Capitulo XI, Caballero Sagrado | Forum

El capitulo Once, ehem, creo que ya no posteare capitulos anteriores, es muy tedioso es parte, mejor les posteare el capitulo anterior donde viene el listado completo

Capitulo XI
Caballero Sagrado

Ha pasado cerca de un mes desde La muerte de Dina y el nacimiento del nuevo Brent, junto con eso conllevo a presentarse una ola de suicidios a lo largo de todo Harmen, se cree que se debe a alguna epidemia que causa demencia, pues las personas encontradas muertas tenían signos de perdida de cordura justo antes de suicidarse. Otra extraña coincidencia, es que las victimas de supuesta enfermedad, eran personas de dudosa reputación, se habían encontrado únicamente cadáveres de ladrones, asaltantes, drogadictos, pandilleros y otras personas indeseables por el resto de la sociedad, aun asi, toda la gente estaba alerta a cualquier brote.
Por otro lado, Brent sigue visitando al Dr. Harret, últimamente parece que desarrollo un vinculo con el, pero el pobre Dr. Harret tiene que soportar oir las macabras confesiones de su extraño paciente:
-¿Pero no crees que tomas decisiones muy… delicadas?
-Ehmmmmmm, quizás, pero no puedo evitarlo hacerlo Doctor, realmente sabe tan dulce, hacerlo me deja un sabor dulce y agradable en la boca, delicioso, no puedo parar de hacerlo, es enriquecedor y placentero, esas personas a las que supuestamente mato… son personas a las que nadie quiere, de algo deben servir, así que les doy un uso útil, para mi y para las personas hehehehehe.
El doctor, asustado cambia de tema:
-y… ¿hasta cuando quieres que Colette se quede a vivir conmigo?
-¿A caso le estorba la pobre chica?
-¡No!, solo es el tipo de escándalo… si la gente se entera.
-Eso no tiene porque ocurrir… ¿acaso olvida de lo que soy capaz?
-No… solo es que…
-Se quedara a vivir allí, ya no o discutiremos mas.
Asi fue como Colette ahora vive con el doctor, aunque todos los días Brent suele visitar al doctor hasta su propia casa, donde lo único que hacia era copiar el dibujo de la extraña chica sentada en el columpio, ya debía llevar cientos de copias. Colette ya había recuperado un poco la alegría, no le importaba ayudar al doctor en los deberes de la casa, además ya estaba asistiendo a clases regularmente, mostrando un mejor rendimiento, pues ya no tenía tantas preocupaciones como antes. Parecía que ya había sobrellevado la muerte de su tío y se había acostumbrado a vivir con el señor Harret.
El docto veía el noticiero, donde informaban la muerte de un banquero, se había suicidado encerrándose voluntariamente en la caja fuerte, donde murió por falta de aire, antes de morir la policía le investigaba por casos de estafa a sus clientes, el doctor volteo a ver a Brent y este solo sonreía cruelmente a la vez que seguía en lo suyo.
Pero un mes de olas de suicidio no iban a pasar desapercibidas, muy lejos de ahí, en un rascacielos de una lejana ciudad, estaban reunidos un montón de hombres de negocios, o eso parecían, pues todos estaban trajeados y exitosos. Todos estaban reunidos en una enorme mesa redonda:
-Muy bien compañeros- decía un hombre de edad madura- Estamos todos reunidos para analizar la situación en la que se encuentra el pueblo maldito, ese donde perdimos a uno de nuestros vigilantes hace un mes… ideas.
-Pienso que… algo tuvo que haber sucedido hace poco, que fue provocado por el propio señor Darminco, digo, solo unos meses después de que el llegase, ¿ocurrieron todas esas cosas?
-¿Qué pudo haber hecho?
-Quizás provoco a algún hechicero, o desato alguna maldición por accidente…
-No, Serge Darminco era un irresponsable, quizás esto se desarrolló desde que el relevo al antiguo vigilante- Decía un hombre rubio con barba de candado.
-Como te atreves a decir eso de un camarada caído, además, el…
