a este proyecto de cerrar la Brecha de las Bermudas como “La Guerra de la Humanidad contra Loki”. Incluso en la Olimpiada se habla mucho de nosotros como si fueramos guerreros.
— ¿…acaso no lo somos? — Hayden pareció un poco ofendido — nos estamos jugando nuestra vida por derrotar a…
— Para nosotros esto es una guerra — replicó Hayden —, pero para Loki esto sólo es un juego. No olvides que nosotros no le estamos quitando territorio a la Brecha, simplemente estamos siguiendo el juego que Loki nos propuso: nosotros resolvemos sus acertijos y él nos deja cerrar porciones de la Brecha.
Pronto el corredor ya no era visible y sólo podían guiarse por la alfombra, como avanzaran a través de un espiral rojo en medio del espacio.
Este corredor ya se volvió muy largo. ¿Qué estará planeando Loki ahora?, seguramente Hayden se siente algo confundido, ni la Olimpiada ni el entrenamiento en el Frente los preparan lo suficiente para entender a Loki… de hecho ni yo mismo lo entiendo, pero ya me acostumbré a este tipo de cosas, en cambio Hayden… ¡Hayden!, ¿sigue ahí?
Sargon desvió la vista para asegurarse que Hayden aún lo seguía. Cuando volvió a mirar hacia el frente, una estrella fugaz se aproximaba hacia ellos.
La luz blanca lo cegó y sintió que empezó a caer. Escuchó que Hayden caía tras él y gritaba en pánico
— ¡Contrólate! — lo reprendió Sargon mientras continuaban cayendo — incluso con las brechas creadas en la Olimpiada debiste haber experimentado cosas así.
Cuando la vista de Sargon volvió a funcionar, sintió que tocó el suelo con sus pies, pero como si simplemente hubiera bajado un escalón, no lo que se sentiría tras un minuto de caída libre.
— Nunca fue un minuto de caída libre — dijo Hayden mientras se incorporaba.
El lugar en el que ahora se encontraban era muy diferente a ese pasillo, esta vez estaban en un lugar abierto con el sol brillando en el cielo.
Estaban rodeados de edificios de piedra de una planta pero con grandes tejados rojos con inclinación profunda cerca de los bordes, el suelo estaba cubierto de losas anaranjadas desgastadas, pero lo que llamaba la atención es que frente a ellos había tres torres de metal con casi el doble de altura que los edificios que los rodeaban.
Había muchos discos de piedra de diferentes diámetros ensartados en las torres, los discos de mayor diámetro siempre estaban bajo los discos de mas pequeños.
Hayden movía el dedo mientras apuntaba a las torres
— Son 48 discos… ¡Estamos en … Hanoi? — Hayden parecía confundido.
— No lo creo — dijo Sargon mientras miraba a su alrededor — aunque esto parece el monasterio de las Torres de Hanoi, pero el máximo alcance teórico de la Brecha de Bermudas es la Península de La Florida, no es posible que llegue hasta Hanoi.
— Ahora que lo mencionas, ¿por qué en la Península de la Florida no parece haber efectos de La Brecha? — preguntó Hayden
— Es complicado — Sargon arrugó la frente — pero sobresimplificando las cosas… es como si quisieras mantener tu mano derecha alzada pero recoger algo que está en el suelo con tu mano izquierda. Loki tendría que descuidar gran cantidad de terreno sólo para alterar temporalmente la península.
— Aún así… — dijo Hayden tratando de justificarse — por un momento pensé que Loki podía mandarnos lejos de la brecha aunque no cambiara las leyes de la física en lugares tan lejanos.
— Si pudiera hacer eso — dijo Sargon — también podría aparecer misiles nucleares sobre todas las ciudades de la Tierra y dejarlos caer.
Hayden se estremeció.
— Aunque ahora que lo pienso — Sargon se tocó la barbilla — dado que Loki no ha mostrado interés en otra cosa además de hacernos seguir su juego, no creo que le interesaría lanzar los misiles si pudiera.
