A partir de este momento olvidaremos por completo que alguna vez alguien pensó en traducir «Ghost in the shell» por «La vigilante del futuro». Por completo.
¿Ya lo olvidaron?
Mamoru Oshii presentó hace 22 años la primera versión cinematográfica de un manga que se había empezado a publicar 6 años antes sobre un futuro hiper-tecnología y semi-decadente en que la ingeniería genética ha logrado fusionar a humanos y máquinas en muchos puntos intermedios. Muchos años después Hollywood empezó a mandarnos sus amenazadoras propuestas de adaptarlo lo más americanamente posible, como ha hecho cada cierto tiempo con otros clásicos de la animación japonesa como «Akira» o «Evangelion» . Supongo que a todos nos hubiera gustado que se quedara ahí, amenazantemente desde los rincones más oscuros de las juntas de producción de Hollywood, pero gracias a Scarlett Johansson y el director de «Blancanieves y la leyenda del cazador» (háganmeelrechingadofavor) nuestras pequeñas pesadillas se hicieron realidad.
Para ser totalmente justos, la geisha del trailer me quitó un poco el miedo.
Pese a que antes leí comentarios inesperadamente positivos, mi impresión es que la recepción debería entenderse más entre un ‘la odié’ y ‘no la odié [tanto]’. Como suele suceder con cualquier remake, reboot, reboot gender-bender, live-action, secuela, etc, de un producto tan conocido, es inevitable verlo de una manera totalmente objetiva. Y en este caso particular, por la gran distancia temporal y cultural que nos distancia de la primera producción, es inevitable no pensar que ésta claramente no sería una película que haría Hollywood si no estuviera copiando las ideas de alguien más. Esa ambientación que se esmera demasiado en verse asia-futurista (y que es de las cosas que más sale perdiendo en comparación con el material original), la exageración de escenarios, colores y formas propios del anime de ciencia ficción, y ese dejo de que todos los actores están ‘disfrazados’ de sus personajes, hace que sobre todo el inicio de la película y la puesta en escena de la trama sea difícil de aceptar, incluso con la inclusión de varias escenas visualmente buenas.
Creo que hay tantos elementos y circunstancias de por medio que es difícil hablar en términos llanos de si es buena, si es mala, si es medio mala pero vale la pena por los efectos, si es formalmente buenas pero funciona o no funciona. Personalmente me pareció que tuvo un inicio difícil de aceptar (me pasé casi la mitad de la película preguntándome por qué habían tomado esas decisiones y por qué había tomado yo la decisión de ir a verla) y luego la otra mitad aceptando lo que me ofrecían y disfrutando la acción en cierta medida. No resulta difícil ver que es imposible adaptar exactamente la historia del Puppeteer para audiencias occidentales y que la decisión de convertirla en un thriller de vengaza/busca de sentido era probablemente lo mejor que podían hacer con resultados más o menos favorables. Pero creo que justamente el asunto va más allá de eso.
Es un hecho que la relación que Japón ha tenido con la tecnología y la que Estados Unidos/Occidente ha mantenido con la misma es históricamente distinta. Tenemos a Blade Runner unos años antes del inicio del manga y pese a las similitudes claras, el modo en que se aborda la cuestión es claramente distinto. Tenemos autores como Isaac Asimov y Ozamu Tezuka hablando de los derechos de los robots en épocas muy cercanas y con puntos en común, que sin embargo compusieron obras bastante distintas. Todo esto con décadas de distintas y sin embargo una adaptación de «Ghost in the shell» que implica humanos en neo-cuerpos con toda clase de variables (me parece aquí importante que la cuestión de la humanidad se mida en términos tan mundanos como abstractos como ‘ghosts’ y ‘shells’) no aporta nada. Podríamos quitar a todas las partes robóticas, hablar de personas que perdieron sus recuerdos, quitar un par de anuncios de neón de fondo, y la película seguiría siendo exactamente lo mismo. Es cierto que hay un esmero por lograr cierta estética (que no siempre se logra, creo yo, si es el futuro ¿por qué todo está tan pixeleado?), pero se deja de lado tan tajantemente la cuestión más profundamente emocional (ya no digamos ‘filosófica’) que muy poco hay que se le puede aportar a los personajes principales. Sabemos que Johansson es un robot porque mueve los menos músculos faciales necesarios en toda la película y que el Puppeteer lo es porque siempre aparece rodeado de cables. Fin.
Al parecer seguimos muy lejos de un futuro inalámbrico.
Para poner todas las cartas sobre la mesa, a mí no me gusta Scarlett Johansson, no me parece una buena actriz y sobre todo no me parece una buena actriz de acción (aunque defenderé a muerte lo maltratado que está su personaje como Black Widow) y no puedo evitar que me afecte un poco el white-washing aunque tampoco condicione mortalmente mis opiniones (pronto hablaremos de «Iron Fist», no cambien de canal). Es cierto que es una película que hizo lo que pudo con los elementos que tenía (y con el inexplicable director que tenía) y que llega incluso a ser entretenida. Personalmente creo que mucho de lo más interesante lo vemos desde el trailer (es decir, la geisha, fantástica) y que yo no me habría perdido absolutamente nada si hubiera optado por no verla.
Excepto a Beat Takashi, que eso sí, donde esté, es lo mejor de lo mejor.
Nadie se mete con Kitano y sale impune.
«Ghost in the Shell» es una película estadounidense de 2017. Dirigida por Rupert Sanders («Blancanieves y la leyenda del cazador») y protagonizada por Scarlett Johansson («Avengers», «Lucy», «Lost in translation»), Pilou Asbæk («Lucy», «R», «A hijacking»), Takeshi Kitano («Hanabi», «Violent cop», «Zatoichi»), Juliette Binoche («Tres colores: Azul», «Caché», «El paciente inglés»), Michael Pitt («Dreamers», «Funny games», «Siete psicópatas y un perro»), Chin Han («The Dark Knight», «Contagio», «Captain America: The Winter Soldier»), Danusia Samal («Tyrant», «Boom»), Peter Ferdinando («Starred up», «A field in England», «Tony») y Anamaria Marinca («4 meses, 3 semanas y 2 días», «Fury», «Europa One»). Tiene 6.9 estrellitas en imdb, 6.1 en filmaffinity y 42% en el tomatometro (mucho más aproximado). Y bueno, ya saben a lo que van.
A mi me entretuvo pero no es lo mejor ni lo peor, está muy ok (:
La verdad yo vi ghost in the shell hace bastantes ayeres y casi no la recuerdo, pero creo recordar que no era precisamente una película enfocada a la acción. Y como el resumen de la reseña parece ser «no», creo que mejor me guardo mis dineros.