Parece que uno se encuentra con Neil Gaiman cuando menos se lo espera. Y es que los hermanos (gemelos) brasileños llegaron Fábio Moon y Gabriel Bá llegaron diez años después a «How to talk to girls at parties», una historia corta incluida en la antología «Fragile things», pero no demasiado tarde como para apoderarse de ella y llevarnos de vuelta a esos sueños setenteros adolescentes.
Como muchas de las historias de Gaiman, comienza con una situación, casi un sentimiento inocente, que puede llevar hasta sitios inesperados. Vic y Enn son dos amigos que se dirigen a una fiesta de la que una conocida les contó, pero sus motivaciones son distintas. Mientras que Vic es un chico encantador acostumbrado a conquistar donde llega y quedarse siempre con lo mejor, Enn es el amigo arrastrado que usualmente termina las fiestas con una mala experiencia. Son jóvenes, en los años setenta, y sus conocimientos sobre el mundo (especialmente el mundo femenino) son limitados. Llegando a la casa, la rubia Stella les abre la puerta y los arrastra al misterio.
El giro en la trama a partir de este punto no resulta difícil de imaginar, porque ya hemos entrado (cinematográficamente, al menos) a suficientes mundos femeninos cuyos habitantes no son lo que parecen. Esa fiesta repleta de extranjeras, bellas y extrañas mujeres, no es sólo una fiesta más, como Enn comenzará a intuir (muy poco, realmente) cuando Vic lo deje solo con el único apoyo moral de que no es tan difícil acercarse a las chicas: sólo es necesario hablar con ellas. Fácil decirlo para alguien cuya sonrisa encantador le ha ahorrado las palabras en muchas ocasiones. Enn comienza a recorrer las interminables habitaciones, sin reconocer esa extraña música, intentando cumplir con las simples indicaciones de su amigo, pero conforme vaya hablando con las distintas mujeres que se encontrará, quedará claro que el extraño ambiente que lo rodea todo es mucho más que una simple barrera idiomática.
¿Caníbales, vampiras, robots, alienígenas? Hagan sus apuestas.
La breve historia de unas quince páginas (nominada en 2007 a un Premio Hugo) se convierte, gracias a la imaginería visual de Moon & Bá en 60 sencillas pero hipnóticas páginas. Una típica premisa de coming-of-age que deja entrever, muy brevemente, un universo infinito de posibilidades no resueltas. Un asomo a la magia que, parece advertirnos, nunca dejará de estar en nuestras vidas, sin importar cuan obvia o peligrosa pueda resultar.
El arte se ajusta perfectamente a la historia, quizás por su estilo entre lo sencillo, lo animesco y lo extraño. Una sensación de que atravesamos por terreno conocido pero que eso puede cambiar en cualquier momento. Los trazos tienen un cuidado delicado en las formas, en los fondos, en la recreación de los ambientes, pero al mismo tiempo no temen jugar con las formas, no ser completamente exactos, no abusar del recurso de ‘la chica más guapa de la fiesta’. Las palabras están para eso y la emoción está para eso, y es que además de ser visualmente una adaptación maravillosa a una pieza breve y encantadora, es inusualmente una adaptación redonda. Sin haber sido concebido como un guion para cómic, nos solemos encontrar con adaptaciones que tienen que sacrificar algo en el camino, ya sea la riqueza de la palabra escrita o el equilibrio entre el texto y la imagen. En «How to talk to girls at parties», aunque es inevitable que no lleguen las quince páginas íntegras al cómic, no se pierde la intención del texto original al tiempo que las imágenes buscan profundizar en ese pequeño mundo que fue creado para enmarcar dentro de una sola casa a todo un universo. El resultado, increíble en su simplicidad, no puede imaginarse mejor.
Pero éste no es el único inusual revival de la historia, ya que desde hace algún tiempo se anunció que John Cameron Mitchell (director y protagonista de «Hedwig and the Angry Inch») adaptaría al cine el cuento, protagonizado por Elle Fanning (la bella más bella del momento) y Nicole Kidman (ahí sí no sé qué decirles). Como suena todavía más difícil adaptar quince páginas en 90 minutos en pantalla y porque no sé de dónde salió Nicole Kidman vestida de neo-punk, me inclino a creer que la adaptación se tomará muchas libertades artísticas.
Voy a confiar en ti, John Cameron Mitchell, pero no sé qué estás haciendo.
Pero entre textos y adaptaciones, ya sabemos que nunca está de más encontrarnos con Neil Gaiman, especialmente cuando no nos lo esperamos.
Pueden leer el cuento original en la página de Neil Gaiman o comprar el cómic (en inglés, en físico o en kindle) en Amazon.