-No solo se suicido, conocía muy bien a Serge, el no se hubiera quitado la vida así como así, y si nos fijamos en las fechas, el fue la primera victima, la primera victima de alguien a quien estaba investigando en ese momento…
-¿No lo habías mandado tu a investigar a un muchacho?
-Si, pero el idiota de Serge no lo vigilo todo el tiempo, en algún momento, algo cambio. Según los documentos de Serge, el chico interactuaba con una Influencia, espíritus que inducen al suicidio o a la demencia a sus victimas, ¿es simple coincidencia?
Todos los hombres murmuraban:
-Entonces sugieres… que fue el chico…
-Lo que puedo sugerir, es que el chico hizo un pacto con los diabólicos espíritus, para que estos se manifestaran por montones, el chico invoco mas, he hizo que estos mataran a nuestro vigilante, y ahora vemos las consecuencias, una manifestación masiva de Influencias están atacando al pueblo entero, si gustan, yo iré a encargarme del muchacho, después de todo, ya esta cometiendo actos de brujería.
-Revoys Fajarde, realmente iría usted solo hasta allá, para encargarse de Influencias.
-No es necesario encargarse de ellas, si neutralizo al invocador, será más que suficiente.
-Todo aquel que vote porque el mejor espadachín de la Orden se encargue de una misión tan arriesgada, manden sus votos por el contador electrónico que esta justo frente de las mesas.
Una vez hecho los votos, Revoys revelo una sonrisa de satisfacción.
Un semana después, Brent estaba en el despacho del señor Harret, estaba contándole anécdotas sobre sus victimas, a los cuales el psicólogo ya se había acostumbrado, de repente, el doctor fue voceado por el alto parlante para ir a recoger su auto, que estaba mal estacionado:
-Demonios, creí haber estacionado correctamente, luego continuamos, no me tardo.
Brent no contesto se quedo riéndose de las victimas que recordaba. Paso el tiempo y el doctor no venia, de repente, se escucho el teléfono del despacho del psicólogo, Brent, contesto sin pensarlo, tenía un buen presentimiento de esto:
-Hola,- contesto Brent
-Seguras mis indicaciones al pie de la letra, o si no, el doctor Harret, sufrirá…- Decía una voz ruda en el teléfono
-Hehehehehe, conozco esa voz, por supuesto que seguiré tu jueguito-Decía cruelmente Brent.
-Entonces, estas serán las condiciones, deberás llegar aquí, solo, me entiendes, no deberá venir aquí al callejon detras del instituto. ninguno de tus amigos invisibles, si acaso crees que soy idiota, déjame decirte que yo si puedo verlos…-Colgó
– Que se le va hacer, Javier no presenciara nada de esto…
Mientras tanto, en un callejón cerca del instituto, Revoys tenia al doctor amenazado en un rincón, le apuntaba con la punta de una espada muy brillante de 1.5 metros
-¿Entonces quien dice que es usted?
-No se preocupe hombre, soy de los suyos, pero para capturar un premio mayor, tiene que cooperar, vengo a librar el pueblo de todos estos problemas que han surgido…
-¿Y porque me capturo a mi?
-Es usted el único que tiene vínculos actuales con el muchacho, inferí en que llevaban un buen relación, pero independientemente de eso, debo hacer mi trabajo.
-¿trabajo? ¿Es usted alguna especie de loco desquiciado? ¡Va a matar a un chico!
-No es cualquier chico, es peligroso para todos los habitantes de por aquí, pero usted ya debería saberlo…
En eso llego Brent con su habitual sonrisa
-Oh, pero si es Revy, mucho tiempo sin vernos, desde ese día, hehehehe.
-Muy bien niño , aquel dia te deje ir puesto que creía que eras victima, pero ahora- apunto la espada a Brent
Brent lo único que hizo fue reírse, a la ves, sus ojos se tornaban amarillos.
Entonces Revoys , al ver lo que hizo Brent, hundió la espada en el pecho del muchacho, pero era demasiado tarde, Revoys ya estaba cautivado dentro de la mente retorcida de Brent.
-Hehehehehe, Revy, Revy, Revy, creo que inferiste mal, apresuraste a sacar conclusiones y te equivocaste en algo…

