Llegó la hora de inaugurar esta sección, y nada mejor para comenzar que hablar de dos gigantes del manga como son Osamu Tezuka y Naoki Urasawa.

pluto14Atom, también conocido mundialmente como Astro Boy, fue creado por Osamu Tezuka en 1952, pero dentro de la ficción de ese mundo futurista e hiper tecnológico (en un momento en que Japón no era conocido como hoy en día por su tecnología) su nacimiento se fija para el 7 de abril del 2003. Sí, el 2003 era el futuro lleno de robots que se imaginaba Tezuka medio siglo antes.

No llegó el futuro de robots con emociones pero es en el 2003, para conmemorar dicho nacimiento (y los poco más de 50 años del manga original), que da origen la serie de «Pluto», realizada por uno de los más importantes mangakas del panorama actual.

Ahora bien, en Japón, a diferencia de lo que sucede más que habitualmente en el mundo del cómic anglosajón, no es usual que una historia sea tratada por nadie más que su autor. El propio Tezuka fue víctima en un par de ocasiones de usos sin autorización de su personaje por parte de publicaciones estadounidenses. Además de que su fama es mucho más reconocida en Japón y sin duda debe resultar intimidante para cualquiera trabajar con material concebido por el «dios del manga».

Pero Naoki Urasawa no es un cualquiera, inició su carrera a principios de los años 80 y curiosamente fue en esos años que tuvo su primer encuentro con Tezuka, cuando era el respaldo de la revista Big Comic en caso de que «el dios del manga» no entregara a tiempo los capítulos de su serie «El árbol que da sombra». Cosa que nunca sucedió y Urasawa se quedó en la banca. Aunque su carrera comenzó a tomar vuelo hacia finales de los 80, no fue hasta la siguiente década, con  «Monster» y «20th Century Boys», que se constituyó como uno de los nombres imprescindibles en el mundo editorial japonés. Y aunque todo esto pueda sonar a resumen fácil, basta decir que si alguien era el indicado para volver a darle vida a Astro Boy, era él.

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Urasawa lleva el concepto de fanfic al extremo. «Pluto» es, literalmente, una reinterpretación de uno de los arcos argumentales de las historias originales de «Astro Boy»: «The greatest robot on Earth». Paso por paso. Urasawa ha de haber pensado que si alguien iba a contar algo sobre el niño (robótico) consentido de Tezuka, nadie mejor que Tezuka para el trabajo.

En «Pluto» nos encontramos con Gesicht, un robot detective alemán, que se enfrenta a un caso donde personajes relacionados con el debate alrededor de los derechos de los robots, son asesinados de manera misteriosa y brutal. Al mismo tiempo que una serie de robots de primera clase comienzan a sufrir el mismo destino. En todos los casos las escenas del crimen coinciden en tanto parece que un tornado acaba de arrasar la zona y los cuerpos son decorados con lo que parece ser unos enormes cuernos. No se necesita mucho tiempo para darse cuenta que alguien está planeando la muerte de los mejores robots del mundo.

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Sí, la historia original de Astro Boy ya involucraba robots siendo asesinados, pero se contaba desde el punto de vista de Atom aprovechando para momentos entrañables y una reflexión sobre la injusta relación humanos-robots. De modo que Urasawa usa la ocasión para llevar la historia hasta su campo e inclinarse hacia el género que mejor se le da: el thriller. Si bien seguimos paso por paso la historia contada muchos años antes, el enfoque es diferente al tiempo que el contexto en que se desarrolla se explora muchísimo más a profundidad, creando un universo tan vasto como el de muchas obras literarias de ciencia ficción ya consagradas. Urasawa no se anda con niñerías.