Se escuchó una voz burlona que parecía venir de todas las direcciones y al mismo tiempo sonaba muy lejana:
— ¡Qué perspicaz!.
— ¡Es Loki! — exclamó Hayden.
— ¡Humanos! — rió la voz — ustedes son muy raros, ¡deciden ponerme un nombre, y el de una deidad, nada más porque sí!.
“¿Raros?”, este engendro no escatima en arriesgar incontables vidas con el único propósito de divertirse con unos cuantos acertijos… ciertamente los matemáticos que no se unen al Frente están dispuestos a gastar la mayor parte de su vida tratando de resolver un problema y eso no es muy diferente a arriesgar la vida resolviendo uno, sólo es más lento.
— Perdón por interrumpirlos — se escuchó la voz de Loki — pero permítanme explicarles por qué los traje al monasterio de Hanoi, o mejor dicho, por qué alteré el espacio alrededor de ustedes para que imitara al monasterio de las Torres de Hanoi.
— ¿Ven los discos que hay en esas torres? — Loki continuó — deben de mover todos los discos a la torre de la izquierda, siempre tomando el disco superior de una torre para luego colocándolo sobre otra torre, y nunca colocando un disco más grande arriba de uno más pequeño.
— Como esta vez soy generoso — Loki rió — los dejaré que se tarden todo el tiempo que quieran…
Hayden empezó a abrir la boca para reclamar, pero notó que Sargon tenía los puños cerrados y estaba temblando.
— ¡¿Crees que somos idiotas?! — exclamó Sargon — los monjes han estado haciendo esta labor desde la antigüedad y seguirán haciéndola hasta el fin de los tiempos ¡¿esperas que nosotros podamos terminarlo?!..
Loki empezó a reír, primero sarcásticamente, y luego su risa se volvió más y más descontrolada.
— Vamos a hacer un trato — dijo Loki.
El cielo se oscureció, no había Luna, ni estrellas, pero las Torres de Hanoi desprendían un brillo blanco que era suficiente para alumbrar a Sargon, a Hayden y a los edificios del monasterio.
— Los dejaré seguir si logran encontrar la manera de colocar todos los discos en una única torre minimizando la cantidad de movimientos para esa torre, y sólo es necesario ejecutar los primeros 360 movimientos. Si lo hacen bien esos pocos movimientos, les creeré que saben cómo hacer el resto.
Se escuchó un trueno y al mismo tiempo apareció un relámpago en el cielo que dejó ver la silueta de algo parecido a un pulpo gigante formado de nubes que extendía sus tentáculos rodeando al monasterio.
— Me imagino que vas a pedir algo más — dijo Sargon — sería demasiado generoso de tu parte sólo volver más fácil el problema.
— Qué bien me conoces — ahora la voz de Loki provenía del cielo.
— Tú, Sargon — Loki elevó la voz — deberás de ser el que mueva los discos, sólo tendrás permitido gastar 10 segundos de tiempo para elegir entre movimientos.No te preocupes por cargarlos, los podrás teletransportar usando tu propia voluntad. Y además…
— Además ¿qué? — Sargon arqueó la ceja.
— La torre izquierda y la torre de la derecha tendrán un castigo asociado — respondió Loki — si la secuencia que elijas coloca los discos en alguna de esas dos torres, recibiras el castigo respectivo, si fallas en elegir la menor cantidad de movimientos o te tardas más de 10 segundos entre dos movimientos, recibirás ambos castigos y después ustedes dos morirán. La única manera de salir vivo y sin los castigos es que ejecutes correctamente los pasos para mover los discos a la torre central.
— ¿Castigos? ¿de qué hablas? — Sargon cerró el puño y lo elevó hacia el cielo.
— No te voy a decir cuáles son hasta que aceptes el trato — dijo Loki burlonamente — pero te daré una pista: son peores que la muerte.
— ¿Por qué de pronto estás ignorando a Hayden? — Sargon arrugó la frente — quieres que yo sea quien acepte el trato y que yo sea quien mueva los discos.
