Ok, no se trata de cine estrictamente, pero dado que las anteriores series de Marvel-Netflix han pasado por esta sección (aunque la de «Jessica Jones» no tuvo la reseña completa que se merecía) y son de las poquísimas series que no sólo me doy el tiempo de mirar sino que me muero por hacerlo, ¿cómo no iba a hablar de «Luke Cage» aunque me haya tomado tanto terminarla?
No tengo excusa.
Al igual que con la línea cinematográfica, algo que ha caracterizado a las producciones de Marvel es el plan con el que parecen concebidas. El año pasado la primera temporada de «Daredevil» rockeó nuestros mundo no sólo al rescatar a un injustamente mal representado superhéroe sino al conferirle una ambientación mucho más oscura a un universo donde no todos los superhéroes son épicas representaciones de la americanidad. Dirigiéndose hacia «The Defenders», cada vez más anticipados, la idea de este conjunto de series era representar otras posibilidades de los metahumanos a un nivel más local pero también con motivaciones de lo más variadas.
Después de escapar de una relación tormentosa al final de «Jessica Jones» (Luke, escúchame, son el uno para el otro), Luke Cage regresa a Harlem tratando de encontrar un poco de paz. Si es posible que un negro de dos metros e increíblemente musculoso (ya no digamos, superpoderoso) pueda encontrar paz en Harlem. Ahí trabaja como asistente de una barbería y como lavaplatos en un bar, livin’ the dream. Además de esa hipotética paz, Luke lo único que quiere es que lo dejen en paz y tratar de encontrar algunas respuestas a su tormentoso pasado. Pero si la vida no es fácil cuando perteneces a una ‘minoría’ tan socialmente oprimida, lo es mucho menos cuando otras personas consideran que tienes una responsabilidad extra debido a tus no solicitados superpoderes. El problema evidente es Cornell Stokes, aka Cottonmouth, dueño del bar donde trabaja Luke y conocido mafioso que controla la zona en extraña asociación con su prima, la política Mariah Dillard. Pero lo que puede empezar por poner un poco de orden en la compleja corrupción subyacente a todo en Harlem podría llevar a toda clase de situaciones, sin duda muy lejanas de la paz que Luke llegó buscando.
Oh, nada como el hogar.
Si en «Daredevil» teníamos un individuo que buscaba deliberadamente ser un vigilante, en paralelo con su desempeño profesional del lado de la ley, y que se enfrenta contra la corrupción en los niveles más altos de las corporaciones y la reconstrucción de Nueva York; en «Jessica Jones» teníamos a un metahumano que apenas aprovecha sus poderes para sobrevivir sin preocuparse por ninguna implicación ética (ya no digamos legal), y que se ve arrastrada en una historia totalmente personal con la posibilidad de superar sus heridas. En este tercer ensamble, Luke Cage se niega a ser el superhéroe que todos ven en él pero está obligado a actuar en consecuencia. Aunque el nivel en que se mueven sus antagonistas podría parecer nada más que un esfuerzo local por dominar un pequeño (y a veces olvidado) pedazo de una gran ciudad, lo que realmente representa es que detrás de este panorama de mafias locales hay toda una comunidad sufriendo, la cual ha tenido siempre que vivir sometida a esta lucha por el control y que de pronto ve la posibilidad de tener su propio héroe. Un héroe como ellos y que puede caminar a la luz del día sin esconderse tras una máscara.
Mariah, casi idéntica a los cómics.
A diferencia de las dos series anteriores, y quizás porque ya no está la presión de no saber si se renovarán los proyectos, «Luke Cage» maneja más personas, subtramas e implicaciones, lo que no en todos los momentos de la serie le juega a favor. Debido a su participación en «Jessica Jones» ya no es estrictamente necesario introducir al personaje, pero entre la historia inmediata que se quiere contar y el esclarecimiento de su pasado (del que conocemos muy poco y quizás no del todo bien), pasaremos constantemente de un punto a otro y de una historia a otra durante sus trece capítulos.
Es posible que esta variedad de elementos, y su irregular presentación, es la que de manera global haga que resulte no del todo a la altura de sus predecesoras; sobre todo porque en sus puntos altos uno lamenta que no todas las partes de la historia resulten tan bien planeadas.
En cuestión de personajes debo decir que en muchas ocasiones los villanos terminan por opacar a los representantes del ‘lado correcto de la ley’. Cottonmouth es increíble: tiene un gran estilo, es despiadado, es impredecible, pero tiene la dosis suficiente de humanidad para que uno no lo vea completamente como el antagonista, lo cual le juega a su favor incluso en los peores momentos. Pero, debido a la concurrida mafiosidad, tenemos también otros excelentes personajes como Shades y Diamonback, e incluso Mariah que empieza por ser un personaje de lo más soso termina por revolvernos las entrañas y desearle la muerte más horrible, lo que sin duda tiene que ser un mérito.
