Cómics 54: Batman: The Black Mirror

Con tantos cómics que se han insertado poderosamente en la historia y la cultura popular desde hace décadas, a veces resulta imposible preguntarse qué tienen que ofrecer los autores nuevos que pueda estar a la altura, sobre todo cuando se trata de manejar por millonésima vez a los personajes más emblemáticos de las grandes editoriales. Y no hay duda alguna de que Batman es un icono con una poderosa mitología que ha tenido la fortuna de verse representado por invaluables historias desde su creación. «The black mirror» no es sólo un intento actual por retratarlo, sino la última saga de ‘Detective comics’ antes del reboot de la serie con The New 52.

Y con ilustraciones como ésta, parece que no tenemos nada por qué preocuparnos.

«The black mirror» está por cerrar un ciclo que dio inicio en 1937, al tiempo que da paso a lo que podría considerarse como una nueva etapa en el mundo de los cómics. Y tal parece que Scott Snyder es plenamente consciente del punto de quiebre en que su historia tiene lugar. Valiéndose de la larga tradición narrativa de Gotham, al tiempo que aprovechando nuevos personajes y un estilo visual más sucio y violento, nos adentramos en esta ciudad oscura con nuevos ojos, tratando de descubrirla una vez más.

Y en este caso, la ‘nueva mirada’ es literal, porque debajo de la capa del murciélago nos encontramos con Dick Grayson en lugar de Bruce Wayne. Para quienes no sigan la saga desde los números anteriores (como yo), se nos informa que tras la desaparición de Bruce Wayne, Grayson se hizo con su lugar como protector de la noche, mientras que algunos otros personajes a su alrededor se fueron acomodando también (como Tim Drake como Red Robin). Aunque al inicio de la historia se sabe que Wayne ha vuelto y ha creado Batman Incorporated a partir del cual puede financiar públicamente a Batman, su figura es totalmente ausente, dejando que sea el joven acróbata quien nos hable del punto oscuro en el mapa que es su ciudad. Las pesadillas que esconde y el juego de espejos que puede dar comienzo en cualquier momento.

Porque el horror nunca termina en Gotham.

Durante seis números se presentan tres historias, tan distintas como unidas entre sí en lo que es ya la conformación de la ciudad, mostrando diferentes aspectos de la humanidad, desde los límites de la ley y la moral hasta sus trasgresiones.

Una serie de crímenes tienen lugar en la ciudad con lo que parecen ser firmas clásicas de antiguos villanos: la toxina de la risa del Joker, un químico que es capaz de transformar a cualquiera en Croc, parques que controlan a las personas con sus miedos y que a nadie sorprendería fueran obra de Jonathan Crane. Pero nada más parece corresponderse con ellos, y es cuando empiezan a surgir los rumores sobre The Dealer, un hombre que desde las sombras controla el contrabando de mortífera evidencia policíaca para organizar fiestas en que la más selecta sociedad gótica podrá ofertar para obtener estos trofeos.

Por otra parte, el hijo del comisionado Gordon, James Gordon Jr., está de vuelta en la ciudad y esas no pueden ser buenas noticias. Entre la duda de un padre que sabe que finalmente nunca ha habido evidencia incriminatoria y un policía cuyo sentido le dice que siempre ha habido algo mal con James. El joven aparece diciendo que ha cambiado, que una nueva terapia con fármacos ha logrado controlar sus psicopatías. Que lo único que quiere es una oportunidad para empezar de nuevo. Pero si ya hay muchas cosas raras en la historia medio contada de James, este aparentemente pródigo regreso no podría ser menos extraño.

Finalmente, Sonia Branch, hija del mafioso Tony Zucco, responsable del asesinato de los padres de Dick, se ve envuelta en un confuso crimen cuando una enorme orca aparece muerta en el lobby de su banco. Con el cadáver de su asistente en el estómago de la misma. Sonia, quien parece una historia de éxito sobre cómo no crecer bajo la sombra de un padre, pone a Batman sobre la pista de dos nuevos líderes de mafias en la ciudad: el Correcaminos, quien controla un próspero negocio de coches y armamento, y el Tiburón, traficante de toda clase de especies animales raras.

En todos los casos, como bien advierte título, las cosas no son exactamente lo que parecen, y el curso de la investigación no tardará en convertirse en un camino de reflejos en el que será difícil descubrir cuál es el real. Si es que puede encontrarse algo remotamente parecido a una respuesta en Gotham.

El protagonismo de Dick Grayson funciona para darle una visión muy particular a estas descarnadas historias, ya que consigue asimilar exitosamente la figura de Batman pero alejándose de los motivos usuales que sabemos mueven a Wayne (que, como siempre he dicho, se trata de una personaje profundamente perturbada). Esta fuerza central la comparte con otro elemento indispensable en el universo de Ciudad Gótica, como es James Gordon, un personaje con su propia complejidad y que en esta ocasión cobra una importancia personal al involucrar a su familia, tanto por el rol de Barbara Gordon como Oráculo, como por el regreso de ese hijo psicópata.

Así, a través de una serie de retratos, se arma el mosaico de Gotham, una ciudad que engendra la maldad desde sus individuos aislados, sus complejas mafias y sus rebuscados villanos. Y Batman, un Batman, se cuelga una vez más la capa del gran detective para hurgar en esta telaraña de violencia y sin-sentido.

Si el guión de Snyder (sin relación con el otro Snyder, al parecer) resulta un equilibrio perfecto entre el Batman más clásico (obvio las orcas son un tributo al bati-repelente-contra-tiburones) y el más violento, el arte no podría ajustarse mejor a esta visión. Alternándose el estilo visual entre Jock y Francesco Francavilla, dándole un toque personal a las historias al punto que comienzan a fusionarse y conseguir una sola visión de Gotham que es capaz de irse de sus tonos neón con trazo delicado al bosquejo cuasi-esquizoide que sin duda da el tono adecuado para la trama. Sin duda ‘Detective comics’ se decidió a cerrar su primera etapa de manera contundente. Y quizás pronto nos toque hablar de The New 52.

Pueden comprar «The black mirror» en inglés en Amazon (incluyendo una versión kindle), los tomos por separado («Espejo oscuro», «La llave maestra» y «Ciudad hambrienta») en español en Cosmic o Casa del Libro.