Como siempre, el lugar oscureció en un instante, el cielo se torno rojo, suciedad y manchas negras avanzaban por el piso, el metal se oxidaba en un instante, y de la nada, surgieron cadáveres tirados en el suelo, algunos parecían moribundos, pero gemian de forma inhumana, dichos cadaveres estaban despellejados y con la sangre color negro.
Revoys se apresuro a sacar la espada del chico y exclamo
-¡No eran las influencias! ¡Eras tú!, de alguna forma adquiriste una maldición, estas maldito, pero eso no me asusta, a diferencia Serge el vigía, yo ya me he enfrentado al miedo, lo que tu haces no es mas que un triste caso de ilusionismo, pero yo no caeré.
-Eso es lo que se puede esperar de un bravo caballero de la Orden, que lastima que te gusta equivocarte.

Revoys volvió a empuñar su espada y cargo contra el muchacho, este deicidio esquivarlo de una manera sobrehumanamente ágil.
-Hehehehe, es mas que ilusionismo, este es mi mundo, mi infierno, mi limbo, mi paraíso… y he decidido invitar al mas grande espadachín de la Tierra.
-Como te dije, no caeré en el miedo, nada aquí es real, y averiguare la forma de escapar, cuando salga de aquí, juro que cortare tu cabeza para lucirla como trofeo.
-Wow, y yo que me consideraba un sádico, Pero si Revy solo es un carnicero, le importa poco la Orden y las personas a quien defiende, el solo quiere matar y cortar, que dice usted, Padre Marco
-Yo diría… que se veía mas adorable de pequeño- Decía un hombre de cabello negro, como de unos 50 años, llevaba una toga característica de los sacerdotes.
-¿Padre Marco?- Preguntaba sorprendido Revoys.
-Así es, el Padre Marco estaba ansioso por verte, pareciera que de todas las personas con las que has compartido tu vida, el es el único que te ha amado, no es así Padre.
-Así es, simplemente me moría de ganas de volver a verte, veo que has crecido, así que has dejado de ser de mi interés- Decía cruelmente el sacerdote.
-Uuu…s..ted, grandi…sii…mo, HIJO DE PUTA, SE SUPONE QUE USTAD DEBIERA ESTAR METROS BAJO TIERRA.- Gritaba Revoys a la vez que se dirigía al cura con su espada.
-Hehehehe, ¿entonces dice que era como un cachorrito?
-Era adorable, y yo con mi celibato, era imposible resistir…- La espada terminó por decapitar al cura
Revoys estaba furioso, tenia lagrimas en los ojos
-Usted, maldito viejo, debió quedarse muerto.
-Hehehehe, el bravo guerrero sagrado, trata de cubrir algún complejo al destazar creaturas, que estupidez, hehehehe
-TU SIGUES MALDITO HIJO DE PUTA.
-Si aun recuerdo la primera ocasión, era hora del recreo en el monasterio, el jugaba alegre con su espada de plástico, decía que mataría vampiros y rescataría princesas en cuanto creciera- Decía cruelmente el padre Marco, que parecía no sufrir daños.
-TU… MALDITO… TU, LO QUE ME HICISTE- seguía diciendo Revoys con furia en su voz.
Pero en eso, un montón de grotescos seres humanoides tomó a Revoys sin que este tuviera tiempo de usar su espada, dichos seres parecían seres humanos despellejados, solo que eran color de negro y chorreaban sangre negra. En eso, Revoys perdió la conciencia.
Revoy despertó de repente, estaba en una habitación acolchada, como la de los Hospitales psiquiátricos, aunque todos los colchones estaban sucios, llenos de sangre y desgarrados.
Por primera vez, Revoys tenía miedo: Eso, no era ninguna ilusión, una ilusión no puede conocer lo más oscuro del pasado de alguien se escuchaban ruidos y gemidos de todas partes, estaba siendo acechado. El caballero templario, cuya espada había ya atravesado el corazón de brujos y otro tipo de escoria, yacía asustado en un rincón de esa prisión acojinada, asustado por enfrentarse a su bizarro pasado en su niñez
Entonces de la nada salió el sombrío chico se le acercaba con una cruel sonrisa
Revoys exclamo -¡DEJAME SALIR!, ¡PERDONAME! ¡SOLO DEJAME IR POR FAVOR!-
Brent bajo la cabeza y continuo diciendo con voz entrecortada – tu… me la quitaste… tu me arrebataste mi felicidad… – miro al hombre con rabia en sus ojos -TU ME ARRUINASTE LO QUE PODRIA SER LO MEJOR QUE ME OCURRIO EN MI VIDA-
Revoys con voz temblorosa dijo- Eso estaba prohibido, tenía que hacerlo, tenia que obedecer mis reglas…
-¡CALLATE! HOMBRE PATETICO, SUS REGLAS ME IMPORTAN UN CARAJO.
-NO SON MIS REGLAS, SON LAS REGLAS DEL SUPREMO- replico el caballero violentamente.
El chico se quedo mirando al hombre con una mirada llena de odio, Para luego echarse a reír y contestar:
-Revy, Revy, Revy, me habida prometido que no ibas a caer, y caíste en una de mis actuaciones, estoy consiente de que me quitaste algo, aunque no se que fue, pero no, tu no me arrebataste mi felicidad, al contrario, gracias a ti soy quien soy, nunca había estado tan feliz
-Matar a esa influencia, te convirtió en un ser con sed de poder- decía Revoy ya sin energías
-¿Sed de poder? ¡No!, quienes tienen sed de poder es porque no lo tienen, yo estoy, satisfecho de poder, y todo te lo debo a ti, gracias a ti todo lo que me hace feliz, se hizo posible, todo gracias a ti, en gratitud, te dejare vivir, y te dejare con la única persona que te ha amado- Salió el padre Marco de la nada a las espaldas de Revoys, entonces, el caballero, al ver su terrible destino, estando sujetado por una camisa de fuerza, y sin ninguna especie de instrumento para quitarse la vida, procedió a dejar de respirar, era muy difícil, se rendía y respiraba de vez en cuando, así que Brent, al ver los esfuerzos del caballero, “lo ayudo”, con una de sus manos tapo el rostro del guerrero, dejando así, que este consiguiera dejar de respirar.
1:43 am: el caballero murió asfixiado, el forense de la Orden diagnostica, que simplemente dejo de respirar por voluntad propia.