11:21 pm
Don Queca Árabe
abril 20, 2011
La mañana del 1 de mayo de 1943, un pescador en una playa en España descubrió un cadáver empapado que había sido llevado a tierra durante la noche. El muerto vestía uniforme militar británico y un salvavidas, además tenía un maletín encadenado a su cuerpo sin vida. Aparentemente una víctima de un accidente de avión en el mar, el cuerpo fue trasladado al puerto local, donde se informó de su descubrimiento a los oficiales nazis estacionados en la ciudad de Huelva.
Gracias a sus objetos personales, el hombre fue identificado como el mayor William Martin, un capitán temporal que hacia labores de mayor para la Marina Real Británica. Sospechando de una posible inteligencia militar interceptada, los agentes locales de la Abwehr – la organización de inteligencia alemana – bastante engatusados por la apariencia del maletín lo abrieron para examinar su contenido. En el interior, junto con los efectos personales del hombre, los nazis descubrieron correspondencia personal entre el Teniente General Sir Archibald Nye, vice jefe del Estado Mayor Imperial, y el general Sir Harold Alexander, el comandante británico en el norte de África. Esta carta describía los detalles clave de los planes de los aliados para invadir territorio ocupado por los nazis. Parecía que la suerte estaba favoreciendo a Alemania, pero el descubrimiento resultó finalmente en un desastre para los nazis.
En pocos días, el cuerpo fue entregado a los militares británicos, y fue enterrado con honores militares en Huelva. Sin embargo, el Almirantazgo británico exigió la devolución de los documentos, haciendo hincapié en la discreción, debido a su carácter sensible. El Gobierno de España se vio obligado a responder porque el país técnicamente era una parte neutral en la guerra, a pesar de que simpatizaban con la causa nazi. Los documentos fueron efectivamente devueltos a los militares británicos trece días después, pero no antes de que los agentes de la Abwehr alemana abrieran las cartas selladas, fotografiaran todo el contenido del maletín y volvieran a cerrar los sobres para disipar la sospecha de que el contenido de la carta había sido descubierto. A continuación, la evidencia fotográfica fue trasladada a Berlín, donde las imágenes fueron analizadas cuidadosamente.
Desconfiando ante un posible truco, la inteligencia alemana examinó las pertenencias personales del funcionario con gran detalle. Sus posesiones incluían numerosos artículos personales como una fotografía y cartas de amor de su novia, un juego de llaves, talones de boletos usados recientemente para una obra de teatro, una factura de hotel, etc. Una inspección más profunda y la investigación les sugieren fuertemente que estos artículos eran auténticos, lo que indicaba que el mayor William Martin y los documentos eran reales. Una segunda carta en posesión del muerto – ésta del Jefe de Operaciones Combinadas al Comandante en Jefe en el Mediterráneo – contenía texto que indicaba que el Mayor Martin llevaba una carta demasiado sensible para ser enviada a través de los canales normales, por tanto, había necesidad de que volara.
Según las apariencias, las potencias del Eje habían tropezado con inteligencia muy valiosa, y lo mejor, con desconocimiento de los Aliados, una carta que indicaba exactamente que playas tendrían que reforzar las potencias del Eje con el fin de repeler a los invasores aliados. El documento analizaba los detalles clave de la “Operación Husky“, un plan secreto aliado para invadir la Europa nazi a través de Cerdeña, Córcega y Grecia. También describía un plan para preparar un ataque falso en Sicilia – la ubicación donde Alemania esperaba que los aliados atacaran – como una forma llevar a las fuerzas alemanas fuera del sitio real de la invasión.
Al enterarse de la carta, Adolfo Hitler tomó medidas decisivas en base a la información divulgada. El 12 de mayo, envió una orden: “Medidas relativas a Cerdeña y el Peloponeso tienen prioridad sobre todo lo demás.” Desvió defensas importantísimas lejos de Sicilia hacía los puntos de entradas hostiles indicados, incluyendo una brigada extra de la Waffen SS, varias divisiones Panzer, lanchas patrulleras, dragaminas y minadores. Pero cuando llegó el día del ataque, todo estaba relativamente tranquilo en las playas de Cerdeña, Córcega y Grecia. Los alemanes habían caído en un elaborado engaño diseñado para llevar a las defensas nazis lejos de la verdadera meta aliada: Sicilia. El Mayor Martin – el muerto que el pescador encontró en la playa – nunca existió.
La idea de plantar falsas documentos militares sobre un hombre muerto y dejar que cayera en manos alemanas fue concebida por el teniente comandante Ewen Montagu en la inteligencia naval británica. La suya era una variación de una idea anterior propuesta por el teniente de aviación Charles Cholmondeley del servicio de contraespionaje MI5. Cholmondeley había sugerido que una radio inalámbrica podría ser colocada en un soldado muerto, cuyo paracaídas fuera manipulado para pareciera haber fracasado, lo que proporcionaría a los aliados un canal para darle desinformación al enemigo. Pero su plan se consideró poco práctico, el muerto de Montagu fue implantado en su lugar, y apodadoOperation Mincemeat.
