En el episodio de hoy de ‘a veces no sé si reír o llorar’: la traducción de «Train to Busan» como «Estación zombie» porque de otro modo tal vez nadie se entere nunca de que tu película es de zombies. La gente en México ni sabe dónde está Busan. ¿Qué tal que ven ese poster con un padre abrazando a su hija en lo que parece ser un vagón lleno de zombies y creen que se trata de un drama chino de trenes oalgoasí? Impensable.
Publicidad no lo suficientemente efectiva, al parecer.
Lo importante es que tenemos en cines esta maravilla zombie que sólo el amor por el Kpop podría haber traído a nuestra cartelera obviamente. Pese a los traspiés de la cinematografía surcoreana en los últimos años y la pintaza de que ésta sería una producción zombie muy melodramática, este año nos ha tocado encontrarnos con excelentes piezas de esa lejana y popera región del mundo y no podemos menos que agradecerlo a los astros y a todos los creyentes en el drama zombie que hicieron esto posible.
Corea del Sur + relación padre-hija = Dramísima. Por donde se vea.
Porque hay una diferencia entre trenes y estaciones, la principal motivación de la película es el movimiento, como debe de ser en una película de zombies (modernos): vertiginosos, convulsos, impredecibles. Y no demasiado listos. Seok Woo está separado de su esposa, quien se ha mudado de vuelta al pueblo de sus padres, pero se hace cargo (tanto como dejarla con la abuela es hacerse cargo) de la hija de ambos, Soo-an. Es el típico padre totalmente inmerso en su trabajo que olvida por completo sus obligaciones de padre y prácticamente no conoce a su hija. Cuando se acerca el cumpleaños de ésta, lo único que le pide es que pueda pasar el día con su mamá, en Busan, y tras un poco de chantaje emocional consigue que ambos se embarquen en un viaje de tren hacia la ciudad costera.
Servicios de transporte del primer mundo.
Si algunos incidentes parecían estar sucediendo en la ciudad a su salida, nada parecía especialmente preocupante al dirigirse a la estación de trenes. Ni siquiera (demasiado) cuando algunos ataques violentos parecen tener lugar en el andén junto antes de la salida del tren. Pero ya sabemos cómo es esto: sólo necesitamos que un par de personas sospechosas con muy sospechosas heridas sangrantes se suban a un tren para augurar un viaje de lo más angustiante (o emocionante, dependiendo de qué lado de la pantalla estés).
Dentro del tren la historia se concentra en una serie de personajes con sus propias motivaciones que definirán la perspectiva desde la que vemos el desarrollo de la pandemia: los mencionados padre e hija, que tendrán que irse acercando a la fuerza ante la inminente amenaza, Sang Hwa y Sung Gyeong, un matrimonio compuesto por quien parece a todas luces un matón y su esposa embarazada, Young Gook y todo su equipo de béisbol, Jin-hee, una chica que sigue a Young Gook a pesar de que él parece no querer hablar con ella, y Yong-Suk, un hombre de negocios que no dejará que ningún mínimo riesgo se interponga en sus intenciones de llegar a Busan.
La acción no tarda en explotar y a partir de ahí toda la película será una constante persecución hacia adelante. De la misma manera en que todos pensaban dirigirse hacia otras ciudades, la supervivencia se entenderá como un recorrido dramático hacia los objetivos de cada uno de los personajes. Busan se presenta así como una metáfora de la seguridad, de la ‘buena llegada a un puerto’ en un mundo convulso que se ve poblado de caníbales amenazas. Y es en este punto donde Sang-ho Yeon, un director hasta ahora reconocido por sus animaciones, muestra una maestría increíble en el desarrollo visual y narrativo de la acción en conjugación con una apropiada profundización psicológica en personajes que de entrada son meros rasgos arquetípicos.
Incluso el drama (que no es poco, considerando que tenemos una niña que se siente abandonada por sus padres, una mujer embarazada y una historia de amor adolescente) se presenta del modo y en las dosis adecuadas para no resultar cargante pero también para incitar a unas buenas lagrimitas al final (ya había dicho con anterioridad que «Train to Busan» podía sentirse segura como la única película de zombies que me ha hecho llorar). Logros no pocos destacables en un momento en que ya hemos pasado por una sobreproducción de cine de zombies y podríamos creer que hemos visto todo lo que el subgénero tenía por ofrecer. Y no es «Estación zombie» busque sorprendernos, rebuscar una historia originalísima de origen, dar giros inesperados o abusar de sus particularidades (empezando por los zombies en trenes); pero demuestra que lo que el cine de acción necesita es que se tomen en serio esa acción y sepan orquestar todos los elementos alrededor de ella. Buenas actuaciones, buenísima representación de zombies que no abusan del CGI, una buena puesta en escena y unas fantásticas escenas de acción al por mayor. Y, como ésta no es una película de Hollywood, el dejarnos bien en claro que nadie está a salvo.
Un día cualquiera en el metro de la Ciudad de México.
Aunque se trata de la primera película no animada del director, fue pensada en conjunto con una producción animada, «Seoul Station», que aborda el mismo fenómeno y, ahí sí, todo parece indicar que hay estaciones de por medio. Que, señores distribuidores de películas, puestos a traer esta maravilla a cines, no hubiera estado de más hacer funciones dobles con su contraparte animada, ¿no?
Limosnera y con garrote.
«Busanhaeng» o «Train to Busan» o «Estación zombie» es una película surcoreana del 2016. Dirigida por Sang-ho Yeon («King of pigs», «The fake», «Seoul station») y protagonizada por Yoo Gong («The age of shadows», «Silenced», «El príncipe del café»), Soo-an Kim («Mad sad bad», «Gyeongju», «Kong-na-mul»), Dong-seok Ma («El bueno, el malo y el raro», «Nameless ganster», «Il-dae-il»), Yu-mi Jeong («In another country», «Our Sunhi», «Silenced»), Woo-sik Choi («Set me free», «Big match», «Covertness»), Sohee («Hell cats», «MTV Wonder Girls», «Syo! Eum-ak Joong-sim») y Eui-sung Kim («Nobody’s daughter Haewon», «Hill of freedom», «Architecture 101»). Tiene 7.6 estrellitas en imdb, 6.8 en filmaffinity y 95% en el tomatometro. Y hasta el momento está en mi top 10 del año.
En Argentina se llama Invasión Zombie, maldigo a los que traducen esto.
Gracias por la recomendación, se siente muy fresca a pesar de que ya esta muy visto el genero de zombies, me gusto que como los protagonistas tratan de sobrevivir sin tener como ayuda ningún arma de fuego, puro melee perros!!!
Pues la verdad escucha bastante bien.