¿Qué onda, banda? Aquí Rafa con una reseña de un juego que está disponible exclusivamente para el PSP: Jeanne D’Arc.

Este título fue desarrollado por Level-5 y distribuido por Sony. La historia ya deberían sabérsela, pues sigue al pie de la letra los acontecimientos que ocurrieron durante la campaña de Juana de Arco en la “Guerra de los cien años”. Ustedes saben… aquella época donde los ingleses, con ayuda de los demonios, atacaron Francia y se toparon con la resistencia combinada de los franceses, hombres-bestia y elfos.

…¿Qué? ¿No fue así? ¡OH, NO! ¡TODA MI VIDA HE VIVIDO UNA MENTIRA!

…Bien, dejemos las payasadas a un lado. Se trata de una versión, digamos, muy libre de la guerra mencionada. Con todo y todo, sí sigue algo de la trayectoria de la verdadera campaña de Juana de Arco y fuera de eso, la trama es entretenida, está bien narrada y te deja picado. Si hay alguna queja genuina es que hay algunos detallitos a los cuales el juego de entrada les pone mucho énfasis y te hace pensar que serán elementos importantes en la historia… y de pronto ya no vas a saber nada más de ellos. Es como si la historia misma te dijera: “¿Qué? ¿Cómo que qué le pasó a ese tipo? Supéralo, puto, ya no lo vas a volver a ver.” Por suerte, no pasará de que te encojas de hombros, digas: “Bueno,” y sigas jugando.

El gameplay es de RPG mezclado con estrategia por turnos, como Final Fantasy Tactics. Lo que es más, quienes ya hayan jugado algún título de esta vertiente de la popular franquicia se van a sentir como en casa casi de inmediato, aunque conforme progresas en la historia, te darás cuenta de que Jeanne D’Arc es un título más sencillo y accesible en cuanto a la mecánica del juego y la cantidad de cosas de las que debes estar pendiente al momento de preparar a tus guerreros para la batalla.

El juego principalmente consiste en elegir de entre varios personajes y utilizarlos en un campo de batalla para derrotar – o cumplir con el objetivo que se te imponga – a tus enemigos. El control es muy sencillo y mínimo: tú indicas a tus monos hacia dónde moverse; eliges de entre un menú de acciones que pueden realizar y ves como sucede todo – como en los RPGs de la vieja escuela. Sin embargo, todo esto va más allá de “yo te pego, tú me pegas y a ver quién aguanta más”.

Aunque el parecido con Final Fantasy Tactics es mucho, sí hay varias diferencias que le dan una identidad propia a Jeanne D’Arc. Un detalle que afecta mucho la estrategia es que el juego te muestra antes de que empiece la pelea un panorama del campo de batalla. Tú entonces podrás elegir a los monos que utilizarás para pelear. Es una ventaja enorme que tienes sobre tus enemigos, ya que puedes aprovechar sus debilidades y poner puro tipo que les lleve la delantera. Más adelante el juego te saca sorpresas inesperadas con las que tendrás que lidiar a la macha, pero son las excepciones.

Otra diferencia son las clases de peleadores. Mientras que en la saga de Square-Enix podías tunear a tus guerreros como se te diera la gana con una cantidad de clases impresionante, Jeanne D’Arc te limita a un número contado de ‘jobs’. Estos incluyen el guerrero común, que usa espada y tiene ataque, resistencia y movimiento normales; están los tanques, que cargan hachas, pegan bien tozudo y aguantan un madral de fregadazos, pero tienen un movimiento muy pobre; también hay magos, arqueros, lanceros y otros cuantos, mas no es una lista de clases que le da la vuelta a la cuadra.

Cada clase tiene habilidades que solamente puedes equiparle a los monos que sean compatibles. Hay algunas que son comunes para todos los personajes – nótese que con esto me refiero a que son movimientos que funcionan para lo mismo, pero no quiere decir que puedas equiparle una misma habilidad a un mono con hacha que a uno con espada –; sin embargo, las demás sí tienen propósitos únicos, lo que hace que valores a cada uno de tus personajes individualmente para llevar a cabo tu estrategia.

