Los Ojos Del Lobo, Capítulo 11 | Forum

Capítulo 11: Kingdom

John estaba en su cama durante un momento y al siguiente estaba en un lugar infinito lleno de pasto, donde los cuervos comenzaban a volar y la luna parecía no irse jamás, escuchó a los cuervos detrás suyo y entonces vio que en donde antes no había anda había aparecido una especie de puerta parecida a las entradas de los cementerios, la puerta de acero pintada de negro tenía letras en la parte superior, las letras rezaban: Kingdom.

-Me pregunto.

-Al parecer no soy el único en Kingdom.

-Eres tú, estaba esperando por este momento.

Ambos hombres se acercaron a la puerta pero en ese entonces un gorrión llegó a la escena, se posó sobre la puerta metálica y comenzó a hablar, algo físicamente imposible, pero John comenzó a pensar que en Kingdom, ese lugar misterioso al que apenas llegaba donde los pájaros volaban sin detenimiento y donde la luna era eterna, ese lugar tan desconocido al que había llegado apenas hacía unos minutos. En ese lugar todo era posible.

-Yo no tengo nombre- dijo el gorrión con una voz metálica-. Pero ustedes sí, y ustedes saben quién son, pero algo los ha separado rotundamente, el hecho de ser criaturas de la oscuridad rivalizadas, sólo alguien podrá seguir vivo o ambos morirán en el intento, el orden será restablecido al morir uno o ambos, pero deberán hacerlo solos, sin ningún tipo de ayuda o secuaz, deben de hacerlo solos, porque desde que cambiaron han estado solos.

-Entonces, debemos pelear a muerte.

-Más claro no podía estar piel de lobo.

-Silencio, resuelvan sus diferencias, hablen de su pasado, de cómo se convirtieron en los monstruos que son ahora, tienen una hora, comiencen.

-Bueno, déjame empezar- dijo Brennenburgh-. Mi nombre es David de Brennenburgh yo era un explorador en el año 1830 hasta que un día en la isla Calavera…

Brennenburgh le contó todo a John, el cual se sorprendió, David también se había transformado por un componente externo que no fuese una mordida, por una maldición, como él.

-Vale, mi nombre es John Richards, yo me hice un licántropo por obra de un medallón…

David se impresionó igualmente, al parecer no eran tan distintos, pero aún así corría rivalidad en las venas de David.

-Por lo que veo, no somos tan distintos al referirnos a cómo conseguimos esta maldición, pero aún así, el orden no se restaurará si no peleamos, entonces, queda decidido mañana nos batiremos en duelo, que gane el mejor John.

Entonces John despertó cubierto en sudor en su cama, a su lado dormía Phany, esta se despertó, y le preguntó qué ocurría.

-¿Pasa algo John?

-No, nada, vuelve a dormir.

John salió de la casa y se puso a observar la luna, pensó en Kingdom, en cómo el tiempo parecía no pasar allí, en cómo los pájaros revoloteaban incesantemente, mientras sus pensamientos se fundían entre sí comenzó a llover y entonces salió a comprar provisiones. Entró en la casa, tomó el dinero y entro en el auto y salió hacia la tienda de víveres. En el camino sus pensamientos hacia Kingdom lo mantuvieron ocupado, porque ese lugar era irreal, un reino en donde todas las almas sin un propósito o con un propósito mayor se juntaban a pensar las cosas, un lugar en donde el tiempo no pasaba, en donde los pájaros no dejaban de volar, en donde la noche siempre estaba sobre ellos. Llegó a la tienda y entró, pero los pensamientos de Kingdom no lo dejaban tranquilo.

David despertó al mismo tiempo que John y despertó a Sophia la cual ahora dormía en su casa fingiendo ser su hermana pequeña. David se levantó de la cama y compartió la idea de John de salir a por víveres, tomó el dinero de la mesa y salió volando como una nube espesa de niebla que envolvía todo como un capullo o una bolsa de la muerte, la negrura le daba el aspecto de un cuervo muy grande, David tampoco podía dejar de pensar en Kingdom, ese lugar que para él era muy conocido pero a la vez tan alejado de todo lo conocido, nunca pudo explicarse eso a sí mismo, ni un día de los 179 años que llevaba en la tierra logró explicarse eso.

Sólo ese pensamiento flotaba en la mente de ambos, Kingdom, en donde tal vez terminarían las cosas o en donde comenzaron, el pensamiento de ambos era como una mota de polvo en el aire, se les antojó lejana cualquier explicación creada por sus respectivas mentes. Kingdom estaba allí alojada en su materia gris.

-¿Qué tal si es a donde vamos a esperar el tren de ida de la muerte, qué tal si es como una terminal?

-¿Y si es el universo de la muerte, a donde llegan los pájaros para dejar a los que han muerto y seguir con su deber?

Todos esos pensamientos distantes seguían alojados en la materia gris de ambos, como si fuesen moscas pegadas al pastel pero en cuanto ambos salieron de la tienda retomaron la idea de dejar los pensamientos detrás suyo y prepararse para el duelo que se libraría a las seis de la tarde, cuando todos los pájaros comenzaban a volar, no preocuparse más, esa era la repuesta al problema de ambos.

John no le prestó más atención a Kingdom y se preparó para el enfrentamiento definitivo.

David hizo lo mismo que John, apartó sus pensamientos de Kingdom, no podía distraerse, no en ese momento.