Continuación del Día 25. | Forum

-¿Se encuentran bien?

 

La voz de Claire me reconforta. Y veo como su grupo se acerca a nosotros, tampoco les fue bien, ahora en total quedamos menos de quince.

 

-No.- Algo lastimados por parte de los que quedaban en mi equipo y aun sin saber que demonios eran esas cosas, nos pusimos de pie con nuestras armas.

 

-¿Y ustedes?- Pregunté refiriendome a Claire, mientras mi mirada apenas alcanzaba a mirarla, ya que se encontraban ocultos los restantes. Poco a poco se fueron acercando a nosotros a medida que se aseguraban de que el área estaba despejada.

 

-Tampoco nos ha ido bien.

 

Para mi alivio Morgan y Santiago se dejaron ver; Morgan parecía estar integra, aunque desconcertada por el repentino ataque, mientras que Santiago presentaba unos moretones en el rostro, así como una pequeña cortada que iba desde su mejilla derecha y pasaba por el lóbulo de su oreja.

 

-¿Morgan, qué diablos son estas cosas?- Le pregunté, pues ya era sabido por todos que Morgan venía del futuro para ayudarnos. Esperaba que ella estuviera al tanto de ¿a qué? era exactamente a lo que nos enfrentabamos.

 

-No estoy segura.- Dijo con cierto desánimo. -Los datos que tenía para la misión solo habla de que son…alguna especie de «elegidos».

 

-Creo que ya es hora de que nos vayas explicando exactamente de que se trata todo esto.- Claire la interrumpió con algo de enojo en sus palabras, aunque por mi parte le daba la razón, estabamos a ciegas en una de nuestras misiones más peligrosas.

 

-Los «elegidos» como ustedes los llaman, son la evolución de los seres humanos a su siguiente «fase». De ahí que nacen con ciertas habilidades mentales que para ustedes y su corporación representan una amenaza, debido a que son personas evolucionadas, las potencias no tienen, ni entienden como dominar a esta evolución de la especie humana. Es por eso que crea organismos como ustedes los SHARKS y los CORSARIOS, para acabar con estas personas que intentan sublebarse; en resumidas cuentas: Ustedes son los que detienen el progreso de la humanidad, ustedes y la corporación Void.

 

Las palabras de Morgan hablaban con verdad, nosotros eramos sicarios del gobierno, ordenados a matar a aquellas personas que se oponian aun a la globalización de las superpotencias…no, más que eso, matamos a las únicas personas que realmente pueden hacer un cambio en este mundo.  Todos muy dentro de nosotros, siempre supimos que esa era la realidad, y eso mostraba realmente quienes eramos; gente que perdió la fé en la humanidad y le entregó el mundo en bandeja de plata a las potencias y corporaciones, gente que miró morir a sus hermanos y simplemente dió la espalda.

 

-¿Por qué nos ayudas?- Santiago hizo la pregunta más lógica.

 

-Hasta este momento y sin embargo, mi misión sigue siendo en ayudarlos, pues lo que acontece en los siguientes días ayudará a la humanidad a prosperar.

 

-¿Cómo?

 

-No puedo revelar detalles que alteren la continuidad de la historia, solo se, que si no hago esto nos irá peor que con ustedes.

 

-¿»Nos»?- Pregunté, pero desde el primer enfrentamiento que tuve con Morgan supe lo que ella era.

 

-Asi es, yo también soy una «elegida» pero de la segunda generación.

 

El resto de personas que me acompañaba puso un gesto de sorpresa al ser revelada parte de la identidad de Morgan, pues se encontraban en un dilema, porque un «elegido» con las capacidades de Morgan sería automaticamente clasificado como un objetivo al cual eleiminar.

 

-Ahora dime ¿por qué debemos confiar en ti?- Claire levantó sospecha, pues en la situación en donde estabamos no nos dejaba mucha alternativa al saber que por trabajo eramos nemesis.