Ahora bien, existen otras habilidades que sí son generales en el sentido de que puedes equipárselas a quien sea. Éstas incluyen magias, que van desde los reglamentarios hechizos de fuego y hielo hasta VIENTOS HURACANADOS. Obviamente, en lo que respecta a las magias, queda mucho mejor que la utilice un mago a que se la des a un gigantón menso con hacha, pero si tienes de sobra – lo cual es muy probable, porque los enemigos las tiran como si fueran palomas cagando – no está de más equipárselas. Y, por el otro lado, están las habilidades pasivas, como bonificaciones de ataque o defensa.

Como es costumbre en este tipo de juegos, todas las habilidades pasivas que realices consumirán cierta cantidad de magia. Inicias cada partida con una cantidad determinada – que no es lo máximo que puedes tener – y con cada turno que pasa, vas recuperando un monto. Esto quiere decir que las habilidades que usan poca barra de magia las vas a poder usar casi al momento, pero para utilizar los hechizos más chonchos y que requieren de mucho poder mágico vas a tener que aguantarte algunos turnos para ahorrar suficiente energía.

El juego cuenta con un intrincado sistema de fortaleza y debilidad que forman un complejo triángulo de simbología cósmica… o sea, piedra, papel o tijera. Una de las habilidades pasivas incluye darle un atributo a tu personaje, que puede ser atributo de sol, luna o estrella. Dependiendo del atributo que posea tu guerrero, será más o menos fuerte contra otro. El sol le gana a la estrella; ésta es más fuerte que la luna y el sol es débil contra la última. Por poner un ejemplo y que este desmadre se entienda: si tú tienes un guerrero con alineación de sol y te le vas a poner al brinco a un monstruo con alineación de luna, llevas las de perder. Es mejor que lo enfrentes a una criatura con alineación de estrella para que le partas la madre… de perdida a alguien con su mismo atributo para que queden tablas. Y para sumarle a todo esto, hay magias que tienen atributos que son independientes de la alineación actual de tu personaje. Otro ejemplo: si tu mago, quien tiene alineación de luna, hace un hechizo de fuego, el cual posee atributo de sol, contra un monigote con alineación de estrella, le va a causar muy buen daño, sin importar que en teoría tú eres más débil que el enemigo (recuerden: estrella gana a luna).

¿Sigue sonando confuso? Créanme, en el juego es bastante fácil e intuitivo y lo que es más: debido a que puedes dar un vistazo al campo de batalla antes de lanzarte de lleno contra tus enemigos y estudiar quienes tienen qué alineación, puedes modificar los atributos de tus tropas para que así los tengas bien rudos y se les puedan poner al brinco a tus enemigos con menor dificultad.

El juego también alienta que te le amontones a un enemigo con varios guerreros. Cuando realizas un ataque normal contra un mono cuerpo a cuerpo, queda un aura del otro lado que, cuando es aprovechada por otro personaje, hace que pegue bien cabrón – y aplica también a habilidades. Así que por eso es bueno que siempre tengas a dos de tus peleadores desmadrándose a un pobre incauto. No te va a durar nada si lo agarras así.

Aun con todas estas facilidades, hay ciertas batallas que son bastante complicadas de ganar con tus soldados solamente, por muy tronados que estén. Por suerte para ti, cuentas con un arma secreta: tanto Jeanne como algunos otros personajes que irás adquiriendo conforme progresas, cuentan con la habilidad de hacerse Súper Sayiajines. O adquirir las armaduras sagradas de Atenea. Lo que se te ocurra; el caso es que se vuelven mega-cabrones.

Estos personajes tienen una o más gemas que puedes usar al cabo de algunos turnos. Cuando las activas, tu guerrero recupera toda la energía que haya perdido, gana un poquito más de vida, ataque, defensa y ciertas habilidades que te van a hacer un parote. Dependiendo del personaje y de la gema que utilices, puedes usar, mientras estás transformado, un poder especial que consume una módica cantidad de magia, pero pega súper tozudo.

Sin embargo, la habilidad más útil que ganas – y que es común para todos los personajes que puedan usar las dichosas gemas – es God Speed. Esta madre se activa cuando estás en modo Ultraman y le das el golpe de gracia a un enemigo: te permite volver a mover a tu personaje durante ese mismo turno – y más vale que la aproveches, porque en sí, la gracia de tu gema sólo te dura un par de turnos y luego ya no la vas a poder usar por el resto de la pelea – y si tienes bien colocados a tus personajes y usas las gemas en el momento preciso, la batalla puede convertirse en un juego de damas, donde vas brincando de una víctima a la siguiente y terminas la pelea cagado de la risa.

