Un Kitsune y un Tanuki, espíritus japoneses de un zorro y un tejón, se encuentran una noche ante un pequeño templo budista únicamente ocupado con un monje. Esa noche comienzan la apuesta: aquel que sea capaz de sacar al monje de su templo podrá quedarse en él. Y así empieza la primera noche de esta saga de ‘cazadores de sueños’, con guerreros y bellas jóvenes de la nobleza. Con demonios y con toda clase de visiones que pueden poblar la noche o desaparecer dejando únicamente el rastro de un animal herido ante el descubrimiento de la farsa.
Una noche cualquiera en Japón.
Ya antes hemos hablado de la saga de «Sandman«, una larga épica sobre sueños y relatos que consagró a Neil Gaiman como uno de los autores (gráficos y literarios) actuales más interesantes, y que mostró una nueva y fantástica faceta de los cómics con un toque que terminaría por representar al sello Vértigo. Y si en su publicación regular seguimos una línea más o menos establecida de hechos que giran alrededor de Sueño (personaje icónico conocido por muchos nombres), queda claro que las posibilidades de historias que pueden generarse a partir de ese arco principal y cobrar vida propia se perciben tan infinitas como las propias posibilidades de un sueño. Así, 10 años después de la primera publicación de un cómic de «Sandman», Neil Gaiman y Yoshitaka Amano (artista japonés famoso por sus ilustraciones de «Final Fantasy» y «Vampire Hunter D», entre otras) se encontraron para darle una nueva forma a Morfeo y volver a contar una de sus historias.
Difícil dejar de ver estas increíbles imágenes.
La excusa de la creación de unos pósters para el 10 Aniversario del cómic reunió a estos dos enormes artistas en una publicación que no es estrictamente un cómic sino una novela ilustrado, donde el sentimiento de irnos sumergiendo en una leyenda clásica japonesa se va mezclando con las poderosas imágenes que acompañan al texto. Sin la necesidad de seguir la acción paso por paso, la recreación visual de ese Japón antiguo y mágico va cobrando una fuerza poderosa desde los primeros retratos de animales hasta la compleja red de sueños en la que los personajes van cayendo. Todo parece verdad y mentira, desde Gaiman diciéndonos que ésta es apenas una nueva presentación de una historia antigua recogida por Y.T. Ozaki, hasta esa de trama de mujeres con espíritu de zorros, daimyos que consultan su vida a funestos oráculos y sueños de los que nadie puede despertar. Sin perder su propio estilo, que ya antes había emulado historias orales de otras tradiciones, Gaiman convierte su más reconocido personaje en una figura mitológica japonesa, en la pieza perfecta de esas leyendas repetidas durante años del tiempo en que los espíritus caminaban libremente por la tierra. O se comían libremente los sueños de otros.
Bakus: Devorando sueños desde tiempos inmemoriales.
Los arquetípicos personajes de la saga original se insertan de un modo tan natural en esta nueva mitología que parece difícil creer que no hayan sido pensados originalmente para ella. Recuperando a la vez esa noción muy poco explotada en la publicación regular de que no sólo los humanos sueñan ni una sola forma tiene Morfeo para presentarse ante sus soñadores. «The Dream Hunters» es una publicación fantástica que cuida hasta los detalles del papel y las bellísimas tintas de su portada, pero es también un excelente añadido a una historia que había ya concluido como un ciclo perfecto y que nuevamente demuestra que siempre quedan historias que contar. Este relato japonés explota uno de los aspectos más interesantes de la propuesta original y lo explota al máximo sin el usual límite de páginas, funcionando a la vez como una historia en sí misma que no necesita conocimientos previos del cómic o el personaje para poder disfrutarse, al tiempo que puede verse como una excelente historia paralela totalmente a la altura de su cómic original.
Por si las imágenes no han terminado de convencerlos.
Por si quedara alguna duda, el arte de Yoshitaka Amano es incomensurablemente fantástico y hermoso, dándole al texto de Gaiman una fuerza que no podemos imaginar de otra manera, al menos en lo que respecta a sumergirnos por completo en el folklore japonés. Las imágenes son cautivadoras e hipnotizantes, y si no fuera por el particular subgénero en que se encuentra el resultado final seguro que hubiera conseguido muchos más reconocimientos además del Premio Bram Stoker a Mejor Narrativa Ilustrada.
Al parecer el 20 Aniversario no fue tan propicio como el de la década anterior, porque a falta de otra cooperación tan espectacular como ésta alguien decidió que lo mejor sería repetirla, ahora sí en forma de cómic. Así que muchas gracias, ilustraciones de Yoshitaka Amano, la tradicional-moderna historia de un zorro enamorado de un monje vuelve a reescribirse 10 años después pero ahora ilustrada por el artista P. Craig Russell, quien ya había colaborado anteriormente con la saga «Sandman», y con portadas de Yuko Shimizu, Mike Mignola, Paul Pope y Joe Kubert. Pondré altísimamente en duda que el resultado sea siquiera cercano a esta joya.
Como quizás podrán suponer, Y.T. Ozaki nunca recopiló un relato sobre cazadores de sueños, ni sobre las pesadillescas noches de un único monje en un templo budista, pero parte de la magia de Gaiman es darles vida a todos esos espíritus y convencernos una vez más que todas las historias son una misma historia repetida en sueños. En las palabras finales del tomo Yoshitaka Amano deja al aire la posibilidad de una nueva colaboración con el autor, y aunque más de una década ya ha pasado, desde hace algunos años que los autores nos tienen picados con una posible historia larga protagonizada por nada menos que David Bowie. Quizás todo esto es demasiado cool y el universo sería incapaz de soportarlo de modo que es mejor que sigamos eternamente a la espera. Como la Reina Iman, en «The return of the thin White Duke».
Que hermoso, me encanta la ilustración de Yoshitaka Amano desde las ilustraciones de Vampire Hunter D en ingles, me facino y curiosamente después encontre ilustraciones suyas en el Final Fantasy VI, un encanto su estilo de acuarela y ojala Dios me permita tener los libros que recopilan sus trabajos.
No he terminado de leer Sandman de Neil Gaiman y me encantaria también leer American God’s, por ser altamente recomendadas y que acentuan el genio de este autor, por eso que leer semejante alianza me parece fantastico y me muero por conseguirme esta novela ilustrativa, así que chequeare por alli y ojala tenga suerte.
Gracias Sam, me encanta tus recomendaciones ;)
sip sip el arte es incrible y efectivamente se reconoce el estilo de los primeros Final Fantasy :) excelente escrito Samantha! yo quiero alejarme de los comics pero éste si lo voy a buscar!!!