Cómics 41: Sandman [#1 – #20]

Neil Gaiman es un autor que casi siempre ha destacado en sus obras de un solo tomo: novelas gráficas, historias infantiles, novelas no-gráficas, incursiones breves en series de cómics. Pero en 1989, tras darle vueltas a la idea de recuperar la figura de The Sandman, el creado por Jack Kirby y Ernie Chua en 1974, le llegó la oportunidad de dirigir su propia serie regular. ¿La única condición?: Quédate con los sueños, pero no con los de Kirby y Chua. Queremos un Sandman completamente nuevo.

Y no tuvieron que repetírselo.

Este Sandman [Sueño, Morfeo, Oneiros, el Dador de Formas, y sus mil nombres] es uno de los Eternos, conceptos ancestrales personificados como un grupo de hermanos que mantienen el orden del mundo: Sueño, Muerte, Destino, Deseo, Desesperación, Delirio y Destrucción (Sueño y Muerte lo arruinan en español, en inglés el nombre de todos empieza con D). Por su propia condición inmortal no se restringen a un tiempo o un espacio, sus historias no conocen los límites, especialmente las de Sueño, ya que su propio reino se construye sobre las historias. Y esta premisa realmente la que da forma a la saga de «Sandman»: un conjunto de historias a veces caóticas, que van conformando un universo cuyas fronteras se van desdibujando entre el sueño y la realidad.

Sueño aparece por primera vez convocado por Roderick Burgess, un ocultista de la época de Aleister Crowley, quien desea capturar a la Muerte para poder negociar con ella ciertas concesiones. Pero no es la Muerte quien termina en su jaula de cristal sino su hermano menor, Sueño, un individuo delgado y pálido, quien no pronuncia una sola palabra durante los largos años que dura su cautiverio. Esperando en silencio su venganza.

«Preludes and Nocturnes» es la primera saga de la serie, abarcando del número 1 al 8. No sólo sirve para introducirnos a nosotros a la figura de Sueño, y a él al actual mundo humano, sino que a través de una serie de búsquedas se nos muestra también la amplitud de su reino y sus capacidades. Durante su cautiverio Sueño fue despojado de los tres objetos que representan su poder: su casco, su bolsa de arena y su piedra de sueños. Cada uno de los objetos ha seguido su propio rumbo a lo largo de los años y debe recuperarlos así tenga que ir al mismo Infierno por ellos. Y sí que tendrá que ir al Infierno.

En esta misma saga encontramos también varios personajes del universo DC, bajo el cual fue publicado originalmente la serie antes de que se fundara el sello de Vertigo, del cual pasó a ser su más importante expresión. En estas páginas encontramos a John Constantine, Mr. Miracle, el Detective Marciano, el Espantapájaros, Etrigan e incluso a otro Sandman, el creado por Gardner Fox y Bert Christman. Pero no es sólo con este universo con el que busca crear lazos el cómic, y a lo largo de sus páginas lo mismo encontraremos protagonistas de otras historias como personajes reales, literarios, históricos que se irán mezclando en ese gran Reino de Historias que es gobernado por Sueño.

«The Doll’s House», del número 9 al 16, inicia con el recuento de sueños una vez que el Reino Onírico ha vuelto a instaurarse traes el caos que siguió a la desaparición de su amo. Casi todo ha vuelto a su lugar con la excepción de algunos sueños y pesadillas que han desaparecido. Algunos con el deseo de experimentar qué se siente ser humano, otros buscando gobernar su propio y retorcido mundo de sueños, y otros queriendo llevar la raíz de las pesadillas hacia nuevos límites.

Todas estas presencias terminarán conjurándose alrededor de un vortex, un individuo excepcional que surge cada ciertos años para amenazar el mundo de los sueños, entremezclándose también con la tragedia personal de una familia dividida que busca reunirse tras lo que ahora les parece un largo y doloroso despertar. Entre el conjunto de historias que van conformando este tomo se encuentra uno de los mejores arcos de la serie: una convención de asesinos seriales. De todas partes de Estados Unidos llegan hasta un pequeño hotel perdido en un pequeño pueblo asesinos en serie de todo tipo, con la extravagante fachada de ser fanáticos de los cereales. Conferencias, pláticas, mesas de discusión y una excelente oportunidad para comparar modus operandi. El delirante y escabroso submundo del crimen se congrega en un tono fantástico entre lo oscuro y lo cómico.