El equipo de Montagu en silencio adquirió el cuerpo de un hombre de 34 años de edad que había muerto recientemente de neumonía, cuyos pulmones contenían líquido al igual que los de un ahogado. La familia del fallecido concedió el permiso para utilizar el cuerpo en esta misión con la condición de que la identidad del hombre nunca fuera revelada. A medida que el cadáver congelado esperaba, la vida de ficción del mayor William Martin fue fabricada con gran detalle por el Comité de los Veinte (referido a menudo por el número romano XX o “Doble Cruz”). El cadáver fue proporcionado con identificación, llaves, cartas personales y otras pertenencias. Para explicar por qué el hombre se encontraba encadenado a su maletín, el equipo de Montagu plantó evidencia que sugería que el Mayor Martin era un despistado pero responsable elementos, incluyendo cuentas atrasadas y una tarjeta de identificación de reemplazo. Como si el hombre se hubiera encadenado a sí mismo a un maletín lleno de documentos sensibles con el fin de evitar su pérdida durante el vuelo.
El 28 de abril de 1943, el Mayor Martin fue colocado a bordo del submarino HMS Seraph en un recipiente de acero especial lleno de hielo seco. El equipo partió hacia la costa de España, donde era probable que un ciudadano de los países alineados al eje localizara el cuerpo y lo reportara a las autoridades. Después de dos días en el mar, el submarino emergió a una milla de la costa de España a las 4:30 de la mañana. Convencidos de que el recipiente contenía un pesado equipo meteorológico secreto, los miembros de la tripulación lo llevaron a la cubierta, después de lo cual a todo el mundo, a excepción de los oficiales, se le ordenó de permanecer bajo cubierta. Allí, en la oscuridad, el teniente Norman L.A. (Bill) Jewell, el comandante de Seraph, explicó la misión y los hombres juraron guardar el secreto. El cuerpo del Major Martin fue retirado del recipiente a la cubierta, donde se le instaló su chaleco salvavidas y se encadenó a su maletín. Los hombres leyeron el Salmo 39 y arrojaron el cuerpo al mar, donde la marea lo llevó gradualmente a tierra.
Una vez que el cuerpo fue descubierto, las solicitudes de Gran Bretaña para que se regresara el maletín ayudaron a completar la ilusión de que había información sensible contenida en el mismo. Para promover el engaño, Montagu dispuso que el nombre del mayor Martin fuera incluido en la siguiente lista de bajas británicas en el Times. Cuando los documentos fueron devueltos a los británicos dos semanas más tarde, el examen microscópico reveló que los alemanes de hecho habían abierto y vuelto a cerrar las cartas. Además, las transmisiones alemanas descifradas por Ultra indican que los nazis estaban trasladando fuerzas para defender Cerdeña, Córcega y Grecia. Esta noticia provocó un cable breve a Winston Churchill para informarle del éxito: “Mincemeat Swallowed Whole.” (“Carne picada tragada entera”.)
El 09 de julio de 1943, las fuerzas aliadas iniciaron la verdadera Operación Husky, y golpearon el extremo sur de Sicilia. Rápidamente conquistaron la isla, encontrando muy poca resistencia, dado que el grueso de las fuerzas alemanas se había alejado de la zona. Durante las dos semanas siguientes los alemanes continuaron anticipando los ataques de Husky en Cerdeña y Grecia, que nunca llegaron. En el momento en que se dieron cuenta de que habían sido engañados, las fuerzas alemanas no tuvieron oportunidad de reagruparse con eficacia, por lo que se retiraron a Messina. Luego del transcurso de un mes, la totalidad de la isla de Sicilia estaba bajo control aliado.
El engaño de Montagu fue ejecutado con habilidad, y tuvo mucho éxito. La acción resultó ser muy valiosa en la causa de los aliados, dándoles el control de una zona de importancia estratégica y contribuyendo indirectamente a la caída de Mussolini. Por su participación en la operación, Montagu fue galardonado con la Orden Militar del Imperio Británico, y más tarde escribió un libro acerca de la operación, titulado El hombre que nunca existió.
En los años transcurridos ha habido mucha investigación y especulación sobre la verdadera identidad del mayor William Martin. Debido a los hallazgos del historiador aficionado Roger Morgan en 1996, el hombre que nunca existió ahora se cree por muchos que es Glyndwr Michael, un vagabundo galés que murió después de ingerir veneno para ratas y posteriormente sufrió neumonía química. Las marcas en su lugar de descanso han sido actualizadas para mostrar el nombre de Glyndwr en la tumba, sin embargo, no todo el mundo está convencido de que él realmente era el Mayor Martin. Hay algunas piezas en la historia que no parecen encajar, tales como la distancia de tiempo entre la muerte de Glyndwr y la ejecución de la operación Mincemeat. Además, el HMS Seraph dio un largo rodeo antes de dirigirse a la costa española, llevando a algunos a sospechar que estaba recuperando un cuerpo de otro lugar, posiblemente, una de las víctimas de un accidente a bordo del HMS Dasher.
Teniendo en cuenta los esfuerzos deliberados para proteger la verdadera identidad del comandante Martin en el momento, y dado el número de años que han pasado desde su muerte, es muy posible que nunca lleguemos a saber su verdadero nombre con certeza. Quienquiera que fuese el dueño de ese cuerpo, sin duda hizo un servicio incalculable por su país.
Mi presentacion a la comunidad
http://www.3gordosbastardos.co.....entandose/
mi primera reseña:
http://www.3gordosbastardos.co.....38;ret=all
6:20 pm
Híper-Mega-Obesidad...Mórbida
abril 20, 2011
3:02 am
Obeso
abril 20, 2011
Habia leido sobre esa invasion en Sicilia pero nunca habia escuchado de la operacion mincemeat, un gran resultado tras un bien ejecutado plan. Algunos desean haber vivido en el pasado en vez de este «deplorable» presente, yo estoy feliz de no.haber vivido en esos tiempos de guerra, aunque justo ahora nuestro pais no es muy seguro tampoco.
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