— Hayden te puede ayudar a planear el algoritmo — dijo Loki — pero no olvides que yo soy quien pone las reglas. ¿Aceptas el trato?
Sargon dió media vuelta y miró a Hayden.
— Acéptalo — dijo Hayden — si no lo haces nunca podremos salir de aquí, es lo mismo que una muerte segura.
— No lo sé… — dijo Sargon — bien pudo haber puesto esas condiciones desde el inicio, pero ahora quiere que yo acepte un trato primero, ¿por qué?.
— ¡¿Qué importa?! — Hayden no pudo contener más su desesperación — no hay otra salida, ¿Que puede ser peor que quedarnos encerrados aquí el resto de nuestras vidas?.
— ¡Hey!, ¡Loki! — Sargon volvió a mirar al cielo — ¿estás pensando en cambiar las reglas para el resto del Frente?, ¿de manera que ya nadie más tenga oportunidad de contener la Brecha de las Bermudas?.
— ¡Qué ocurrencias las tuyas! — rió Loki — por supuesto que no. Después de todo ello implicaría el fin de mi diversión.
Si no piensa cambiar las reglas para los otros matemáticos, lo peor que puede hacer es torturarnos, vale la pena arriesgarse con tal de poder salir de aquí.
— Acepto el trato — suspiró Sargon — ¡Muéstrame lo que tienes preparado!, ¡Loki!.
Las Torres de Hanoi se elevaron y apareció un espacio rodeado de barrotes bajo cada celda. El espacio estaba vacío bajo la torre central, bajo la torre derecha había una mujer de cabello castaño, y bajo la torre de la izquierda había un niño de alrededor de 6 años.
Volvieron a aparecer relámpagos acompañados de truenos.
— ¿Los reconoces?, Sargon — rió Loki.
Sargon mantenía su mirada en las torres y temblaba.
— ¡Maia! — gritó Sargon mirando a la mujer, luego miró hacia la izquierda— ¡Ensour!.
— Esos son… — Hayden estaba sorprendido — ¡tu esposa y tu hijo!.
— ¡¿Cómo es posible?! — Sargon cayó de rodillas — se suponía que estaban en Arawak, ¡los de la AIM me dijeron que se iban a asegurar de que Maia y Ensour jamás pisaran La península!.
— Estaban en la península — dijo Loki — quizá sólo te mintieron para tranquilizarte, diciendo que podían hacer algo imposible como controlar la entrada a la península… o tal vez fueron más lejos y te vendieron.
— ¡¿Vendieron?! — Sargon abrió los ojos y comenzó a mirar hacia arriba.
— No lo escuches, Sargon — dijo Hayden — quiere jugar con tu mente.
— Sí — Loki parecía disfrutar lo que decía — sabes bastante bien que tuve que sacrificar bastante territorio de la Brecha para poder traerlos hasta acá, tal vez los de la AIM pensaron que valía la pena colocarme ese cebo con tal de recuperar territorio. En este momento ya recuperaron más territorio que en los últimos 10 años, ¡seguro están celebrando!.
— ¡¿Quieres decir que ellos provocaron esto?! — gritó Sargon con furia.
— No lo sé — contestó Loki aún con la misma actitud — sólo digo que esto les beneficia mucho… y para mi no tiene precio el romper la mente del matemático más engreido del Frente.
— Por si no te quedaron claros los castigos — dijo Loki — si no transportas todos los discos a una torre minimizando los movimientos, todos aquí morirán. Si logras transportarlos, la torre con todos los discos se volverá tan pesada que aplastará lo que sea que se encuentre debajo de ella.
Hayden extendió la mano y apuntó al aire con el dedo índice, su dedo comenzó a dejar una estela blanca en el aire mientras lo movía formando varios trazos. Dibujó en el aire 3 torres pero con sólo 6 discos. Se tocó la barbilla y las miró fijamente. Luego comenzó a escribir abajo de ellas.
