Cuento de ciencia ficción | Forum

Bueno banda, a mí me entra de repente eso de las chaquetas mentales que se manifiestan en cuentos, micro relatos, ensayos o poemas. Éste es uno que escribí para un concurso, al parecer me gané puro chosto, pero en fin se los dejo a ver qué piensan.

jejejeje no puse el titulo del cuento. Ya está, arreglado el pedo

 

DOROTHEA.

1

En los poco más de  nueve meses que llevo dentro del grupo de investigación especial he visto casos que son muy disimiles entre sí, pero a la vez muy parecidos. Recuerdo el caso del que, bajo los efectos de la “cristamezcalina”[1],  descuartizó a su hermano de catorce años; cuando llegamos él estaba desnudo; bañado en la sangre del pequeño; abrazaba el torso decapitado y gritaba desconsolado “¡no quise hacerlo!, ¡no quise hacerlo!”;  o del cura que masacró a los miembros de su congregación porque se enteró que estaba infectado por VIH tipo 2[2]. El muy hijo de puta logró un indulto; sus abogados argumentaron que él no era consciente de sus actos al momento de la masacre. ­­

─ ¿Piensas quedarte ahí toda la pinche noche?─ . Me preguntó el perito en jefe al ver que me quedé en la puerta de la habitación.

─Eh, no, estaba…eh, estaba viendo, inspeccionando el lugar─ fue lo primero que se me ocurrió.

─Lo que tú digas galán, puedes comenzar cuando gustes, al fin y al cabo no tenemos nada más que hacer─ me contestó con un aire de sabiondo.

─ ¿Qué tenemos aquí?─ pregunté una vez que regresé por completo de mi estado de vigilia.

─ ¿Aparte de lo que se puede ver?─. Comenzó a revisar su tableta. ─ Veamos, matrimonio de la tercera edad, vivían solos, la puerta principal fue forzada, eso fue lo que disparó la alarma. Sin rastro aparente  de violación, aunque estamos esperando a la unidad de autopsia móvil[3] para que podamos confirmarlo, tampoco hay señal de robo ya que nada en toda la casa ha sido saqueado y hasta ahora no hemos tenido ningún reporte de que se hayan utilizado sus tarjetas de crédito y sinceramente no creo que eso ocurra ya que   sus tarjetas son de nivel “platino” y se necesita la validación dactilar y de retina para autorizar compras o prestamos. No hemos hallado alguna huella dactilar, al menos no de los posibles sospechosos, solamente de las  personas  que esperábamos encontrar, es decir, de los dos ancianos, su ama de llaves y algunos trabajadores. Todos sin antecedentes penales o que estén dados de alta en el sistema del REPUDA[4], aunque si…

─ ¿Sospechosos?, ¿supones que son más de uno?─ interrumpí su explicación.

─Tienen que ser más de uno, la puerta es reforzada y muy pesada y la brutalidad con la que fueron realizados los ataques nos hacen descartar a un atacante solitario.  Calculamos que el acto duró un par de minutos, muy poco tiempo para que lo haya realizado solamente uno.

─ ¿Traficante de órganos? Ya ves que hace dos semanas desarticulamos una banda de médicos del seguro popular que se dedicaban a la extracción de los órganos de los derechohabientes.

─No, el equipo de criogenización  que se necesita para mantener  a los órganos extraídos es muy pesado y hubieran dejado algún tipo de marcas sus ruedas en la duela, además, se necesita una precisión quirúrgica para realizar los cortes requeridos. Esto, esto no tiene nada de preciso, esto es un desastre. Al señor le golpearon la cabeza con un objeto contundente hasta fracturar el cráneo y después desprendieron la parte superior con fuerza, es como si tú golpearas una sandía con tus puños hasta que se rompiera e introdujeras tus manos para después partirla a la mitad. A la anciana  la apuñalaron en la boca del estomago y realizaron un cortea hacia arriba, después le abrieron  la caja torácica y vaciaron su contenido.

