Los vampiros, como más recientemente los zombies, han tenido toda clase de interpretaciones cinematográficas que parten de nociones muy generales: criaturas nocturnas e inmortales a las que les gusta beber sangre. Entre dráculas, entrevistas, personas correctas para invitar a pasar y versiones más soleadas, las historias suelen concentrarse en las condiciones de su pasión ancestral, en lo sensual y lo trágico de sus vidas eternas.

«The hunger», primer largometraje de Tony Scott (tres años antes de «Top gun»), es una vuelta de tuerca a esta historia, con un atractivo ochentero y una pareja que en sí misma ya resultaba inmortal: David Bowie y Catherine Deneuve.

elansia2Sin duda de mis primeras opciones para famosos que me gustaría que vivieran eternamente.

No es necesario sumergirse en la filmografía de David Bowie para entender cómo llegó hasta sus personajes más representativos, transformados por su extraño físico y su todavía más extraña aura. Su anacronismo e intemporalidad nos permite imaginarlo como un vampiro (o un alienígena, claro) hasta los últimos días de su vida. Deneuve, la ‘belle de jour’, por otra parte, encarna a la perfección la belleza hipnótica con la que asociamos al vampirismo más clásico.

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Pero si el amor vampírico usualmente gira en torno a su inmortalidad (un hecho sobrenatural que fácilmente puede convertirse en una maldición), «The hunger» se enfoca en su fragilidad y su corrupción, con un título que alude al mismo tiempo a la poderosa sed de sangre y a la obsesión con la eternidad. John Blaylock, pareja de siglos de Miriam, comprende que su fin se acerca. Que su historia de amor dará parte al ciclo natural de envejecimiento, pero que lo hará solo. Miriam siempre ha dado la pauta y siempre ha salido adelante, sin importar las vidas que le tome. En su desesperación, John buscará la ayuda de una gerontóloga para tratar de convencerla de que estudie su sangre y encuentre una cura para su rápida degeneración. La doctora Sarah Roberts, comprensiblemente, no le creerá en un principio, pero no tardará demasiado en verse atrapada por el misterio que rodea al matrimonio Blaylock y, especialmente, en la violenta atracción que ejerce Miriam a todo a su alrededor.

elansia4Ni cómo culparla.

Con un guión interesante, aunque no particularmente original, la película pierde su principal fuerza dramática el centrarse más en la relación que se establecerá entre Sarah y Miriam (con otros personajes cliché ochenteros incluidos) que en desarrollar a profundidad la cuestión del hambre o su particular mitología de las edades del vampiro. Limitando la puesta en escena inicial a una primera parte breve en comparación, la película se sostiene sobre un estilo en exceso cuidado, una fotografía preciosa, música que oscila adecuadamente entre lo clásico y lo (en aquel entonces) moderno y la enorme presencia de sus protagonistas (en menor medida de Susan Sarandon, pero entre esto y «The Rocky horror picture show» creo que su filmografía no tiene que pedirle nada a nadie). Sin llegar a sobrepasar su propio tiempo como un clásico, la película ha conseguido un cierto status de culto en gran medida debido a su rareza y a su capacidad de provocar las más diversas fantasías extra-cinematográficas.

elansia5Eh…un posible ejemplo…

Muy maltratada por la crítica y no exactamente con el mejor proceso de envejecimiento, no es cuestión de venderla con las pretensiones con las que quizá su fotografía busca hacerlo: un ejercicio preciosista alrededor de un tema que nunca ha dejado de estar de moda. Probablemente sus mejores elementos (además de cualquier posible fetiche) provienen justamente de verla como un divertimento que salió un poco mal, pero que no deja de tener cierta magia (ochentera) que ofrecernos.

Sin duda un producto de su época (y ya sabemos cómo era), «The hunger» es una película sobre vampiros que temen a la muerte, una excusa a veces fortuita de explotar la sensualidad de un subgénero que siempre ha sido un poco irregular en pantalla y una historia que, sin tomarse siempre demasiado en serio, alcanzó algo de inmortalidad. Aunque sea por el hecho de que, incluso en pantalla y hace más de treinta años, no deja de ser agobiante que Bowie no haya vivido para siempre. Y si tenía que beber nuestra sangre para ello, haberlo dicho antes.

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«The hunger» o «El ansia» (por una vez, un título que debo decir me gusta más que la traducción literal) es una coproducción de 1983 entre Reino Unido y Estados Unidos. Dirigida por Tony Scott («Top gun», «Man on fire», «El último boy scout») y protagoniza por David Bowie («Labyrinth», «The man who fell to Earth», «The prestige»), Catherine Deneuve («Belle de jour», «Repulsión», «Dancer in the dark»), Susan Sarandon («The Rocky horror picture show», «Thelma & Louise», «Dead man walking»), Cliff De Young («Glory», «The craft», «Wild») y Beth Ehlers («All my children», «Hiding out», «The guiding light»). Tiene 6.6 estrellitas en imdb, 6.3 en filmaffinity y 46% en el tomatometro. Pero si van a ver con una película con David Bowie de vampiro, no es precisamente porque les importen demasiado las críticas, ¿no es así? (Exacto).