Y siguiendo con la temática de leyendas clásicas, nos vamos al otro lado del mundo para que CLAMP nos cuente un poco del folklore japonés.
Aunque no se trate de una de sus obras más conocidas, es difícil pasar por alto el característico estilo de las CLAMPS, quienes definieron en gran medida las líneas estéticas de generaciones posteriores de mangas y mangakas, al tiempo que conformaron un sello tan particular como para ser realmente igualado. Si en alguna de sus piezas anteriores, como es el caso de su primera publicación, RG Veda, han manifestado su particular interés por la mitología, con «Shirahime-Syo» vuelven sobre sus raíces para reconfigurar la leyenda de la dama de las nieves.
Aunque no parece tratarse propiamente de una Yuki Onna (espíritu femenino japonés que se aparece en la nieve, muchas veces con connotaciones terribles), la breve historia que sirve como prólogo y epílogo parece querer acercarnos a las nociones de dicha historia para que permanezcan en nosotros conforme leemos los episodios que conforman el volumen completo. Un hombre habla con una bella y pálida mujer en medio de una nevada mientras que recuerda el dicho popular de que la nieve son las lágrimas de Shirahime, la princesa blanca. Esta dramática aunque emotiva situación también parece indicarnos el acercamiento que tendrá la historia a esta figura, alejándola de sus escenarios más macabros para presentarla como una suerte de trágica mujer perdida para siempre en medio de la nieve.
El volumen se compone se tres historias cortas. En la primera de ella una joven jura venganza contra el lobo que asesinó a su padre muchos inviernos atrás, y sale contra los deseos de su madre a internarse en el bosque helado sólo para descubrir que ese oscuro espíritu quizás no sea la respuesta que ella está buscando. En la segunda una pareja se despide frente a un lago helado, el hombre promete volver y la mujer jura que lo esperará siempre frente a ese lago sin importar cuanto tiempo se tarde en regresar. En la última historia un guerrero se ha perdido tras la batalla sin poder encontrar el camino a su pueblo en medio de las montañas cubiertas de nieve, en su desesperación por volver a su amada sentirá odio contra los animales del bosque que pueden permanecer juntos incluso en medio de aquella tormenta. Si bien se podría creer que en ninguno de estos episodios interviene directamente ese espíritu que suponemos en Shirahime, su presencia lo abarca todo ante la noción, establecida por todos los personajes, de que son sus lágrimas las que cubren todos los espacios con la nieve. Lágrimas que parecen corresponderse con la propia tragedia que los personajes están viviendo.
Una situación trágica que está condicionada, por otro lado, por el amor en sus distintas manifestaciones: una joven que buscando la venganza encontró algo más en las montañas, una pareja que prometió reunirse sabiendo que las cosas no serían tan fáciles como esperaban, un hombre cuya única luz en medio de la nieve es la imagen de su amada. Esto parece construir una imagen de esta figura mitológica que se acerca más a la mujer desesperada que ha terminado por convertirse en un espíritu, antes que la criatura violenta y voraz que representa la Yuki Onna en la mayor parte de su mitología. El hecho de que no intervenga directamente en las historias parece dejar en claro que las leyendas viven aunque no sea a través de su presencia. Que nacen de condiciones naturales y de sentimientos humanos y a través de ellos que perviven. ¿Qué podría responder aquella pálida mujer ante el hombre que le dice que son sus lágrimas las que provocan esa nieve?
Aunque los trazos puedan parecer menos complejos o detallados que en muchas de sus obras más conocidas, su aparente simpleza funciona en muchos momentos para llevarnos del estilo clásico japonés de trazos con tinta china al conocido sello de CLAMP (de Mokona, sobre todo) y de vuelta. Es, sin duda, una historia que no necesita depender de sus aspectos más estéticos para configurar una historia fundamentada sobre todo en sentimientos humanos, los cuales consiguen dotar de fuerza cada uno de los trazos, sobre todo en las fantásticas apariciones de esta Shirahime.
«Shirahime-Syo» fue publicado por primera vez en 1992, apenas unos meses después de que comenzara a publicarse su serie «X» y año en que todavía se publicaban de manera regular las series de «Duklyon: Clamp school defenders», «Clamp school detectives» y «Tokyo Babylon». Lo cual nos habla de una increíble capacidad de manejar varios proyectos, historias y personajes al mismo tiempo, panorama dentro del cual «Shirahime-Syo» parece una especie de oasis, un momento para detenerse en una historia corta (su prólogo, episodios y epílogo apenas alcanzan las 113 páginas), no necesariamente conclusiva y que se construya a partir de momentos emotivos y escenarios. Gélidos escenarios, sin duda. Dentro de los cuales no parece que las más que reconocidas artistas necesiten demostrar nada (falta todavía por lo menos un año para que aparezcan sus más importantes publicaciones, como «Magic Knight Rayearth» o «Cardcaptor Sakura») pero que precisamente por esta condición de historia al aire es que demostrarán su maestría tanto en lo técnico como en lo narrativo. Un pequeño vistazo a esas populares historias del Japón clásico que se alejarán de sus cánones normales y nos transportarán a otro estado, a un mundo donde parece perfectamente posible que todo lo que se viva en la nieva esté guiado por la mirada de una princesa blanca.
Siendo de las mangakas más conocidas y reconocidas en su género, sin duda volverán a aparecer por este espacio. Seguramente con una de sus sagas largas.
primera vez que comento! la verdad es que amo este manga, una de las pocas cosas que leí de las CLAMP, por recomendación de una amiga. excelente reseña Sam
La verdad es que a mí no me encantan todos sus mangas, pero éste es fantástico. Gracias por los comentarios.
ademas de esto lo unico que vi de las Clamp fue Sakura Card Captor y Chobits