─ ¿Entonces no faltan órganos?─ volví a interrumpir.

─En el anciano, el cerebro. En la mujer, aparentemente, el corazón ya que todo lo demás está ahí: intestinos, pulmones, todo.

Se hizo un mutis en la conversación, estaba tratando de asimilar lo que me estaba diciendo. La mujer yacía sobre un sillón, sus manos colgaban de entre los respaldos y su cuerpo estaba torcido hacía su derecha, sus ojos estaban abiertos al igual que su boca, de ella le escurría un hilo de sangre. En cambio, el anciano estaba tirado en una de las esquinas del cuarto, su cara no era más que una masa deforme color carmesí, la parte superior de su cráneo colgaba por un pedazo de cuero cabelludo y uno de sus ojos había sido desprendido de su cuenca.

─Es imposible que quién haya hecho esto no se hubiera manchado la ropa de sangre o dejado huellas de sus pisadas, toda esta habitación se encuentra salpicada.

─Encontramos algo que pudieran ser pisadas, estaba a punto de decírtelo, pero en verdad nunca había visto algo parecido, no parecen pies, al menos no humanos. En estos momentos te estoy mandando los datos que tengo hasta ahora a tu tableta. Te estaré mandando mas información   cuando tenga─. Cuando terminó de decir esto se fue para seguir indagando en el lugar.

Me fui a una habitación para leer el informe en paz y ver con más detalle esas imágenes de las pisadas que me dijo, pero un llamado de otro caso hizo que dejara esto para más tarde.

2

Este último caso que me tocó atender fue demasiado sencillo: se trató de una quinceañera que intentó chantajear a sus padres para que en su fiesta de cumpleaños le regalaran un automóvil. Fingió un intento de suicidio pero se le salió de control. Bastó con darle una “checada” a su “redsocial”[5] para aclarar todo: revisé las conversaciones que tuvo con una tal “pRRincesIIhtA MoXxA 4 EvEr”. Ella había hecho algo parecido cuando sus padres no la dejaron ir a un concierto de “metalón”[6]. Decía que se había tomado unas pastillas que le robó a uno de sus tíos, que es psiquiatra, para intentar suicidarse. Le describió con lujo de detalle la cantidad de pastillas que ingirió y cómo había redactado su nota suicida y cómo le había resultado su plan…esta otra mocosa no tuvo tanta suerte.

Aproveché el tiempo que me sobraba para seguir revisando el caso de los dos ancianos, por una especie de instinto se me ocurrió revisar otros casos en dónde a  las victimas les hubieran partido el cráneo o les abrieran el pecho. En unos instantes mi tableta desplegó algunos documentos sobre asesinatos similares que se hubieran registrado recientemente: “3  casos con posible similitud encontrados” se leía en la pantalla-holograma. Le di un “click” para ver con mayor detalle. En total eran 4 víctimas: dos que habían sido asesinadas en tiempos y lugares distintos y otras dos que habían sido masacradas al mismo tiempo, todas ellas eran personas de la tercera edad. Temiendo que se tratara de asesinatos en serie, revisé el recorrido que se formaba entre todos los homicidios. La maquina  tardó un par de segundos para trazarme la ruta  de los posibles asesinos: “el recorrido coincide con el camino de la autopista estela amarilla.”[7]. Las casas de las víctimas estaban a un par de kilómetros alejados de esta súper carretera, estaba a punto de buscar el registro de los automóviles que se desviaron en las salidas más próximas a los lugares de los homicidios, pero era imposible que fueran en un automóvil. Era demasiado el tiempo  que se habían tardado, a lo mucho son dos días para recorrer toda la autopista, y eso tomando varios descansos. ─¡Tienen que ir a pie!─ me dije  con un aire de triunfo y un poco de  incredulidad ya que  nadie en sus cinco sentidos se atrevería a ir dentro de esa carretera,  si un automóvil llegase a atropellarlo su cuerpo sería pulverizado al instante. ─ ¡Van  encima del domo!─ me volví a contestar.

