Cómics 51: In the Flesh

«In the flesh» nos recibe con una dramática frase publicitaria que nos anuncia que lo que estamos por leer es «Una extraordinaria combinación entre el cine de Cronenberg y el cómic de Clowes» (el autor de «Ghost World»). Porque los libros necesitan venderse y todos sabemos que no hay mejor publicidad que lanzar nombres arbitrarios, cuando el título podría aludir a la ‘nueva carne’ de Cronenberg y su estilo de portada no nos recuerda en absoluto a Clowes. Pero todavía no hemos visto nada.

Nada.

Un hombre que trabaja disfrazado de perro para un programa infantil recibe la proposición de una atractiva mujer que quiere tener relaciones con él usando el traje. Una mujer es golpeada en la calle por el camión de una pastelería que le regala pastelillos a modo de disculpa y empieza a obsesionarse con la comida. Una chica se queda dormida durante una bomba atómica y empieza a ser rechazada en la escuela por temor a la radiación.

Mujeres sin cabeza, mujeres que abarcan un mundo, mujeres radioactivas, mujeres sin rostro, hombres que persiguen la espalda de los sueños, hombres que no pueden dejar ir, hombres cuya cabeza es una cámara de video. En un mundo donde el cuerpo puede cambiar sin que sea relevante, las diez historias cortas que componen la primera publicación en inglés del ilustrador israelí Koren Shadmi son retratos de obsesiones y de heridas. Personajes solos, llenos de perversiones inentendibles, tratan de encontrar a alguien que los entienda, que los complete. Tratan de encontrar a alguien más que esconda su cabeza con una bolsa de papel, a una persona-trauma que dé sentido a su arte, al sabor de sangre fresca perdido para siempre en la infancia.
Las metamorfosis son una extraña ficción, el dolor es totalmente real.

Para ser la ‘primera publicación’ de un autor que suena por completo desconocido, es claro que esta obra es la larga gestación de un estilo muy trabajado y de un surreal universo densamente poblado de fenómenos. Y no es de extrañar, tomando en cuenta que Shadmi lleva gran parte de su vida dedicado al cómic, desde la escena underground de publicaciones israelíes (que seguramente es un club muy reducido) hasta sus años estudiando, viviendo y dedicándose a la ilustración en Estados Unidos. Y así, en su sorpresiva irrupción, «In the flesh» es un mundo completo y maravilloso.

Y si la portada nos lanzaba esas comparaciones dramáticas que probaron tener un reflejo real en el texto, sin duda hay otra referencia que parece imposible de ignorar como es Charles Burns y su «Black Hole», en tanto que ambos parecen buscar una misma resolución a los problemas del cuerpo y las relaciones humanas necesariamente entendida como una transformación. Pero si ambos se mantienen sobre el toque de ciencia ficción de los 50 y el más que apropiado blanco y negro, «In the flesh» se adelanta también en una compleja búsqueda formal que libera a su historia de las ataduras usuales de la viñeta, las líneas rígidas del realismo y la necesidad de darle sentido a su historia.

«En carne viva», finalmente, presenciamos apenas una serie de retratos que parecen flotar aislados en su propio mundo. De la premisa de superhéroe a la pura obsesión sin narración, no parece que haya una dirección en la cual seguir sino es hacia adelante. Siguiendo la próxima obsesión, la próxima perversión erótica, el próximo deseo mal resuelto. Y en ese maravilloso punto en que coincide la ciencia ficción con las fijaciones adolescentes, los eternos recuentos de relaciones que no salieron bien y los sueños húmedos, el cuerpo que nunca es inalterable y las historias donde nada pasa, es que Shadmi nos cuenta que más allá de los personajes que explotan y descubren sus vísceras plásticas, ésta es una serie de historias sobre pérdidas.
Una increíble sorpresa algo tardía, puesto que se publicó en el 2009 (un par de las historias ganaron premios ese año). Y con apenas poco más de un ciento de hojas que uno se traga en un momento, no dudo que termine por incluirse en mi top de los mejores cómics de mi año.

Sin duda hablaremos más de este autor en un futuro próximo. Mientras tanto no tienen excusa para perdérselo. Y avísenle a Brandon Cronenberg que aquí hay material para su segunda película.

Pueden comprar el cómic en Amazon en inglés (incluyendo una versión ebook) o también en español (edición española).