La mujer de tus pesadillas…

Hay varios mangakas a los que usualmente se les cuelga el título de ‘el maestro del terror’. Con mayores y menores méritos. También es cierto que varios de ellos han trabajado activamente para ganarse dicho título. Entre todos ellos mi corazón siempre tendrá un lugar especial para Junji Ito, del mismo modo en que él esperaba que los corazones de todos los hombres tuvieran siempre un lugar especial y oscuro para su Tomie.

«Tomie» fue una de sus primeras historias y con la que más ha trabajado a lo largo de su desarrollo como autor. Las publicaciones esporádicas del manga se publicaron entre 1987 y el 2000, siendo hasta el momento la única de sus obras que ha ido actualizando de manera recurrente. Para esto sirve que «Tomie», a pesar de ser una saga, se componga por una serie de historias cortas auto-conclusivas que no necesitan hilarse de manera cronológica ni justificarse entre ellas. Después de haber establecido lo que sería la línea general de su argumento desde la primera historia, Tomie, personaje protagónico, se volvió un concepto en sí mismo, casi un símbolo que tomaba un cuerpo femenino y que permitía entonces que su historia recomenzara una y otra vez, en mil modos distintos, pero siempre dirigiéndose hacia un mismo final funesto.

tomie28Un grupo escolar se presenta sombrío a clases. Hay alguien que falta ese día, Tomie, una joven y bella estudiante cuyo cuerpo fue recién descubierto sin vida y mutilado. Alguna amiga trata de consolar al pesaroso novio, nadie habla demasiado sobre lo sucedido. Entonces, a medio día, la puerta del salón se abre y una joven y bella estudiante entra disculpándose por su tardanza: Tomie.

Esto no sería tan preocupante sino descubriéramos rápidamente que todos en el salón saben quién asesinó a Tomie. Quién y cómo, no hay duda que ese cuerpo mutilado en numerosos pedazos era el suyo. Y sin embargo ahí está ella, tan viva como antes, y el ciclo destructivo en el que envuelve a todos a su alrededor vuelve a comenzar.

Bajo tal premisa podría parecernos que Tomie es una especie de femme fatale con componentes paranormales que la hacen volver a la vida. ¿Con qué propósito? Sin embargo los encantos mortales de Tomie no van encaminados de manera exclusiva a controlar a los hombres a su alrededor, sino que, de manera extraña, incitan a estos mismos hombres a conducir sus impulsos hacia ella, asesinándola. Esto no detiene demasiado a Tomie porque ¿he mencionado ya antes su tendencia a volver a la vida?

tomie5Ito, como suele hacer con casi todas sus historias, no tienen ningún interés en explicarnos el origen de Tomie, sus antecedentes, la situación concreta que la ha convertido en lo que es (en las tantas cosas que es). A través de historias bastante cortas lo que presenciamos son apenas ventanas fragmentarias a todas las posibilidades de Tomie, a su infinita capacidad de desgracia. Lo único que tenemos por cierto es que es bella, increíblemente bella, y que su belleza y presencia son capaces de orillar a cualquier hombre a la muerte (la propia y la ajena). Y es esa misma influencia sobre los hombres lo que la condena también a su propia muerte.

Al tiempo que Junji Ito se dedicó a otras de sus obras, principalmente sus historias cortas y «Uzumaki», iba y volvía de «Tomie», de modo que una de las primeras cosas que notamos conforme vamos pasando entre una historia y otra es la evolución que su estilo va atravesando con los años, perfeccionando lo que desde un inicio pintaba para ser un excelente arte para historias de terror.

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Tomie, poniéndose más guapa con los años.

La historia tiene una estructura narrativa tan sencilla que se presta a toda clase de interpretaciones. Las más complejas hablan de la propia evolución de los personajes femeninos en los comics japoneses poco después de la guerra, en una época en que la dinámica familiar colocaba a la mujer como un pilar esencial (siendo que los hombres generalmente se mantenían alejados de la familia por el trabajo) pero sin dejar por ello de ser una sociedad patriarcal. De tal modo que la subversión del rol femenino, en su aparente poder familiar, era percibido por los individuos masculinos (en este caso, los hijos) como una agresión, que los orillaba a su vez a desquitarse con las mujeres humillándolas. Esta pesadilla masculina se mostraba en los mangas eróticos a través de mujeres que se oponían al régimen establecido, y que si bien eran subyugadas y humilladas por el poder masculino, siempre regresaban, en la interminable fantasía de mujeres que reemplazan a otras mujeres.

Tomie podría ser eso, un desafío inútil al poder masculino que está condenado a regresar, una y otra vez, para mantenerse una vez más, inútil, contra ese mismo poder.

tomie1Por otro lado, Tomie también puede ser vista a través de la interpretación medieval de la feminidad. Donde las mujeres únicamente podían responder a los estereotipos de mujer-santa y mujer-demonio. Tomie es la encarnación de la feminidad vista como un elemento negativo en sí mismo, sin justificación. Puesto que Tomie es mala por la única razón de la maldad en sí: no tiene utilidad, no le genera beneficio, no la dirige hacia ningún punto que no sea la muerte. Y si bien esta maldad no tiene un objetivo directo también es inalterable, inmortal, condenada a repetirse por la repetición misma.