3

El operador que  atendió mi llamado dudó sobre la cordura de mi orden. ─ ¿Un reten sobre el domo de la autopista, señor? Ahí no hay nada más que los autómatas que le dan mantenimiento─ me dijo inmediatamente después de que le di la indicación. También ordené que viniera por mí un “vicoptero” para inspeccionar desde arriba. Desde esa altura la carretera no era más que un largo y sinuoso camino color amarillo, iluminado por las luces de los vehículos que la transitan a gran velocidad y por los enormes reflectores colocados a sus orillas.  ─Creo que ya los tenemos, señor─ me dijo el piloto al mismo tiempo que me mostraba en la pantalla de mi asiento dos figuras humanoides que recorrían el camino.

Descendimos a unos 15 metros delante de ellos y pedí refuerzos a través del comunicador. Salí con mi arma de cargo desenfundada y con un megáfono. 

Uno de ellos pareciera que había sido estirado de los brazos y piernas hasta deformarlo, su torso era muy pequeño y se curveaba hacia atrás, estaba exageradamente delgado, sus brazos no eran más que dos hilos que colgaban de su cuerpo; los pies, igual de delgados y alargados, estaban cubiertos  por dos envoltorios que solamente parecían ser de cuero; su rostro era totalmente inexpresivo, cuando lo vi con mayor detalle pude notar que no eran ojos sino botones los que ocupaban sus cuencas.  La piel parecía una lona vieja y sucia. El otro “sujeto” era notablemente más pequeño, su cuerpo parecía ser completamente de metal; contaba con tres soportes mecánicos, uno atrás y dos adelante; su cabeza no dejaba de temblar como si fuera la válvula de  una olla exprés. De vez en vez una bocanada de vapor salía de un orificio situado en la parte izquierda de su cabeza, cada  que esto sucedía se oía un pequeño silbido;  en la mano izquierda  portaba una enorme hacha y tenía un engranaje que sobresalía del pecho, justo  en dónde debería  estar el corazón. 

─ ¿Eres tú el hechicero?─ me preguntó uno de ellos.

─ ¡Les pido que me digan su nombre, clave de identificación y  lugar de procedencia!─ les ordené.

─Disculpa que insista, ¿eres tú el hechicero?

─No, me temo que no lo soy.

El ser metálico volteó a ver a su compañero y balbuceó una serie de sonidos sin sentido, pero al parecer pudo entender el mensaje.

─Necesitamos ver al hechicero cuanto antes, sólo él puede darnos lo que  necesitamos. Así que si no eres tú, te pedimos que te apartes de nuestro camino.

─Eso no sucederá, ustedes son sospechosos de 6 asesinatos y necesito llevármelos, así que si no obedecen  me veré obligado  a utilizar la fuerza letal.

─ ¿Letal? ¿Quiere decir que tendrás que eliminarnos? O no,  no podemos permitir eso, hemos llegado muy lejos como para dejar que eso suceda─ me dijo el espantajo  con un aire totalmente inexpresivo, en cambio el trípode con cabeza de olla exprés empezó a soltar mas vapor de entre la hendidura de su cabeza, pareciera que entendía perfectamente lo que yo decía y lo había puesto fúrico; alzó el hacha que tenía en la mano y yo creí que en cualquier momento se lanzaría en mi contra y al parecer al larguiducho también le pareció lo mismo ya que le hizo una señal para calmarlo.

─Insisto,  debemos atravesar este camino amarillo y dirigirnos con el  hechicero; “ella” nos lo ha pedido, nos lo ha dicho, solamente siguiendo esta ruta podremos obtener lo que necesitamos─ dijo sin siquiera inmutarse.