Dog Soup es un modelo a seguir.

Y es ésta una de las características que hizo que «Sandman» resultase tan única en su momento y hasta nuestros días: su capacidad de mezclar elementos maduros, oscuros, fantásticos, sin perder la esencia básica de los cómics de DC. Aprovechar cada una de sus perspectivas, ya sea visual, narrativa, referencial, y darles vida sin limitarlas, sin esperar a un lector convencional, sin temerle a los saltos temporales, a lo errático de la secuencialidad entre un número y el siguiente. A partir del concepto abstracto del Mundo de Sueños el cómic se mueve libremente dotado también de esta capacidad moldeadora, infinita, llena de posibilidades. Increíbles posibilidades.

La tercera saga, «Dream Country», es un conjunto de cuatro historias aisladas e independientes que tienen lugar en distintos momentos históricos. Un escritor mantiene en cautiverio a la musa Calíope para ser siempre capaz de escribir grandes épicas. Un gato profeta se dirige a una multitud en medio del bosque compartiendo la palabra, en espera de que poder dar sueños a los demás gatos y que estos sueños lleguen a construir un mundo donde ellos sean los amos. William Shakespeare y su compañía representan «Sueño de una noche de verano» en medio del campo y con un público que ha viajado desde otro mundo para poder presenciar la obra. Una mujer sufre un accidente que lejos de convertirla en superheroína, la despoja de rostro y le impide morir. En todos estos momentos se encuentra la mano de Sueño, puesto que todos viven de algún modo gracias a los sueños.

Estas tres sagas son apenas una mera introducción a las posibilidades que una historia como la de «Sandman» puede contener. Sueño, a diferencia del modelo ideal de protagonista en los cómics, es un personaje altamente mudable, sabio y caprichoso, que es capaz de dirigir un reino eterno pero que no deja de aprender nuevas lecciones en su interacción con otros personajes. Desde su aspecto físico hasta su posición como pilar en ese mundo de historias sobre historias, resulta evidente la marca personal de Gaiman. Y es en gran medida gracias a este cómic que terminó por perfilarse como un autor obligatorio de culto, y como un maestro en el manejo de la Historia y las historias, en todas sus presentaciones.

Durante estos 20 números participaron en los trazos y las tintas los artistas Sam Kieth, Mike Dringenberg, Malcolm Jones III, Chris Bachalo, Michael Zulli, Steve Parkhouse, Kelley Jones, Charles Vess y Colleen Doran. Consiguiendo un estilo cambiante que se ajusta a las necesidades de cada historia, manteniéndose casi siempre sobre un trazos aparentemente descuidado, una predilección marcada por el contraluz, pero con una estética que puede pasar de lo medieval a lo punk, del film noir al cómic de superhéroes. Pero si algo prevalece a lo largo de sus 75 números son las increíbles portadas de Dave McKean, socio regular de Gaiman, y que han definido gran parte del imaginario actual de Sandman.

Dentro del difícil reconocimiento que tienen las novelas gráficas dentro de la literatura canónica, «Sandman» fue de las primeras en aparecer en la lista de Best Sellers del New York Times, y una de las cinco en ser incluida en el top de «Las 100 mejores lecturas de 1983 al 2008» de Entertainment Weekly. Y es que fue tal el fenómeno de «Sandman» que muchos de sus lectores eran personas que no leían ninguna otra clase de literatura gráfica, e incluso tenía un alto porcentaje de lectores femeninos en comparación con prácticamente cualquier otra publicación de cómic en ese momento.

Y una entrada no basta para hablar de esta fantástica saga. Ya hablaremos luego con los siguientes tomos.