Cine 116: Los Huéspedes

«Hola, soy M. Night Shyamalan y quizás me recuerden por películas como…»

Tras un prometedor principio y una limitada serie de películas que fueron definiendo ese contundente estilo entre el thriller y la sorpresa explosiva, Shyamalan fue cayendo irremediablemente en desgracia hasta el abismo en el que todos lo recordamos, «The Last Airbender». Es por eso que el anuncio de una nueva cinta de terror, con bajísimo presupuesto y apelando a la cámara en mano, no podía resultar más inesperado tras el terrible fracaso que fue su última super-producción con Will Smith. «The visit» (que en español desvía la atención de la visita en sí y decide llamarla «Los huéspedes») prometía tanto como hacía dudar: un buen poster pero que recurría a los tópicos de las manchas de sangre y a las reglas que ya antes habíamos visto en «La aldea» (en México el poster más recurrente es uno bastante soso donde sólo se ven sombras), un trailer con momentos tan buenos como otros que parecían fuera de lugar, una premisa que podría dar para muchos y un recurso que ha sido hiper-explotado en los últimos años. Los sentimientos encontrados sólo hacían que la película pareciera más atractiva.

Todo esto sin olvidar el incomprensible amor de Sam por el terror malo.

Tras una racha de terror que abusa de niños como criaturas siniestras y paranormales, Shyamalan se dispone a recordarnos que hay muchas figuras aparentemente inofensivas pero que pueden ser potencialmente siniestras. Como los ancianos y su contraste entre la tierna figura paternal y las terribles condiciones en que puede degenerar su edad. La visita a la que alude el título es la de Becca y Tyler para conocer a sus abuelos por primera vez. Por irregulares situaciones familiares nunca han tenido contacto con ellos y de pronto se promete una idílica reunión familiar en la que irán a pasar una semana con ellos. Becca, una suerte de insoportable adolescente aspirante a directora (lo que nos faltaba), quiere documentar todo ese proceso familiar y hacer su propio documental. Lo cual explica no sólo que tenga la cámara encendida todo el tiempo sino incluso que se sienta arriesgada con sus tomas y su propuesta narrativa. Lo que nos faltaba.

Pero, obviamente, la parte idílica de la visita durará muy poco, porque de la adorable fachada de abuelos a los estragos de la vejez al quizá-estamos-atrapados-con-unos-psicópatas-octogenarios no tardaremos mucho en pasar. Ruidos, extrañas visiones nocturnas y una serie de conductas bastante cuestionables, serán apenas el preludio de la adorable reunión familiar que esperaban nuestros protagonistas.

Uno de nuestros protagonistas.

A 35 años de «Holocausto caníbal», el cine de terror cámara-en-mano (o ‘found footage’, en el caso del ejemplo) sigue creyendo que tiene que hacer que sus personajes protagónicos, justo aquellos que sostienen la cámara, sean increíblemente insoportables. Tiene sentido en tanto que explica por qué una persona seguiría grabando en circunstancias poco ortodoxas (parte de esa personalidad egocéntrica, terca y con una obsesiva ‘visión creativa’), pero en una película tras otra (sobre todo con la excesiva producción actual) sólo consiguen que te molestes con los personajes y eso desvíe atención de la trama. En «Holocausto caníbal» tenía sentido porque para cuando aparecían los caníbales estabas deseoso de que mataran a esos cabrones, en «The visit» sólo implica tragarte cada comentario snob intelectualoide de Becca y las constantes intervenciones musicales de Tyler.

Noporfavor, todo menos rap.

Es un recurso no sólo molesto sino además bastante innecesario: no resulta imposible pensar que cualquier joven, sin que tenga necesariamente aspiraciones godardianas, tendría sus razones para filmar su primer encuentro con sus abuelos. Incluso no parece descabellado (aunque no sea muy racional) que continúe grabando cuando descubra las rarísimas personas que son en realidad.

Así, la primera parte de «La visita» se pasa entre la baraja de posibles teorías sobrenaturales, y el pensamiento de que quizás después de todo, si deciden matar a sus nietos pues algo de razón tendrán, quién soy  yo para juzgarlos.

«Ellos, por otra parte, se ven encantadores…»

Lo que saca a flote a la película durante estos momentos y le da gran parte de su fuerza, es en parte una buena selección de escenas con comportamientos erráticos que oscilan muy apropiadamente entre lo que podría justificarse («todos llegaremos a una edad….») y el horror puro. Destaca especialmente la actuación de Deanna Dunagan como la abuela quien, con el más sutil de los gestos, puede pasar de la ancianita adorable a unas muecas de lo más diabólicas. Ya no digamos sus comportamientos nocturnos.

Por desgracia, tampoco estos elementos están siempre muy buen puestos, intercalándose con varios sustos predecibles, un par de escenas que podrían haberse quitado sin mayor problema, y un darle vueltas a la situación que prolonga un poco innecesariamente toda *la visita* sin aportar mucho más. Y es ahí que, para cuando llega el esperadísimo «what a twist!» shyamalanesco, logrando a la perfección su cometido, todos esperamos una parte final abrumadora y nos encontramos con que, igualmente, conviven momentos muy poderosos con otros bastante poco afortunados. Increíblemente poco afortunados.

«Debimos haberlos invitado sólo el fin de semana…»

Al final, «The visit» es una película de terror con muy buenos momentos pero que en conjunto se queda en el aprobado. Con elementos que a algunos molestarán más que a otros (yo moría de pena ajena cada que el niño rapeaba) pero también con pocas sorpresas. Con todo, parece un producto al menos refrescante para el rumbo que la carrera de Shyamalan había tomado últimamente, y no pierde la oportunidad de recordárnoslo con constantes guiños a otras de sus películas.

Haciendo el balance de lo que me desesperó y lo que me gustó mucho, me resulta difícil que un sentimiento supere al otro. Igual yo no esperaba (y creo que nadie) que fuese una grandísima película de terror, así que el resultado no está del todo mal. Aunque en ciertos momentos podamos llegar a pensar que se pudieron hacer grandes cosas con ciertas escenas. Y no.

Ahora imaginen que se pone de moda el horror geriátrico.

«The visit» o «Los huéspedes» es una película estadounidense del 2015. Dirigida por M. Night Shyamalan («La aldea», «Sexto sentido», «El protegido») y protagonizada por Olivia DeJonge («The sisterhood of night», «Polarised», «Good pretender»), Ed Oxenbould («Alexander and the terrible, horrible, no good, very bad day», «Paper planes», «Julian»), Deanna Dunagan («Running scared», «Dimension», «Ten un poco de fe, de Mitch Albom»), Peter McRobbie («Lincoln», «Spider-man 2», «Brokeback mountain») y Kathryn Hahn («La vida secreta de Walter Mitty», «Crossing Jordan», «Cómo perder a un hombre en 10 días»). Tiene 6.7 estrellitas en imdb, 6.2 en filmaffinity y 61% en el tomatometro. Que es un promedio aceptable. Y ya saben, está en cines.