─ ¿Y exactamente qué es lo que necesitan? Tal vez podamos ayudarlos.

─Mh, si usted no es el hechicero, entonces no puede ayudarnos, solamente  él puede.

─ ¡Vamos!, habrá algo que se pueda hacer─. Un sudor frio recorrió mi espalda, a cada exhalación de vapor que salía de la cabeza del hombre de hojalata mi corazón se aceleraba.

─“Ella” nos dijo que el hechicero nos proporcionaría lo que necesitamos, nadie más. Mi amigo necesita un corazón para poder tener emociones y yo necesito un cerebro para poder pensar.

─ ¿Quién les dijo eso? A lo mejor se equivocó, a lo mejor estaba confundida.

─ ¡Imposible!─ al parecer lo que le dije lo había molestado. ─Dorothea, ella no pudo haberse equivocado, ella no nos pudo haber engañado…¡mientes!, he decidido que esta conversación ya se terminó, si no puedes ayudarnos entonces interfieres con nuestra encomienda.

Le hizo una señal a su compañero de metal, éste sacó una bocanada de vapor aun más grande y el engranaje que tenía en el pecho comenzó a girar más rápido. Se lanzó en contra mía y  en un santiamén había recorrido una gran distancia. Casi lo tenía enfrente  cuando reaccioné. Le vacié todo el cargador de mi arma y ni siquiera se inmutó, el enorme hacha  me pasó rosando el torso, si no es porque di un pequeño salto hacia atrás me hubiese partido a la mitad. El trípode estaba a punto de hacer un segundo ataque pero el piloto comenzó a dispararle, eso llamó su atención  por lo que aproveché para escabullirme de ahí y recargar mi arma. Desafortunadamente el piloto no corrió con tanta suerte, de un sólo salto el trípode llegó hasta donde él, las balas no  hacían mella en aquel cuerpo metálico. De forma instintiva, mi salvador intentó cubrirse con sus manos, pero éstas fueron rebanadas cual mantequilla; debido a la inercia del golpe el cuerpo mutilado cayó un par de metros alejado del hombre metálico. El grito de dolor de mi salvador  fue silenciado por una de las patas de aquel armatoste ya que de un segundo salto le aplastó el cráneo.

Estaba a punto de vaciar mi siguiente cargador cuando me di cuenta que el espantapájaros se estaba dirigiendo hacia mí empuñando una hoz. Apunté mi arma a su cabeza esperando que en él si hubiera un efecto…uno, dos, tres disparos recibió justo en la frente.  Mi dedo, tembloroso, esperaba en el gatillo cualquier señal para seguir disparando, no había nada, ni un sólo movimiento o palabra, se había quedado completamente inmóvil.

Salvo por el movimiento de su cabeza, el hombre de hojalata también se había quedado paralizado, observaba a su compañero, como si esperara que le dijera qué hacer.

En ese instante llegaron los refuerzos. Corrí a donde ellos…el armatoste seguía inmóvil, no estaba seguro de que las balas de mayor calibre lograran dañarlo y no quise arriesgarme así que ordené que le volaran la cabeza con una descarga térmica.

Del hombre de hojalata solamente quedaron fierros retorcidos y de su compañero un cascarón sin vida, sin movimiento, se había quedado con la pose  que había hecho antes de atacarme, en realidad daba miedo verlo así. Los de la unidad me felicitaron por haber resuelto los homicidios, sin embargo, aun quedaban  cabos sueltos. ¿De dónde habían salido estos tipos? ¿Por qué se empeñaban en quitarles el corazón y el cerebro a las personas? Y principalmente ¿Quién chingados es Dorothea? Y ¿por qué los obligó a cometer semejante carnicería?

