Cine 149: El Demonio Neón

En los cuentos de hadas, una malvada mujer se mira al espejo y pregunta quién es la más bella. La más bella del reino y, por consiguiente, de todo el mundo que realmente importa. Otro rostro desde el espejo le responde: hay muchas mujeres bellas, la propia mujer que pregunta es muy bella, pero hay una sola, virginal princesa imprecisa, que es la más bella de todas. «The neon demon», la más reciente obra del reconocido director Nicolas Winding Refn, empieza con un reino mucho más decadente y un sentimiento al preguntar mucho más violento, pero la respuesta es rotunda: Jesse, Elle Fanning vuelta diosa o demonio, es la más bella de todas.

El trailer nos anticipaba una difusa historia con bellos trajes, contraste entre luces, bellas mujeres y una maldad esquiva pero latente. Nos anticipaba a una emoción pero no necesariamente a una historia, que en la puesta en escena resulta en apariencia mucho más convencional de lo que podríamos habernos imaginado. Jesse es una de tantas chicas que llega a Los Angeles en espera de ser descubierta como modelo. Sola, teniendo que vivir en penosas condiciones, con su tímida actitud provinciana y adentrándose en la boca de la bestia que es el mundo de la moda y la feroz competencia entre quienes lo habitan. Pero pese a su fragilidad, su inocencia y su situación adversa, la travesía de Jesse no es el tópico recorrido desesperado hacia la cima y todos sus obstáculos. Ella, como enuncia otro personaje en el trailer, es un sol tan poderoso que es capaz de iluminar todo a su alrededor y deslumbrarlos a todos. Una fuerza, en apariencia superficial, que la desborda y contamina todo a su alrededor.

La trama se complementa con los personajes y momentos necesarios: los integrantes del mundo de la moda que la ayudarán o utilizarán, el joven deslumbrado al que conoce apenas llega a la ciudad, el encargado del no-muy-seguro motel en que tiene que vivir, una maquillista que busca acercarse a ella a como dé lugar y otras modelos que luchan por sobrevivir en ese hostil mundo. Pese a lo convencional que pueda tener su estructura argumental, es evidente que Winding Refn no busca ser fácilmente entendido por todo el público. La trama se mueve con pocos diálogos, con escenas clave que en ocasiones parecen carecer de contexto, con largos momentos silentes donde lo que luce es su fotografía monumental, sus detalles exageradamente estéticos y una atmósfera asfixiante que no siempre sabemos a qué atribuir. La condición de todos los personajes es ambigua y parece preocuparse más por hacer de ellos símbolos antes que perfiles psicológicamente definidos. Tenemos la historia de la princesa caída en desgracia que sufre las condiciones adversas ante su desconocida nobleza, pero con un giro oscuro, antiguo. Se trata de una princesa que quizás no vea llegar a un príncipe azul en un mundo que se ha convertido en una lucha de todos contra todos, pero también se trata de mujeres que ya no temen a los lobos feroces, que son conscientes de todo el poder que les confiere su propia belleza, su única moneda de cambio, y saben que ese poder es todo lo que necesitan.

La película es un engaño constante, lo que en ocasiones juega a su favor, pero no siempre. Con un trailer que había conseguido cautivarnos pero que no era lo suficientemente exacto como para que supiéramos a lo que estábamos por enfrentarnos, el ritmo inicial nos atrapa lentamente hasta que por momentos esa lentitud, sumada a la poca información concreta que se nos da, puede llegar a ser exagerada. Luego se da un salto hacia lo que podemos considerar un primer final que nos hace sentir un poco estafados, rompiendo con las líneas que creíamos seguir (la típica historia de triunfos dolosos, el paralelo con los cuentos infantiles) para resurgir con un verdadero final todavía más desconcertante, más agresivo y más extrañamente apropiado. La película juega constantemente a dejarnos indefensos, a hacer de todos víctimas.

Mucho se ha hablado, quizás demasiado, de todos los aspectos trasgresores de la cinta, especialmente si la consideramos una producción estrenada casi comercialmente. Empezando por el recurso exacerbado de una sexualidad peligrosa, que pese a no ser siempre explícito llega a permear todo lo que sucede en pantalla, continuando por una violencia nada sutil y una desesperación que fácilmente se traduce en situaciones desagradables y extremas. Aunque he leído que se refieran a alguno de estos momentos (y a la producción en general) como «las peores escenas del año», y considerando que sin duda no está dirigida a un público que no acepte estas condiciones de entrada, es imposible no destacar que todo esto sucede dentro de una historia y una producción en la que hay un perfecto control de todos sus elementos. Winding Refn nos entrega lo mejor en esta fábula oscura: un cuidado técnico impresionante, una sinfonía estética que se vuelve un laberinto y una dosificación cuidada (pero nada ligera) del horror más bello del reino.

Elle Fanning, en una elección inmejorable, es convincentemente la mujer más bella, pero también la bestia en el cuarto y la víctima propiciatoria. Madrastras, hermanas y brujas, Jena Malone, Abbey Lee y Bella Heathcote completan preciosamente ese cuadro. Y Keanu Reeves, bueno, uno ya le ha agarrado cariño como para que importe lo poco que sabe actuar.

Sin duda una película para discutir, para odiar, para no entender y para no querer ni siquiera ver, pero que para mí va a ser de lo mejor de este año (y no puedo decir de lo mejor de la filmografía del director porque es, en general, maravillosa).

«El demonio neón» o «The neon demon» co-producción del 2016 entre Francia, Dinamarca y Estados Unidos. Dirigida por Nicolas Winding Refn («Drive», «Only god forgives», «Bronson») y protagonizada por Elle Fanning («Super 8», «Somewhere», «Maléfica»), Karl Glusman («Love», «Nocturnal animals», «Above suspicion»), Jena Malone («Sucker punch», «Into the wild», «Pride & prejudice»), Abbey Lee («Mad Max: Fury road», «Gods of Egypt», «Ruben Guthrie»), Bella Heathcote («Dark shadows», «In time», «Orgullo y prejuicio zombie») y Keanu Reeves («Matrix», «John Wick», «El abogado del diablo»). Tiene 6.8 estrellitas en imdb, 6.1 en filmaffinity y 51% en el tomatometro. Y todas las estrellitas en mi corazón.No sé si vaya a durar mucho en cines, así que aprovechen.