Muchas veces las ‘salas de arte’ de los cines parecen un oasis en medio de un ‘no hay nada interesante en cartelera’. Y créanme que lamento ser incapaz de hablarles de «Rápidos y furiosos 7» (¿en qué momento empezaron a usar el plural?). Para esta semana casi que me hubiera inclinado por «Timbuktu» pero decidí ahorrarles los dramas yihadistas mauritanos con un poco de luces de neón y Joaquín Phoenix y su ‘vicio propio’.
(‘Inherente’ es una palabra demasiado sofisticada para el público mexicano, al parecer)
En su defensa diré que en España le pusieron «Puro vicio». Y que en español la novela original de Pynchon también fue traducida como «Vicio propio».
No he leído nada de Thomas Pynchon, pero a partir de esta adaptación voy a suponer que su estilo es una mezcla de William Burroughs, Hunter S. Thompson y Raymond Chandler. Como si esa mezcla no fuese lo suficientemente atractiva, la película tiene también a Phoenix, otros actores bastante interesantes, un toque vintage hippie y una ambientación surrealista. Todo lo que prometía ser un hit.
Doc Sportello es un detective privado y un aficionado a las drogas que vive en California y que de pronto se encuentra con tres casos que se irán interconectando hasta hacer de su vida un confuso caos. Shasta, una ex-novia desaparecida llega a su casa pidiéndole que interceda por su amante, hombre mayor y poderoso empresario de bienes raíces, al que su esposa y su correspondiente amante quieren desaparecer internándolo en un psiquiátrico. Un ex-presidiario y miembro de una banda afroamericana, Tariq Khalil, le pide que encuentre a un miembro de la hermandad aria que tiene una deuda con él desde la prisión, y que actualmente trabaja como guardaespaldas de Mickey Wolfmann, el amante de Shasta. Finalmente, una drogadicta rehabilitada le pide que encuentre a su marido, a quien reportaron como muerto pero quien está segura sigue con vida, Coy Harlingen. Doc no tardará en descubrir que Coy es un infiltrado de la policía que ya no puede escapar de su misión.
Estos años 70 necesariamente se condimentan con muchas drogas (y sus efectos en la percepción de la realidad), extravagantes negocios sexuales, una banda criminal indochina, asesinatos vampíricos, sectas, corrupción policial y muchas chicas con poca ropa, creando un laberinto porque el que resultará difícil moverse entendiendo por completo una trama que sin tener que ser demasiado complicada (sobre todo con miras hacia su sencilla resolución), puede llegar a ser inentendible en ese limbo entre la realidad y el surrealismo, y el exceso de información que no siempre queda demasiado claro en qué punto se acomoda.
Suponiendo que ese efecto es totalmente deliberado en esta fiel adaptación de una obra bastante visceral, la película cuenta con una buena cantidad de elementos poderosos que terminan por diluirse un poco en la enredada historia y sus más de dos horas de duración.
«Seamos groovies durante horas»
Joaquin Phoenix demuestra una vez más que es capaz de asumir cualquier papel con total naturaleza. Su encarnación de un detective extravagante, desidioso y que la mayor parte del tiempo no tiene ni puta idea de lo que sucede a su alrededor (en parte por culpa de las drogas, en parte porque el mundo a su alrededor no tiene sentido) es más que apropiada para llevar el peso de casi toda la historia. A él se suman una serie de apariciones tan inesperadas como perfectamente en su sitio: Josh Brolin como un policía violento y no demasiado listo, Benicio del Toro como el abogado y a veces mano derecha del detective (al parecer es un actor que no puede faltar en esta clase de producciones), Jena Malone como joven esposa preocupada, Owen Wilson como un hombre que fue más allá de lo que era capaz de manejar, Reese Witherspoon como una más que correcta comisario de policía que no parece bastante dispuesta a mostrar que es amante de un detective de poca monta, y Martin Short como un dentista depravado. Los rostros menos conocidos tampoco están fuera de lugar, destacando especialmente Katherine Waterston como una femme fatale hippie y algo inusual.
Preguntándole a la ouija hacia dónde va la trama.
Es de suponer que la película funciona mucho mejor con los que estén familiarizados con la novela o el estilo del autor, ya que aunque consigue excelentes momentos, sobre todo en lo referente a la ambientación y el modo en que transcurre esa atípica realidad, la constante sensación de que uno no está entendiendo todo (no sólo por las complicaciones de la trama sino porque el ritmo en muchas ocasiones nos da la impresión de que hay algo más que no vemos y se nos escapa) puede arruinarla por momentos, sobre todo cuando uno tiene la sensación de que la cosa se está alargando demasiado.
La película, sin embargo, ha recibido excelentes y arriesgadas críticas que llegan a señalar que tiene todos los elementos para convertirse en una cinta de culto. Afirmación algo precipitada, quizás, pero que sin duda puede hacer referencia a que se trata de otra de esas películas que nos hacen sentir como si nosotros también estuviéramos atravesando ese viaje ácido.
Y cada quien sus vicios.
«Inherent vice» (o «Vicio propio» o «Puro vicio») es una película estadounidense del 2014. Dirigida por Paul Thomas Anderson («There will be blood», «The master», «Boogie nights») y protagonizada por Joaquin Phoenix («Her», «La aldea», «Gladiador»), Josh Brolin («No country for old men», «Sin City 2», «True grit»), Katherine Waterston («Michael Clayton», «Robot & Frank», «Enter nowhere»), Owen Wilson («Darjeeling Limited», «Midnight in Paris», «Weeding crashers»), Reese Whiterspoon («Legalmente rubia», Walk the line», «Wild»), Hong Chau («A to Z», «Treme», «Finding my America»), Jena Malone («Sucker punch», «Into the wild», «Pride & Prejudice») y Benicio del Toro («Fear and loathing in Las Vegas», «Snatch», «Sospechosos comunes»). Tiene 7 estrellitas en imdb, 6.2 en filmaffinity y 72% en el tomatometro. Si les gustan este tipo de películas y están conscientes de que dura dos horas y media, aprovechen si la tienen en un cine cercano porque no creo que dure demasiado.
Mi director favorito. En Estados Unidos tampoco fue muy distribuida, tuve que ir hasta Los Angeles para poder verla cuando estaba en cines.
Creeme que donde vivo (que es aun mas al norte de lo que estas) tambien esta dificil que exhiban esta pelicula.