En los últimos años Hollywood se ha encargado de recordarnos constantemente lo fantástico y lo trágico que es Wall Street, la bolsa, los peligrosos juegos con la economía estadounidense (que es casi sinónimo de la mundial en ese microuniverso hollywoodense): qué fantástico es el dinero, las nenas semidesnudas, el champagne, qué pena que se acabe.
Las estructuras suelen ser parecidas a las típicas historias de ascenso y caída, y aunque nuestro antihéroe aprenda una valiosa lección, no es necesario que nosotros lo hagamos. Seguro porque todos queremos el dinero y las nenas y el champagne.
En «La gran apuesta» (¿es realmente una apuesta? eh…) la palabra clave es crisis. Aunque es posible que una premisa sobre la crisis inmobiliaria en Estados Unidos no necesariamente suena emocionante para gran parte del público, incluso cuando involucre a Ryan Gosling de traje y con ese cabello extraño que obviamente trata de confundirnos para que no nos demos cuenta cuán atractivo es y nos lo tomemos en serio. (Yo siempre te tomo en serio, Ryan Gosling).
Independientemente de los detalles técnicos económicos, esta propuesta se configura alrededor de cuatro personalidades (una de las cuales no es necesariamente Brad Pitt) que encuentran el fallo en el sistema antes de que todo se vaya al diablo. La ‘gran apuesta’ viene entonces del modo en que pueden aprovecharse de un terrible punto de inflexión con el que nadie está contando y que puede traer las peores y las mejores consecuencias.
Michael Burry es un hombre que socialmente no puede interpretar el mundo pero que es genialmente obsesivo con los números y las finanzas. Pese a su extravagante personalidad, lleva las cuentas de un grupo de inversores que quieren, como todo el mundo, tener más dinero. Y entre los muchos e inentendibles papeles que seguramente tiene que leer todos los días, comienza a notar un patrón en el sistema de préstamos hipotecarios de los bancos y el modo en que manejan esos activos con una deliberada y absurda facilidad. Y si todos vimos «The inside job» ya sabemos qué es lo que pasa cuando le prestas dinero a personas que no pueden pagarlo e inflas toda tu economía con ello. Suena muy evidente ahora pero en aquel momento todos se preguntaron al unísono: ¿Qué podría salir mal?
Este detonando va arrastrando de algún modo a los demás personajes a su alrededor: el banquero que se da cuenta de que la apuesta de Burry contra el sistema de hipotecas no es nada descabellada pero tiene que convencer a otro inversor para que se preste al no demasiado legal juego de querer quitarle un trozo del enorme pastel a los bancos. Un par de jóvenes que sueñan con sus propias inversiones se topan también con esta estrategia pero para poder entrar necesitarán la ayuda de un hombre más experimentado y que por algo abandonó todo ese mundano y superficial mundo (y, ok, ese sí es Brad Pitt).
Si la aproximación al tema puede resultar un poco vertiginosa al inicio, si no uno no está familiarizado con el contexto y sus detalles, la película gana muchísimo a cada momento con su ritmo y sus excelentes personajes encarnados a la perfección por un gran equipo de actores. Como comentaba en «En primera plana», se trata de cintas que aprovechan claramente el esquema taquillero clásico de Hollywood pero se concentran en darle realmente un plus a la historia. Resulta inesperado y muy bien logrado el ritmo casi de cinta de acción y los momentos cómicos que se filtran perfectamente en una trama que habla de un mundo que parece tan distante como son los inversores y en un momento tan difícil como la crisis del 2007.
Si su cuidado guión y edición son enormemente responsables, resulta inevitable detenerse en su increíble grupo de personajes: una orquesta muy bien balanceada que no pierde la dirección de que el protagonista no es el cabello de Ryan Gosling, el malhumor de Steve Carell, el ojo de vidrio de Christian Bale o la barba de Brad Pitt, sino el contexto en que todos están insertos y que nos lleva, a su paso, por diversos espectros de la vida estadounidense de la época, a punto de colapsar. Aunque más de uno de esos nombres ha destacado en esta temporada de premios y para los Oscares es Bale quien compite por mejor actor secundario, diré que para mí el personaje más logrado es sin duda Mark Baum (Carell) y que representa excelentemente uno de los logros generales de la película: un tono amoral que nos demuestra que en esta situación hay mucho más que blanco y negro, y mucho más que sólo números o sólo dinero. Los personajes se manejan humanamente entre sus intereses, sus rencores, sus necesidades de buscar algo, alejándose de ese acercamiento superficial al glamour del gran robo (aunque en este caso sea perpetrado en el corazón de la economía).