Cada historia abarca personajes distintos, aunque algunos vuelven a aparecer tiempo después en situaciones diferentes, lo que nos lleva a suponer el margen de acción temporal y espacial de Tomie. Muchas de sus historias siguen una fórmula bastante limitada de ‘chico conoce chica y luego todos mueren de manera horrible’ pero otras aprovechan no sólo giros interesantes en la narración sino facetas distintas de Tomie, que mucho tienen que ver con el particular acercamiento que Junji Ito tiene al horror corporal y que conforma parte importante de su carrera.

Uno podría pensar que desde la tragedia de la bomba atómica, en el pensamiento colectivo de Japón el cuerpo se convirtió en un espacio de posibilidades. Sus monstruos gigantes distaban de las fantasías de colonización de sus contrapartes estadounidenses, y las producciones artísticas aprovecharon cualquier comunión extraña que dejara en claro que el cuerpo no es un lugar inalterable (¿en qué otro país podríamos encontrar con tanta facilidad tentáculos atacando colegialas, geishas robots, personajes que han sencillamente reemplazado alguna parte de su cuerpo por cualquier instrumento, y un larguísimo y variado etcétera?). En el caso de Junji Ito, a diferencia de otros autores, este horror corporal nunca se ha fundamentado en una cuestión de ‘más’ o ‘menos’, de la degradación corporal, sino de la capacidad de reinventarse, reconstruirse. Tomie, de este modo, es una y es mil, conforme avanza la trama vamos viendo que la muerte no es su único destino ni su belleza su única capacidad.

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Conforme la saga se va acercando a su fin parece que Ito siente la necesidad de darle una especie de cierre, para que no termine por confundirse con sus historias sueltas que reflejan de manera aisladas sus recurrentes obsesiones. De modo que las últimas historias esbozan lo más cercano a una especie de teoría sobre Tomie, si bien no se enfoca tanto en su origen como en su desarrollo y reproducción. Esta última etapa de la saga es, por una parte, la que más se esmera en tramas complejas que se alejan de la premisa de relación sentimental más común (además de que el autor tiene ya un estilo por completo perfeccionado), aunque por otro es posible que se sacrifique un poco el efecto de horror que provocaba la simplicidad sin explicaciones de sus primeros episodios. Lo cierto es que Tomie no necesita explicaciones para ser la mujer-monstruo de nuestros más oscuros sueños.

A partir de 1999, aprovechando la fama que tuvo «Ringu», comenzaron a adaptarse películas de Tomie (tanto como se han hecho de algunas otras piezas del autor). Hasta el momento hay 10 películas sobre el personaje (una incluso dirigida por el propio Ito como parte de un proyecto de mangakas adaptando sus propias historias, y que es practicamente inconseguible hasta ahora), siendo la última del 2011 y contando con famosos directores como Takashi Shimizu («Ju-on») y Noboru Iguchi («Machine Girl», «Robo-Geisha», «Mutant Girls Squad», «Dead Sushi», ¿necesito decir más?).

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Encarnaciones cinematográficas de Tomie, ¿por cuál de estas bellezas matarías?
(O a cuál de estas bellezas matarías, para ser exactos)

Hay que agregar que ninguna de estas películas le hace verdadera justicia al personaje (con la posible excepción de Junji Ito, aunque también sería un caso extraño el del autor adaptando efectivamente su obra en otro formato) y suelen caer en tópicos poco favorecedores. El principal es el de no establecer a Tomie como sólida protagonista de sus tragedias, pero también es el querer explicar una historia que no ha buscado nunca tener explicación, el no utilizar actrices muy bellas para el protagónico siendo que es todo el chiste del personaje (debo decir que elegí las mejores fotos de cada una de ellas, la mayoría no se ven ni la mitad de bien en sus respectivas películas), y quizá el exagerar sus relaciones con los personajes femeninos que generalmente brillan por su ausencia en el manga. Si acaso yo particularmente destacaría la de Noboru Iguchi («Tomie: Unlimited») porque consigue llevar la historia de Ito hasta el propio estilo del director con un resultado bastante particular, siendo además un autor que también ha trabajado bastante con el horror corporal en su filmografía.

«Tomie» es un excelente punto de convergencia entre las posibilidades de la obra de Junji Ito. Si bien es una saga prolongada como «Uzumaki» o «Gyo», se conforma principalmente por historias cortas que podrían verse de manera aislada (como la gran mayoría de su obra). Tomie, como personaje, no es sólo una de las mejores she-monster que me he encontrado en un cómic, sino una maravillosa encarnación directa del terror al ser a su vez victimario, víctima, tragedia, monstruo y resurrección.

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