 

-No todo dira en torno a la corporación Void y a ustedes ¿saben? Hay más gente en el mundo, y nosotros, mi propia corporación, nos preocupamos más por el resto de la humanidad que ustedes soldados. Lo que los amenaza en este momento, también amenaza al mundo, por eso debo tabajar con ustedes, para ayudarlos a detener este peligro…Es cierto, esas cosas son «elegidos» también…sin embargo no son nada como los conocemos ustedes y yo.

 

Con las dudas despejadas…o mejor dicho: y sin mucha alternativa, empezamos de nuevo el viaje a través de la estación del tren. Con solo 14 miembros en total llegamos hasta el salón de rutas de la estación, un cuarto que controlaba practicamente, los trenes cercanos, las desviaciones y la electricidad del subterraneo.

 

-Será mejor que nos separemos aquí.- Dijo Santiago cuando nos topamos con una de las salidas de emergencia de la estación, aunque esta se encontrara bloqueada. -Si hay que emprender la retirada, la salida más cercana la dejamos en la estación anterior, me quedaré aqui con la mitad de hombres a intentar desbloquear esta salida y de poder, ir por refuerzos.

 

-Entendido.- Dijo otro de los miembros que nos acompañaba. -Nosotros 7 empezaremos a desbloquear la salida en caso de necesitarla; mantengan siempre la comunicación con nosotros. Llamenos si hay percanses.

 

-Ok. Supongo nos toca la parte sencilla a nosotros.- Dije al tiempo que encaminé a Morgan, Claire y a los otros cuatro SHARKS que nos acompañaban hacia adentro de la estación.

 

-¡Recuerda que soy siempre yo el que los tiene que salvar!- Santiago nos gritó mientras perdía de vista las luces de nuestras lámparas de neón.

 

El lugar seguía siendo oscuro y tétrico, sumado que ahora teníamos miedo de que alguna de esas cosas nos saliera de la nada…¿dije alguna? Me refería a una docena.

 

Había varios cuartos conectados de manera circular por un pasillolargo y no muy ancho. Todo en espiral hasta llegar al centro, literalmente hablando, de la estación, en donde se encontraba la cámara principal de rutas y mandos de control.

 

Poco a poco fuimos recorriendo todos los cuartos, encontrando siempre la misma situación: Todos los muebles, aparatos electricos e instalaciones habían sido removidos, dejando solo un cuarto vacío, cual caja de cartón. Finalmente llegamos al portón principal de la cámara de rutas. Para nuestra sorpresa desde la distancia pudimos notar que era el único cuarto que se encontraba con luz electrica.

 

-Ahí estan.- Con algo de miedo al pronunciar esas palabras, voltee a ver a mi equipo, intentado contagiarlos de corage antes de entrar por aquel portón.

 

Se escuchaban ruidos mientras nos acercabamos, había algo en plena construicción y para nuestro disgusto…más jadeos y en cantidades mayores…solo que esta vez ya sabíamos de donde provenian.

 

Cruzamos el portón, rifles en mano y con la mira laser encendida.

 

…No podíamos creer lo que estabamos viendo, docenas de esos monstruos, todos iguales, trabajando en una máquina gigante, el cuarto se iluminaba por las descargas que la máquina emitía. Sin embargo, nuestra presencia no inquieto a nadie; solo se nos quedaron viendo, fijamente, con esos ojos tan aterradores, jadeando, sin moverse más que para respirar. 

 

De entre tanto monstruo, una persona de aspecto «normal», con el pelo negro y largo, amarrado en una cola de caballo, cubierta unicamente por una toga blanca, caminó descalza haciendose camino a través de las criaturas, quien se apartaban como si se tratase de su amo. Se dirigió hacia nosotros y nos miró. Reconocimos esa mirada, puede que sus ojos no estuvieran teñidos de negro como los otros monstruos, pero sus pupílas compartían ese color amarillo. Esas cosas debían ser creación de él. Con una voz profunda y amable nos dijó:

 

-Bienvenidos, los esperaba algo temprano…y sin duda esperaba a más de ustedes. Dejenme presentarme: Mi nombre es Bartolomeo Belenger.