Sargon, confundido y todavía con las rodillas en el suelo, miró a Hayden.
— Resuelvo el problema — dijo Hayden — tú concéntrate en asimilar esto, necesitarás estar mentalmente estable cuando muevas los discos.
¡¿Cómo espera que me quede sin hacer nada mientras él resuelve el problema?!, yo soy el principal responsable de la misión, él sólo vino como mi ayudante, ¡es mi deber resolver el problema!.
— No te preocupes — dijo Hayden — no olvidaré todas las veces que me ayudaste cuando eras mi mentor en la Olimpiada. Varias veces llegué a pensar que no podía llegar más lejos, que entre miles de competidores, llegar a estar entre los mejores 3 era una una meta demasiado alta, pero me enseñaste a creer en mí mismo y no rendirme ante las derrotas.
— Me enseñaste a también el arte de resolver problemas — Hayden continuó —, déja que esta vez yo sea quien te ayude. Creeme que seguiré viéndote como el gran matemático que eres.
Sargon se incorporó, consideró responderle algo a Hayden, pero en aquel momento no salían las palabras y debía concentrarse en calmar sus pensamientos. Así que en lugar de hablar cerró los ojos.
Sólo existen las Torres de Hanoi, nada más existe, nada más me importa…
¡esto es por mi culpa! ¡yo acepté el trato!, ¡no! ¡fueron esos hipócritas de la AIM! ¡BASTA!
Sólo existen las Torres de Hanoi, no hay otra cosa importante…
— ¡Papá! —dice Ensour — ¿cuál es tu trabajo?
— Soy matemático.
— ¿Y eso qué es?
— Desentrañamos los misterios eternos y abstractos de este y otros mundos usando únicamente la razón.
— ¿Qué?
¡Muerte!, ¡él morirá!, ¡ella morirá! y será por mi culpa.
¡No!, ¡Sólo existen las Torres de Hanoi!… ¡nada más me importa!…
Sombras me rodean, una me mira fijamente y me dice:
— ¿Quién es el fracaso ahora?, fallaste como persona y como matemático.
¡No!, yo no existo, sólo existen las Torres de Hanoi.
— Te traicionaron — habló otra sombra — la IMA no te merece.
La IMA no existe, sólo existen…
Una sombra me golpea y casi caigo.
— ¿Qué vas a hacer cuando salgas de aquí? — dice la sombra que me golpeó — ¿¡vas a deshacer todo esto con tus teoremas!?, ¿podrás seguir sintiendo satisfacción tras resolver un problema?
Sargon todavía seguía intentando calmar sus pensamientos cuando escuchó la voz de Hayden:
— Ya lo resolví.
Sargon abrió los ojos y lo miró:
— ¿Y bien? ¿cual es la solución?.
— Sí recuerdas la solución del problema normal ¿verdad? — dijo Hayden — en el que todos los discos están en una torre y los quieres mover a otra…
Sargon estuvo tentado a gritarle “¿por quien me tomas?” pero prefirió hacer lo posible por mantener la calma.
— Si hay 3 torres a, b y c, con n discos en la torre a y los quieres mover a la torre c — dijo Sargon — primero tienes que mover n – 1 discos de la torre a a la torre b, luego mover el disco más grande a la torre c, y luego volver a mover los n – 1 discos, pero ahora de la torre b a la torre c.
— Sí — dijo Hayden — pues la solución para este problema es parecida: si el disco n está en la torre a y quieres mover todos los discos a la torre c, primero tienes que mover n – 1 discos a la torre b, luego mueves el disco n a la torre c, y los n – 1 discos que te quedarán en b ya estarán ordenados y completos, así que los mueves a la torre c como en la versión normal de Las Torres de Hanoi.
Sargon reflexionó.
¿Realmente se puede ignorar el disco n para mover los n – 1 restantes?… sí, como es más grande que todos los demás siempre se quedará abajo.
Si quisiera mover el disco n – 1, tendría que mover los primeros n – 2 discos…., esta vez los discos n y n – 1 se podrían ignorar. En efecto, se pueden quitar todos los discos más grandes que cualquier cota y no afecta los movimientos del resto del sistema.