Y para sumarse en un momento que parece que todo lo que está nominado a un Oscar tiene que estar basado en una historia real (sobre todo «Mad Max», obviamente), el juego de autoconciencia juega maravillosamente a su favor. Hay una serie de guiños a lo largo del guión que sin ser una propuesta formal de formato, ayudan al ritmo, al tono y a darle pie al espectador que sienta que él también está cayendo en el juego.
En una temporada de premios en que gran parte de las promesas parecen en exceso insípidas y hay quejas de diferentes sectores sobre el redundante mérito de formar parte de todo esto, se agradecen películas que además de ofrecernos un poco del esquema típico de lo que funciona en pantalla, se esmeren en ir más allá y entregar un fantástico producto. No es de sorprender que tantos nombres rimbombantes se hayan sumado a su poster.
«The big short» o «La gran apuesta» es una película estadounidense del 2015. Dirigida por Adam McKay («Anchorman», «Step brothers», «The other guys») y protagonizada por Ryan Gosling («Drive», «Only gods forgive», «The notebook»), Christian Bale («Batman», «The prestige», «American psycho»), Steve Carell («The office», «Foxcatcher», «Virgen a los 40»), Rafe Spall («Shaun of the dead», «Prometheus», «La vida de Pi»), Hamish Linklater («Los cuatro fantásticos», «Battleship», «42»), Jeremy Strong («Zero dark thirty», «Lincoln», «The happening»), John Magaro («Unbroken», «My soul to take», «Carol»), Finn Wittrock («Noah», «Unbroken», «All my children») y Brad Pitt («El club de la pelea», «Snatch», «Bastardos sin gloria»). Tiene 7.9 estrellitas en imdb, 6.7 en filmaffinity y 88% en el tomatometro. Y es una muy buena opción si buscas qué ver este fin de semana.
Tarde pero llegue, apenas pude ir a verla, estoy muy de acuerdo con la reseña y me gustaría agregar que a pesar de ser un tema taaan pesado y en muchas ocasiones no entender términos específicos, la película logra que comprendamos el problema general y nos adentremos en su trama, al estar ya inmersos esperamos que cuando se rompa la burbuja todo sea feliz y es una inesperada reacción ver todos como se carcomen por su moral, de notar que obtener su fortuna destrozara la vida de muchos, en fin me alegro muchísimo ver algo así en cine, su montaje me parece pieza clave de su funcionamiento, como siempre gracias por el gran trabajo sam, sigue así.
Gran Reseña! también me parecio una pelicula muy buena.
Es interesante el punto de vista que das pues no es el comun.
Me parecio muy oscura, aunque algunas personas la consideren comedia. Creo que la pelicula mas bien ensalza a los tipos de Wall Street y quiere engañarte con ese discurso chistoso. Lo digo porque todos se benefician y no necesariamente hacen algo para evitarlo!!!, además de que en una parte te dejan claro que no hubo ningunas consecuencias y ese final da escalofrios.
En realidad yo creo que, si bien tampoco es que crucifiquen a Wall Street, se aleja un poco de las películas que parecen querer tener moralina pero en efecto glorifican a esos héroes económicos. Ninguno de los personajes de la película gana *la gran apuesta* (con la posible excepción de Ryan Gosling, aunque no se ahonda demasiado en eso): invierten mucho dinero, tienen muchas pérdidas iniciales, el proceso se prolonga lo más posible, sometiéndolos en muchas ocasiones al ridículo o acoso, y finalmente el sistema los acorrala un poco. Los inversores de Bale y Carell probablemente ganaron mucho dinero pero ni era lo que los personajes querían ni a ellos les favoreció demasiado personalmente. Los dos chicos tenían en apariencia la mejor apuesta y no ganaron ni remotamente lo que esperaban. Yo sentí que el mensaje final era un poco: en los vaivenes económicos siempre gana el sistema y siempre pierden las personas.
¡Saludos!
Es la primera vez que leo una reseña completa de cine, lo sé fallo. Pero esta película es mi favortia y de verdad tenía ganas de leer a Sam hablando de ella, y la descripción que hace es para mi la mejor forma en que podría referirme a este filme.