Luke Cage en muchas ocasiones brilla más a través de los otros (de la comunidad) que por sí mismo, y es que posiblemente el tenerlo como protagonista en todo momento hace resaltar sus partes menos logradas como personaje. No ayuda demasiado que quien debería ser su principal aliado, la detective Misty Knight, se desarrolle en una relación amor-odio que en muchas ocasiones parece preparatoriana. Si bien se agradece que Claire Temple tenga mucha más relevancia que en las producciones anteriores, no puedo decir que toda su participación en la historia me parezca siempre oportuna. Por el contrario, hay personajes bastante fugaces que resultan perfectos en sus papeles y que contribuyen a que la historia resulte siempre atractiva, como Bobby Fish o el detective Scarfe, entre otros todavía más fugaces.
Eso sí, Misty tiene un cabello increíble.
Si en el aspecto técnico no se le puede pedir más a la serie (qué fotografía y qué soundtrack), la historia por momentos parece trastabillar y, para que la trama avance hacia donde es necesario, se recurren a estrategias no siempre del todo creíbles o lógicas. Entre las que se me ocurren en este momento, los constantes giros en la trama que en ocasiones concluyen abruptamente subtramas que apenas empezaban a gestarse, la relación de Luke Cage con la opinión pública a la que por momentos le dan demasiada atención y luego tratan superficialmente obligándonos a aceptar lo que se dice, como el abuso del recurso de que los villanos, al ser relativamente menores, parece que están improvisando en demasiadas ocasiones. Entiendo que ninguno de nosotros sabría cómo lidiar con un afroamericano superpoderoso, pero seguro que si eres un líder de la mafia tienes más recursos para pensar en un plan mínimamente creíble. Y en cuestiones amorosas, creo que la segunda temporada de «Daredevil» dejó bastante en claro que a los productores no parece interesarles demasiado la continuidad lógica en este punto.
De resto, ¿no nos morimos todos porque ya llegue «Iron Fist»?
Ok, esto puede ser un spoiler, pero es una gran canción.
«Luke Cage» es una serie estadounidense del 2016. Creada por Cheo Hodari Coker («NCIS: Los Angeles», «Southland», «Notorious») y protagonizada por Mike Colter («Million dollar baby», «Men in black 3», «Zero dark thirty»), Simone Missick («The road to Sundance», «A taste of romance», «Voicemail»), Mahershala Ali («Los juegos del hambre», «El curioso caso de Benjamin Button», «The place beyond the pines»), Theo Rossi («Sons of anarchy», «Bad hurt», «Terminator: The Sarah Connor chronicles»), Alfre Woodard («La raíz del miedo», «K-Pax», «Star Trek: First contact»), Rosario Dawson («Daredevil», «Sin City», «Death proof»), Erik LaRay Harvey («Twister», «K-Pax», «Rounders»), Jaiden Kaine («Crónicas vampíricas», «Killing Lincoln», «Hidden figures»), Frank Whaley («Pulp fiction», «The Doors», «Vacancy»), Ron Cephas Jones («Across the universe», «Half Nelson», «He got game»), Jacob Vargas («Sons of anarchy», «Traffic», «Heaven is for real») y Karen Pittman («The americans», «Begin again», «Horace and Pete»). Tiene 8.1 estrellitas en imdb, 6.5 en filmaffinity y 96% en el tomatometro. Y está a su enterita disposición en Netflix así que, róbenle la cuenta a un amigo.
Estamos de acuerdo en la mayor parte, ergo, en teoría ya nos podríamos casar y repartir la videografía justamente… pero, como yo no trago a Godzilla, esto no va a funcionar, así que mejor sigo nomas leyendo las reseñas.
Pues a mi me gusto más la cancion de Angel y Long Live The Chief jaja a mi no me gusto luke cuando hacen digamos que es cuando realmente muestran a luke en un momento de debilidad porque, de ahí en adelante NO PASA NADA, no es spoiler porque la mayor parte de la serie es bastante lenta. Sin embargo eso no signifca que no este esperando ironfist y que haya disfrutado Luke. Muy buena reseña sam y saludos
La verdad que hasta ahora solo llevo viendo 4 episodios y hasta ahora la serie esta espectacular con todas las letras, mis hermanos y yo vamos viendo un episodio al día para no hacerla muy pesada y la verdad que con cada episodio nos morimos de la emoción, y espero que el ritmo siga así hasta que la serie termine, el final de la segunda temporada de Daredevil todos coincidimos en que fue una bazofia total, y espero no llevarnos la misma decepción con esta serie que hasta ahora es perfecta.
Espero que la serie de Iron Fist, The Defenders y la que mas espero con ganas de todas, The Punisher, sean tan buenas o hasta mejores, dios que emocion me da de solo pensarlo…
Sobre todo con The Punisher, el fue, es y siempre sera mi héroe (o mas bien anti héroe) favorito de todos los malditos tiempos, verlo en la segunda temporada de Daredevil fue un sueño hecho realidad, y en serio creo que no podría haber sido MAS épico de lo que fue, maldita sea que ganas tengo de ver esa serie, SE QUE SERA ÉPICA CON TODAS LAS LETRAS!!!
Estas series me hacen lamentar que en el lore de ese universo de Marvel las películas son los pilares, cuando las series son muy superiores.
Nah.
Estas series de Netflix hasta ahorita me siguen dejando con hambre de más. No puedo esperar a que llegue Iron Fist, The Defenders, y The Punisher.
Muy buena reseña, Sam.