Tras su estreno el año pasado, su paso por festivales y los anuncios de su distribución comercial, «La bruja» se presentó como esas producciones del género de terror que prometen todas las emociones que el cine comercial no consigue despertar. Pero esa búsqueda constante de la gran película de terror y sus promesas cada año pueden resultar contraproducentes: ¿es «La bruja» una historia fresca entre tanta trama repetida o es, como comentaban dramáticamente algunas notas, responsable de ‘asesinar al género’?
Asesinar al género con machos cabríos negros, obviamente.
Se habla del cine de terror como si existiera uno solo y pudiera delimitarse claramente, como si el hecho de que una película asuste más o menos se relacione proporcionalmente con su calidad. «La bruja» no es una película de saltos inesperados, de ruidos desconcertantes, de visiones horribles constantes o sangre a la mínima oportunidad. No es lo que busca y es lo que ha hecho que muchos quieran verla más como un drama costumbrista que, entre otras cosas, trata temas paranormales. Como si se necesitara un gran susto, un giro inesperado en la trama, para justificar toda una historia. «La bruja» es un retrato del horror, el que vive en nosotros y el que nos rodea, el que podemos despertar en los otros y el que nos deja indefensos ante las circunstancias: el temor de dios, el miedo a vernos privados de la civilización, los horrores paranormales que nos han advertidos que viven alrededor de nosotros y el miedo a que no podamos controlar lo que los demás piensan y hacen contra nosotros.
William y su familia son exiliados de la pequeña colonia de puritanos con la que viven en Nueva Inglaterra en 1630, después de ser acusado en un juicio de agravios contra la fe que él no está dispuesto a aceptar. Así, con su esposa Katherine y sus cinco hijos se asientan en un valle rodeado de un bosque al que tienen prohibido adentrarse. Aunque parece que han alcanzado una efectiva forma de vida, pese a encontrarse alejados y sin apoyo de ninguna comunidad, parece que la tragedia se cierne sobre ellos dispuestos a arrastrarlos hasta el desastre. Y la sombra de la duda y del pecado comienza a transformar a cada uno de sus miembros ante la vista de los otros: la madre que se asoma a la locura, el padre como gran predicador y cuyos pecados desconocemos, la hija mayor que empieza la pubertad y a quien miran con desprecio y miedo, el hijo y sus miradas impuras, los niños que dicen hablar con los animales, y el bosque. El bosque y todas las criaturas que puede que vivan en él.
La trama se construye a partir de historias y leyendas sobre lo conocido y lo desconocido: los cuentos antiguos que enseñaban a niños y adultos que no había que internarse en el bosque porque desconocíamos sus horrores, y el horror muy presente en la histeria colectiva que dio inicio a los juicios de brujas.
Es una película preciosa y lenta, que busca atrapar con sus poderosas imágenes, con el miedo que se va construyendo dentro de cada uno de sus personajes, con una fotografía cautivante y una serie de decisiones artísticas inmejorables (tiene unos efectos de sonido increíbles). Independientemente de si busca (o consigue) postularse como ‘la película de terror del año’ (¿tendría mucha competencia?) es una producción que nos recuerda que el terror viene en muchas formas y nos inquieta de tantas otras. Un horror que en este caso puede ser tan sobrenatural como liberador, tan inmediato como místico, que empieza en la duda y la culpa y va contaminando todo lo que toca. Todo esto con un periodo de grabación de menos de un mes, aprovechando una mitología a la que se recurre poco y siendo la opera prima del director.
No es una película para saltar del asiento y no poder dormir en toda la noche, sino para transportarnos a las regiones oscuras de la historia y de los seres humanos, y mostrarnos que una vez ahí, no hay forma de escapar.
«The VVitch: A New-England Folktale» o «La bruja» es una coproducción del 2015 entre Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Brasil. Dirigida por Robert Eggers y protagonizada por Anya Taylor-Joy («Viking quest», «Atlantis»), Ralph Ineson («Kingsman», «Harry Potter y las reliquias de la muerte 2», «Guardianes de la Galaxia»), Kate Dickie («Prometheus», «Red road», «Filth»), Harvey Scrimshaw («Oranges and sunshine»), Ellie Grainger, Lucas Dawson, Bathsheba Garnett («Mean girls», «Parking 2», «Blindness»), Sarah Stephens y Viv Moore («Damien», «Treading water», «The swordsman»). Tiene 6.9 estrellitas en imdb, 6.3 en filmaffinity y 90% en el tomatometro. Y se lo merece todo (y un poquito más).
Ya la vi, y debo decir que me sentí un poco decepcionado. No es tanto que buscara el susto fácil o brincar de mi asiento, pero no puedo tomar en serio una película donde sus personajes pecan tanto de ingenuos, por decirlo de algún modo. Una cosa es caer presa de las manipulaciones del villano en turno, y otra muy distinta a tener la evidencia golpeándote en la cara de que algo malo está pasando, e ignorarla por completo.
Sin hablar con spoilers, toda la película es una obviedad, desde el principio hasta el final, que está cantadísimo, y las escenas típicas como la del que «se separan en el bosque» son lo que más abundan. Y no pienso que esté mal, pero al menos que se justifique bien, porque fuerzan esas escenas sin que los personajes tengan una razón real para que hagan esas acciones.
En fin, supongo que esperé demasiado. Concuerdo lo que dices de la fotografía y el sonido. Al menos en eso cumplió. ¡Saludos!
Gran reseña Sam y gracias por la recomendación y como gran fan del cine de terror espero salir feliz( en sentido figurado) de la sala de cine
gracias por la reseña, ya la tengo en la mira para verla
Supongo que con descargarla no se pierde nada. Sam si llegas a leer esto me gustaría saber tu opinión sobre las series Angel y Buffy.
WOW, me dio medio cosquillas en aquellito, lo checaré. :laugh: :laugh: :laugh: :laugh:
Muy buena Reseña Sam