Es muy posible que al cabo de un tiempo tengas una muy buena cantidad de cristales de habilidades repetidos. No te apures: en un momento en el juego te dejarán utilizar a un sapo mágico (no pregunten) para hacer combinaciones con tus posesiones y ver si puedes obtener alguna nueva, más rara y mejor habilidad. Y no hay de qué preocuparse, ya que el juego sólo te deja juntar los cristales que sí pueden mezclarse y no te tiene experimentando como idiota, gastándote todos tus recursos… Hasta cierto punto, pues hay varias habilidades que se consiguen con más de una combinación y no va a faltar el momento en el que termines mentando madres porque ya te salieron tres habilidades iguales para tu lancero con puros cristales que al parecer no tienen nada qué ver.

Gráficamente, el juego no está mal. Los escenarios están bien trabajados y los modelos de los personajes están bien hechos. Están deformados, pero encajan chido con la temática general. Y en vez de videos de alta calidad gráfica renderizados, pasan fragmentos de animé y la animación de éstos es muy fluida y vistosa. Los personajes humanos están simples y no son TAN estrafalarios como se pensaría de un juego con animé (bueno, no todos, porque el Duque de Bedford está tan raro como horrendo – por poner un ejemplo).

Sin embargo, para algunos cuantos efectos especiales sí se queda un poco corto. Comparándolo con el Final Fantasy Tactics de Playstation o PSP, donde los hechizos de invocación son bastante espectaculares, los embrujos que puedes realizar en Jeanne D’ Arc son algo planos. Claro que hay que tomar en cuenta que este juego usa modelos en 3D para la representación de los personajes y no sprites, pero aún así se siente la ausencia de efectos apantallantes.

En cuanto al sonido… Pues siento que es lo peorcito que tiene el juego. No es que sea malo; digamos que de todo lo bueno que tiene el juego, es lo que menos resalta. La música es algo pegajosa, pero no se siente inspirada en lo absoluto. Está muy plana, a mi parecer. Los efectos de sonido hasta eso sí son rescatables. Aunque las voces…

Bueno, la verdad es que las actuaciones no están mal. Le meten la cantidad de emoción justa para que no suenen tan sobreactuadas. Pero – y aclaro que es un problema que YO tengo – la inclusión de acento francés para los personajes que obviamente son de Francia, me parece está de más. Se escucha forzada. No es que esté mal la pronunciación ni mucho menos – y quién soy yo para juzgar, que no puedo ni dar los buenos días aunque de ello dependiera mi vida – pero muy honestamente, cada vez que los oigo hablar estoy esperando que de la nada aparezca Pepe Le Pew. Pero bueno, ése sí soy yo y sólo yo.

Ah, Jeanne, Mon Chéri… Nos encontramos de nuevo…

Jeanne D’ Arc te va a durar unas 30 horas, aproximadamente, si sólo te pones a jugar las misiones de la historia. Ya si te pones a hacer misiones extras, te va a entretener por mucho más tiempo. Y realmente no aburre. Puede que te canses luego de un rato, pero más tarde lo vas a volver a agarrar para seguir haciendo misiones. Puedo garantizarlo. Quizá su único punto en contra es que es un título muy sencillo. Sólo hasta el final se empieza a poner perro, pero la mayor parte del tiempo vas a salir de las batallas riéndote.

Si jugaste alguno de los Final Fantasy Tactics – ya sea la versión de Playstation/PSP o GameBoy Advance – y te gustaron, atáscate que hay lodo para un buen rato. Es un juego adictivo, con una historia bien desarrollada y personajes algo complejos, donde, pese a su simpleza, sí es necesario echarle coco para bailarte a tu oponente. Y si nunca has jugado un RPG de estrategia por turnos, éste título es perfecto para empezar. Vale muchísimo la pena y el dinero. Lo recomiendo ampliamente.

Jeanne D’ Arc es marca registrada de Sony Computer Entertainment. Actualmente puede encontrarse en el mercado con un precio de $30.00 dólares, aproximadamente o su equivalente en otra moneda (hay ofertas por $15.00 dólares). Esta reseña la realicé después de acabar el juego. Terminé la primera vuelta en el coliseo e hice todas las misiones extras que encontré hasta antes del final.