Cine 124: Lo Mejor de mi 2015

Aunque cerré el 2015 con muchas menos películas que el año anterior y sin la oportunidad de encerrarme todo diciembre a ver obsesivamente todo lo que estuviera a mi alcance para sentir que rindieron más mis meses, «Mad Max» estuvo ahí en todo momento para recordarme que la vida es bella y que todavía quedan cosas que pueden conmovernos. Como coches en llamas y futuros postapocalípticos. Así que este ‘Lo mejor de mi 2015’ será más breve, será más anecdótico, pero no por eso es menos impresionante.

«Mad Max: Fury road«, George Miller

Comenté que «Mad Max 4» podría ser todo mi top 5 del año y habría sido igualmente un gran año. No sólo es una refrescante y poderosa (y muy libre) secuela (sobre todo en estos años en que los que llueven torrencialmente secuelas y precuelas) sino una fantasía cinematográfica en más de un sentido. Miller se pone al volante del universo distópico que le ha dado nombre internacional y pisa sin miedo el acelerador. Es brutal, es entretenida, explota todos los tópicos del cine setentero y les da la vuelta. Tom Hardy está inmejorable y, bueno, Charlize Theron es arrebatadora. Y podría seguir enumerando todos esos detalles que sin duda la hicieron la experiencia del año pero, como comenté en su respectiva reseña, es sin duda una experiencia que tiene que vivirse.

«Daredevil«, Drew Goddard & «Jessica Jones», Melissa Rosenberg

Seguro que algo querrá decirme el hecho de que el segundo lugar de mi top cinematográfico sea un empate entre dos series de televisión, pero me encanta lo que está haciendo Marvel en Netflix. Con un tono más sombrío, con problemáticas más sociales, y con personajes cuyos superpoderes no los hacen necesariamente heroicos, las dos primeras partes de este ensamble han funcionado a la perfección y prometen un explosivo resultado final. Iniciando con un personaje que el público identifica un poco aunque por todas las razones equivocadas, «Daredevil» consiguió poner las cartas sobre la mesa del modo más contundente posible. Una increíble reflexión sobre el papel del héroe y un enorme (en varios sentidos) villano nos recordaron por qué este superhéroe es cosa seria. Jessica Jones, por otro lado, no es precisamente un perfil que el público identifique y no nos toma mucho darnos cuenta que no pretende siquiera hacerse pasar por heroína. Además de conseguir un complejo enfoque sobre la perspectiva social del individuo con poderes en un universo que no siempre los ha visto del mejor modo, Jones es también una serie que construye una inusual equidad de género televisiva. Poderosos personajes y una muy bien lograda disección sobre el abuso en varios niveles, es una trama que van sin miedo de los experimentos científicos-locos a la psique dañada. No puedo esperar a que esto continúe.

«Macbeth«, Justin Kurzel

Lo que necesitamos es que cada cierto tiempo Michael Fassbender nos recuerde por qué Shakespeare sigue siendo un excelente autor. La milésima adaptación del clásico «Macbeth» no escatima en precisión histórica ni en diálogos poéticos y complicados, logrando sin embargo un énfasis en un texto ya de por sí poderoso. El realismo, la crudeza y las enormes actuaciones de sus protagonistas (que nadie olvide a Marion Cotillard, por favor) consiguen atraparnos en una historia de sobra conocida sin perder en ningún momento la fuerza de su conjunto. Difícil determinar si me encantaron más las Brujas o Lady Macbeth.

«Tag», Sion Sono

Considerando el limitado cine asiático que me tocó este año, no hubiera creído que me tocaría incluir a uno de mis grandes favoritos (además con la ligera decepción que fue «Yakuza apocalypse», de Miike). Pero Sion Sono salió al rescate con una de sus psicotrónicas películas, en un momento en que ya no tiene que demostrarle a nadie por qué es un gran director. «Tag» empieza con una chica que presencia la masacre de todo su grupo escolar a causa de un viento mortal. Tras ser la última superviviente y atravesar corriendo medio bosque, llega a su escuela y asume que todo ha sido un sueño, cuando encuentra que todas sus compañeras siguen vivas como si nada. Si la premisa podría parecer delirante para alguien no familiarizado con el cine de Sono, la larguísima secuencia de persecución de vientos-mortales sin duda en un primer reto a la paciencia del espectador. Pero «Tag» todavía tiene muchas sorpresas, muchas colegialas, dobles, vidas surreales y muertes todavía más surreales. Y es por todo eso que amamos a Sion Sono.

«Ex machina», Alex Garland

Por si necesitara algo más, «Ex machina» tiene un gran poster. Además de un giro interesante a la trama de inteligencia artificial y a Alicia Vikander. Un joven programador se gana la oportunidad de probar e interactuar con la más reciente creación de inteligencia artificial. Lo que parece una prueba sencilla (poco necesita demostrar Ava lo inteligente que es) se va transformando en un juego de engaños cuyas consecuencias no parecen siempre del todo evidentes. Una ambientación fantástica que se va tornando claustrofóbica y una reflexión sobre las maquiavélicas implicaciones del concepto de humanidad, en una trama que en muchos momentos tiene más tintes de thriller que de ciencia ficción.

«Hellions», Bruce McDonald

«Hellions» es uno de esos no tan inusuales casos en que una película odiada por la crítica y el público (4 estrellitas en imdb y 25% en el tomatometro) me termina encantando. Notarán que incluso es lo más cercano a mi *mejor película de terror del año* (un título que finalmente le queda un poco grande, eso sí). Quizás porque no espero nada de las películas de Halloween o porque amo el terror obstétrico, pero la atmósfera que McDonal construye para acosar a la joven protagonista en el peor Halloween de su vida me resultó tan extraña como cautivadora. Y es que también, después de la excelente «Pontypool», estoy convencida de que el director sabe lo que hace y que detrás de esos delirantes giros de trama hay mucho más que lo evidente. Así que mientras nos vuelve a tocar un pico alto como «The Babadook» o «El conjuro», éste será mi terror del año.

No llegamos a 10 películas pero qué necesidad de saturar una lista. Ya vendrán otras historias y a ver qué nos depara en pantalla el 2016. (Y sí, bueno, es hora que todavía no veo «Star Wars»).