Y bueno, qué gusto da cuando llegan esta clase de producciones a salas comerciales.
Hace dos años Nicolas Winding Refn llegó a Hollywood y al parecer le recordó al público que puede hacerse una excelente película comercial de acción sin sacrificar la calidad, aunque eso signifique tener que exportar directores daneses. Pero ese, al parecer, no era el verdadero Nicolas Winding Refn (y su nombre de conde europeo), el que le dedica sus películas a Jodorowsky a la mínima provocación. Ya tenía a Ryan Gosling a su lado (a quien, unos cuantos diarios de pasión atrás, no me hubiera imaginado ver en este tipo de papeles) y su siguiente destino era Tailandia. ¿No es el siguiente destino que todos querríamos en nuestra vida?
Sobre todo por la corrupción y las katanas.
Julian y Billy son dos hermanos muy occidentales que manejan un gimnasio de muay-thai en Bangkok, que obviamente es un modo de decir que están a la cabeza de una red de narcotráfico. Porque ¿qué más podría hacer un occidental en Tailandia?
Algunas ideas.
Pero no todo puede ser perfecto. Billy tiene bastantes problemas, por decir lo menos, y un día decide matar a una prostituta menor de edad. Porque why not? Y en un perfecto ejemplo de la ley del talión, termina siendo asesinado por el padre de la prostituta. Todo habría quedado en paz sino fuera porque todos sabemos que la violencia sólo puede generar más violencia y que cada venganza busca de nuevo ser vengada.
Simpatía por la Señora Venganza.
Si «Drive» era una película con una trama simple manejada a través de silencios y miradas (y un uso del martillo que enorgullecería a Park Chan Wook), «Sólo Dios perdona» es una película compleja que se maneja en un nivel casi primitivo y que apela a las sensaciones. Juegos de luces que transforman una ciudad en un universo mínimo que emula un burdel. Pulsiones primarias, estadios freudianos, que tenemos que leer en pocos gestos, en abruptos cortes de escena y en una historia que parece no ir hacia ninguna parte. Y ello, de algún modo, es también parte del mensaje, del universo que está creando: la violencia es irracional, primitiva, erótica y multi-direccional. La violencia y la venganza se gestan arbitrariamente y no llevan hacia ninguna parte. La sentencia de que sólo Dios perdona parece ceñirse como una advertencia de lo que nos espera una vez que demos un paso dentro de la película.
El público y la crítica la han odiado por igual, acusando el exceso de violencia gratuita, la ausencia de una historia comprensible, el exagerado cuidado únicamente formal, hasta el ‘autoindulgente homenaje a sí mismo’ del director. Para muchos es un escandaloso tropiezo en la carrera del director y el actor tras el también escandaloso éxito de «Drive».
A mí me parece de lo mejor del 2013 y una película excelentemente realizada, por mucho el mejor trabajo que he visto de Refn, quien nunca ha sido un autor fácil de digerir. Sin duda es una película que requiere una voluntad particular para adentrarse en ella y busca desesperadamente una conexión emotiva o sensitiva con el espectador que de no concretarse puede perderse por completo, pero no creo que haya nada hueco o superficial en ella. En definitiva es una lectura que da muy pocas pistas para guiarse por su peligrosa oscuridad.
«Sólo Dios perdona» es una película que invita a adentrarse en ella a ciegas, a moverse por ella a ciegas, dejándose llevar por las violentas emociones que la conforman. O que invita también a leer cada detalle de ella, llenarla de significados, pensar en la altísima población que se dedica a la prostitución en Tailandia, al nivel de vida general en el país, a las corruptas estructuras de justicia, al abuso perpetrado de manera constante por occidentales que aprovechan los negocios más turbios de un país muchas veces desesperados. Esos son los silencios, los abruptos cambios de escena, el ciclo de venganza inacabada y repetida hasta el infinito.
Sin duda no es una película para todos, de hecho todo parece indicar que es una película para muy pocos, pero si tienes la suerte de ser de esos pocos que consiguen la conexión: qué viaje.
«Only God forgives» o «Sólo Dios perdona» es una co-producción del 2013 entre Dinamarca, Francia, Tailandia, Estados Unidos y Suecia. Dirigida por Nicolas Winding Refn («Drive», «Bronson», «Valhalla rising») y protagonizada por Ryan Gosling («Drive», «The place beyond the pines», «Diario de una pasión»), Vithaya Pansringarm («Hangover II», «The prince and me», «Mindfulness and murder»), Kristin Scott Thomas («En la casa», «El paciente inglés», «Gosford park») y Yayaying Rhatha Phongam («Jan Dara pathommabot», «Nang fa», «Chit sam phat 3D»). Tiene 5.9 estrellitas en imdb y 39% en el tomatometro, pero en mi corazón tiene todas las estrellitas del mundo. La estrenaron apenas en salas comerciales pero no creo que esté en muchas ni mucho tiempo, así que aprovechen (pero no me culpen si no les gusta).
Drive está definitivamente en mi top 3 de películas favoritas, es una obra maestra, checaré esta aunque no le tengo muchas esperanzas por lo que dice la crítica.
mmm Ahora si no se me ocurre nada, bueno muy poco en verdad. Cuando tenga oportunidad de verla, tendré que tener una mentalidad muy abierta.
drive y bronson fueron películas que me fascinaron y que vi con otras personas amigos y familia y la verdad ellos quedaron decepcionados pero ami me encantaron y no sabia por que después de leer tu reseña vi el trailer y me gusto pero al final del trailer cuando Ryan Gosling dise quieres pelear supe aun sin verla que no me podría desepcionar a hora solo me falta verla y disfrutarla
¡Orale! Que buena reseña en lo que coincido mas que nada es en el gusto que da que películas como esta lleguen a salas de cine comercial yo desde que vi Pusher hace algunos años quede enganchado a su cine y hasta la fecha sigo fascinado con el, ninguna película tiene desperdicio pero mención honorifica merece Bronson.