4

Ya habían pasado como dos semanas desde que tuve el incidente en la autopista, la carga de trabajo no me dejaba seguir investigando sobre aquellos “sujetos” tan raros, pero en el departamento no les interesaba que siguiera indagando en aquello. Para los altos mandos ese caso ya estaba más que cerrado, archivado y olvidado; los chicos malos habían sido liquidados y punto. Lo que más les interesaba era un  rumor de que posiblemente el cuerpo de seguridad sería reestructurado. Un nuevo secretario de seguridad e inteligencia entraría y por lo tanto muchas cabezas rodarían.

Ahora que lo pienso tal vez las constantes “reestructuraciones” del sistema de seguridad fue uno de los motivos por lo que el crimen nos rebasó. Jamás hubo oportunidad de que se organizaran bien los cuerpos de seguridad. Entraba un nuevo gobierno y a tirar por la borda todo lo que ya se tenía. Para sacarme  la idea del caso de la autopista y de que mi cabeza también rodaría con la nueva reestructuración decidí tomar un par de días libres, tal vez al regresar me concentraría mejor.

─ ¡¿No se te pudo ocurrir otro momento para tomar tus vacaciones?! ¡¿Qué no ves que estamos hasta el culo de trabajo?!─. Dijo mi capitán cuando le comenté sobre mis días de asueto. Yo solamente me limité a realizar un gesto con mi cara de pues ni “pedo”.

Lo primero que decidí saliendo de la comandancia fue  “echarme” unos tragos, desde hace bastante tiempo que no lo hacía así que pensaba que me sabrían a gloria. El bar estaba curiosamente vacio, de hecho yo era el único cliente, demasiado temprano para iniciar la juerga supuse. Le pedí al “bartender” que pusiera la pantalla principal en el canal de la nota roja, aparentemente la fuerza de la costumbre me impedía estar muy alejado de los delitos. Una presentadora en poca ropa estaba dando la nota de que se había encontrado los restos de una extraña criatura en avanzado estado de descomposición.

─Pues por el resultado de la autopsia que se le practicó y que nosotros tenemos en exclusiva, se puede decir que esta criatura encontrada es una especie de felino. Según  el informe que tenemos  posee material genético proveniente  de los “panthera leo” pero que también posee características de los hombres─ dijo la presentadora con una voz bastante chillona.

─¿Panthera leo? ¿Qué chingados es eso?─ me pregunté. Saqué mi celular y lo desenrollé sobre la barra. ─“Guglea” panthera leo─ le dije a la maquina y en unos instantes aparecieron en la pantalla-holograma varios resultados, pero bastó con que mirara una imagen para darme cuenta de qué era. –Ay, es un pinche león.

 ─ ¡Tiene que ser una puta broma!─ me dije mientras le daba un gran sorbo a la botella. ─ya apareció el que faltaba─. El cadáver había sido encontrado, flotando, en uno de los cenotes que sirven como vertedero de los desechos para las diversas industrias que  están asentadas en “La Republica Popular Socialista Bolivariana”[8]. No es raro pensar que ese cadáver puede provenir de los laboratorios genéticos que ahí se encuentran. Pero lo que si me sorprendió fue que hayan permitido a la conductora dar esa nota, lo más probable es que después habrá un representante del gobierno que desmentirá la nota y la fulana aparecerá días después muerta por una sobredosis de algo.

Esta era la oportunidad para saber exactamente qué había pasado con los seres de la autopista, pero sabía que debería de tener mucho cuidado, los extranjeros solamente son bienvenidos por el sexo turismo, pero a la gente de ahí no les agrada que se metan en asuntos gubernamentales, políticos o industriales…le doy un último sorbo, pago la cuenta y me dirijo a la primer agencia de sexo turismo que hay por aquí. Al parecer mi idea de descanso se va a ir al carajo.