— Ya entiendo — dijo Sargon y alzó la mirada — puedo hacerlo. Un error de paridad podría ser fatal, menos mal que hay tiempo de sobra para decidir con qué movimiento empezar.
— Vamos a hacerlo más interesante — dijo Loki — cambiemos los discos de configuración.
— ¡Maldito! — gritó Sargon — eso no es justo.
— Yo pongo las reglas aquí — rió Loki — tienes cinco minutos para decidir con qué disco empezar.
— Sargon — dijo Hayden extendiendo la mano — permíteme que te ayude, todavía estas muy alterado.
— ¡No! — gritó Sargon enfurecido — esto se tiene que resolver rápido, ¡yo tengo más experiencia!…
Sargon comenzó a trazar rápidamente muchas fórmulas en el aire, y Hayden por su lado también hizo lo mismo.
Todavía seguían trazando fórmulas cuando Loki interrumpió:
— Se acabó el tiempo — dijo Loki — es momento que comience el espectáculo.
Sargon de pronto sintió que los discos de las Torres de Hanoi formaban parte de su cuerpo, no necesitaba que Loki le dijera cómo moverlos, Sargon sabía cómo hacerlo.
Hayden terminó de escribir y se sobresaltó.
— ¡Empieza por el disco de la derecha! — exclamó apresuradamente Hayden.
Yo soy mejor matemático, yo sé mejor lo que hago.
Sargon empezó a mover el disco sobre la torre izquierda.
— ¡Ha! — rió Loki — debiste haber escuchado a tu compañero. Ahora al menos uno de los dos va a morir. Seré generoso en este turno y te daré 30 segundos para que decidas a dónde mover ese disco.
¡¿Cómo es posible?!
¡Idiota!
¡¿Realmente vale la pena vivir después de esto?!
¡Traidores!
Tengo que elegir cuál vive y cuál muere, ¡no puedo hacer esto!
— ¡Sargon! — gritó Maia — no te preocupes por mi ¡salva a Ensour!.
Sí, Maia tiene razón, ¡tengo que salvar a nuestro hijo!
Hayden estaba paralizado mientras veía cómo Sargon leía rápidamente todo lo que escribió en el aire.
— ¡Mueve ya! — exclamó Loki — o todos mueren.
Perdóname Maia…
Sargon movió el disco hacia la torre central.
— No creas que te voy a decir a quien condenaste — dijo Loki — sigue moviendo los discos si no quieres que todos los que están aquí mueran.
Sargon siguió moviendo discos uno tras otro, y con poco tiempo para pensar entre cada movimiento. Afortunadamente había resuelto muchas veces la versión normal de las Torres de Hanoi, así que 10 segundos entre cada par de movimientos le sobraban.
Antes de que lo notara, completó los 360 movimientos.
— Muy bien Sargon — dijo Loki — aquí termina la prueba, pero no te voy a sacar de la experiencia.
Sargon en pocos segundos experimentó el paso de millones de años moviendo discos, podía recordar que él había movido los discos, aunque no recordara cada uno de los movimientos, de la misma manera que alguien puede recordar haber escrito un informe, aunque no recuerde cada una de las palabras que escribió.
El último disco acabó en la cima de la torre de la izquierda, ¡sobre Ensour!.
— Mira lo que hiciste, Sargon — rió Loki — mataste a tu hijo ¡un simple error de paridad!.
— ¡Ensour! — gritó Maia desde la torre derecha.
— ¡No! — gritó Sargon, cayó de rodillas y golpeó el suelo — ¡esto no puede estar pasando!.
Todo pasó muy rápido, la torre izquierda, con todos los 48 discos, se desplomó. La Tierra tembló, Loki desapareció del cielo y en su lugar aparecieron estrellas que de inmediato cayeron hacia la Tierra, y una luz blanca deslumbró a Sargon y Hayden cegándolos temporalmente.
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