En retrospectiva pueda que ahora veamos las series originales de «Astro Boy» como una caricatura tierna que se preocupaba mucho más por su público infantil que por alcanzar grandes significados. A lo cual hay que destacar que Tezuka, entre tantas otras cosas, fue un autor que incluyó de manera bastante temprana la idea de ‘derechos de los robots’ en su obra. Muchos años y Will Smiths salvando al mundo (de robots, claro) después, sigue siendo un tema que genera toda clase de perspectivas y que es una excelente excusa para adaptaciones de ciencia ficción. Aunque en el caso del temprano «Astro Boy» y una gran mayoría de las producciones en este aspecto, este debate abarca una escala general: cómo se organiza una sociedad, en líneas generales, donde los humanos conviven todo el tiempo con robots. Ya no sólo robots militares, o sólo robots de servicio, sino toda clase de robots insertados en la sociedad en un nivel casi comparable a los humanos. Pero, todos sabemos, los robots no son humanos, y es en ese curioso punto de la cotidianidad de un objeto-sujeto nada cotidiano, donde nos ubicamos. Gesicht (como Atom, como los otros robots de primer nivel que aparecen en la trama) es un robot, es un robot de primer nivel, es un detective, pero es también un esposo, es un burócrata, y dada la premisa es también una víctima más que potencial del misterioso asesino.

pluto17Urasawa es, ante todo, un excelente contador de historias. Realizando sagas tan largas («Pluto», con sus 8 tomos, resulta corta en comparación a «Monster» y «20th Century Boys»), con tantos personajes e historias aisladas que luego se van hilando, resulta increíble la dirección tan clara y la fuerza que consigue en cada uno de sus episodios, que le da a la narración un ritmo natural y contundente que genera finales explosivos. Aun cuando tiene esta tendencia a concluir con una especie de ‘emoción’ más allá del resultado de las acciones. Es por ello que puede resultar un autor difícil de definir y que lo mismo puede verse como un director de orquesta que lleva una compleja historia hacia un final concreto, como el autor de una serie de episodios aislados que consiguen encantar por sí mismos independientemente de que al colocarlos juntos conformen una trama general. Basta ver las breves breves historias de los otros robots de primera generación no tan protagónicos que son pequeñas joyas en sí mismas.

También basta ver lo increíblemente encantadora y humana que es la reinterpretación de Atom, en contraposición con una historia sobre asesinatos y dioses romanos de la muerte:

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Otro de los elementos en que Urasawa expande el universo de Tezuka es en la cuestión política. Además de las cuestiones sociales más inmediatas nos traslada a un futuro que no parece demasiado diferente al nuestro, donde los ‘mejores robots del mundo’ son tan pocos porque los Estados Unidos de Tracia han prohibido su producción, razón que aprovecharon para invadir al Reino de Persia (cualquier parecido con la realidad…), creando un clima de sospecha política que sin duda influirá en la investigación criminal.

Si mi continua referencia a Tezuka puede asustar a lectores no conocedores, tengan por seguro que aunque no tengan idea de quién es Astro Boy la lectura de «Pluto» es totalmente accesible, si bien pueden perderse algunos guiños del autor la historia se disfruta por entero. Incluso puede que hasta un poco más, sin saber cómo resultarán algunos de los sucesos que se repiten de la historia original. Al tiempo que cualquier fan hardcore del más clásico de los autores japoneses sin duda podrán disfrutar también de la actualidad de esta reinterpretación, además de la maestría que demuestra Urasawa para representar a los conocidos personajes de la serie con un estilo mucho más serio y personal.

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También es posible que sea una de las obras largas de Urasawa más accesible para lectores que vayan a empezar a conocerlo. La intriga general se combina de manera efectiva con la acción, el drama, un toque de comedia, escenas emotivas y, claro, Astro Boy (aunque Gesicht fue una excelente elección para protagónico). Y aunque todo puede sonar a alabanzas al por mayor (aunque sean merecidas) lo cierto es que me gusta menos en comparación a las otras dos obras que he mencionado antes, «Monster» y «20th Century Boys». Aunque eso no tiene nada que ver con que «Pluto» sea una obra menor, sino con que Urasawa es un maestro con todas las letras y es difícil tener que escoger entre sus mejores obras.

Y para cerrar esta reseña con un típico ‘el libro es mejor que la película’, en el 2010 se reportó que Universal Pictures había comprado los derechos del manga en espera de poder realizar una adaptación entre el live-action y el CGI que podría sonar como totalmente innecesaria. Porque, salvando las distancias entre las correspondientes productoras y estudios, todos sabemos lo que sucede cuando Hollywood le pone las manos encima a mangas/animes:

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Y bueno, así concluye la inauguración de esta sección, se corta el lazo (se rompe la botella de champagne) y ya nos estaremos leyendo cada dos semanas.