5

Sin armas, sin credenciales que me acrediten como agente especial, sin haberle avisado a nadie sobre mi incursión y sin el más mínimo ápice de seguridad de que encontraré respuestas, o de que regresé a salvo para tal caso. Así entro al territorio que antes era parte de mi país. Todo mundo sabe que en este lugar el poder recae en las mafias de traficantes, y todo mundo sabe, también, que la mano derecha de los traficantes son las mujerzuelas que pululan en todo el territorio. Llegué al barrio-burdel más próspero de la capital y me dispuse a sacar la mayor cantidad posible de información. No podía actuar como agente, así que fingí ser un cliente más. Está de sobra decir que ninguna de las chicas con las que estuve me dijo algo sobre el asunto, eran muy herméticas en ese sentido y siempre me daban la vuelta en la plática, se nota que tenían una maestría impresionante para evitar ser interrogadas.

Estaba a punto de retirarme a mi hotel pero el chofer del taxi en el que estaba me recomendó visitar el burdel “ciudad de cristal”, en realidad pensaba que sería como cualquier otro, pero él me dijo que éste era muy exclusivo, que lo visitaban importantes empresarios e incluso algunas de las chicas de ahí eran sus “noviecillas”.

Decidido a no irme sin alguna pista y sin pensar en las consecuencias le dije al chofer que me llevara a ese lugar. Se podía notar la opulencia de quienes visitaban este prostíbulo: el lugar era impresionante, las chicas eran muñecas con piel de seda y todas ellas parecían extranjeras, aun cuando el gobierno prohíbe estrictamente que mujeres de otras nacionalidades ejerzan el sexo servicio, de hecho algunas ni podían disimular su acento por más que intentaban. 

Tragos iban y tragos venían y yo no podía decidir a quién intentaría seducir para interrogarla, en parte esta indecisión se debía a que  todas estas ninfas parecían un sueño hecho realidad. Una de las chicas que estaban en el salón principal se me acercó y me ofreció una copa. Era increíblemente hermosa, su cabello dorado llegaba un poco más abajo que sus hombros, su piel era muy blanca y tenía unos ojos color marrón. Estaba vestida como un hada madrina: tiara en la cabeza, alas de mariposa en la espalda, varita mágica etcétera.

─ ¿Tienes novia para el día de hoy?─ dijo sin perder el tiempo.

─No, de hecho no en este momento. Es un lindo disfraz el que tienes, creo que siempre he sentido cierta  atracción por las mujeres que se disfrazan de hadas o ángeles.

─Mh, más que disfrazarme prefiero decir que me caracterizo y, de hecho, también prefiero decir que soy una bruja blanca más que una hada.

─¿Existe alguna diferencia?─ le contesté mientras sorbía de la copa que me trajo.

Me condujo a una habitación en la planta alta, mientras íbamos en el elevador comencé a preguntarle sobre el animal que había aparecido en los vertederos de desechos.

─Oficialmente ese animal nunca existió, de hecho ya nadie aquí se acuerda de eso, pero supongo que eso no te lo crees tú ¿verdad?─. Cuando terminó de decir eso se abrieron las puertas del ascensor. En el lugar nos estaban esperando cuatro oficiales de policía…no tuve tiempo de reaccionar, se me fueron encima con sus macanas paralizantes, perdí la conciencia después de tres o cuatro golpes.

6

Fui un pendejo, fui un idiota ¡¿por qué me confié?!  Debía estar alerta, no bajar la guardia ni un momento. Ahora éste podría ser mi último error. ─¡No!, esto no puede terminar así, ¡piensa!  Aun no se han dado cuenta que estoy consciente, si pudiera quitarme esta capucha, si pudiera zafar mis manos de estas… ¿Qué fue eso? ¡Mierda! Creo que ya se dieron cuenta. ─Mi cuerpo se retuerce y se entumece al contacto con la macana, mis parpados me pesan, no siento nada…oscuridad se vuelve todo.

7

Me desperté en una habitación muy lujosa. Revisé mis bolsas tan sólo para darme cuenta que mi celular y mi cartera no estaban. Aun con un poco de desorientación, me levanto para ver si puedo salir de ese enorme cuarto. Mis pasos son torpes, el cuerpo me pesa demasiado. Avanzo un par de metros, doy un trastumbo  e intento levantarme sin éxito.

─Es inútil que intentes escapar, afuera está un grupo de oficiales carabineros vigilando que no escapes─. Me dijo un anciano que se encontraba sentado en una de las esquinas de la habitación, no me di cuenta de su presencia ya que la iluminación del cuarto impedía ver el sillón donde se encontraba.

─ ¿Qué quieres de mi?, ¿Por qué me has traído hasta acá?─ Dije con el poco de fuerzas que me quedaba.

─Solamente quería conversar un poco. Saber hasta dónde has indagado sobre lo que sucedió en tu país. De paso también quería conocerte, sabía que tarde o temprano vendrías, después de que salió a flote los restos del “minino”.

─Estás cometiendo un grave delito, soy el agente especial…

─ ¡Claro que  sé quién eres!, tengo un archivo detallado de tu persona: tu nombre, cargo, años de experiencia, creo que sé más cosas de ti que tú mismo. En cuanto a tu secuestro, no te preocupes, para mañana a estas horas estarás en la morgue municipal, te acompañará una de las tantas putas que pululan por aquí. Serán víctimas de una sobredosis después de una noche de juerga.

─ ¿Por qué?…

─Yo, yo solamente quería darle un regalo a ella, verla feliz. Su tiempo estaba contado, gasté una fortuna intentando curarla pero no pude…gasté otra fortuna mayor por hacer su sueño realidad. Mi querida Dorothea, a ella siempre le gustaron las películas antiguas, decía que tenían un encanto único. No sabes lo difícil que fue construir al espantapájaros, al hombre de hojalata y al león, pero cada centavo, cada experimento fallido, cada prototipo desechado valieron la pena cuando vi su cara al mostrárselos. No sabes lo feliz que fuimos durante ese pequeño tiempo, mi nena no se cansaba de contarles la historia una y otra vez. Cuando mi niña se fue todo cambió, no aguantaba el dolor, no quería tener nada que me la recordase así que decidí deshacerme de ellos, pero no pude. Escaparon e hice hasta lo imposible para traerlos de vuelta, mandé a los carabineros para que los cazaran, pero no pudieron, el león se sacrificó para que sus compañeros pudieran escapar. ¡Valiente a final de cuentas¡ el resto de la historia ya lo sabes, de hecho hasta me hiciste un favor, jamás creí que pudieran atravesar la frontera ni que causaran tanto alboroto. Pero eso ya no importa, solamente quería darte las gracias, me has quitado un peso de encima.

Busco ponerme en pie, pero no hay fuerza. El anciano aprieta un botón del sillón y se abre la puerta. Un grupo de carabineros entra por mí. Intento poner resistencia en vano, solamente alcanzo a musitar un par de maldiciones y lanzar unos cuantos escupitajos, no hay más que hacer. Al menos espero que sea lo más rápido e indoloro posible.

 

[1] Droga sintética alucinógena elaborada a partir de la mezcalina.

[2] El virus del VIH mutó y ahora desarrolla el Síndrome de Inmuno Deficiencia Cognitiva Adquirida (SIDCA) que ataca también al sistema nervioso central.

[3] La ola de violencia ha generado que ahora se hagan las autopsias en el lugar del hallazgo.

[4]Registro Público de Drogas Autorizadas.

[5] El gobierno privatizó el uso de las redes sociales y solamente autorizó uno, el cual bautizó de manera ingeniosa como “redsocial”. Pueden acceder  a los perfiles de manera indiscriminada cualquier tipo de autoridad.

[6] Nuevo género musical, mezcla de metal, hardcore, cumbia y reguetón.

[7] Súper autopista que recorre toda la republica mexicana desde Chiapas hasta Sonora.

[8] Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo se independizaron y formaron un  Estado Nación.