Había una vez…
Cuando todo falle, regresa a las historias clásicas. Todo parece repetírnoslo, en especial Hollywood (y algunas otras cinematografías) en los últimos tiempos, en que parecen decididos a irrumpir en nuestras infancias aprovechando cuanto cuento de hadas se les cruce por el camino para poblarlo de adolescentes atractivos y épicas absurdas que poco tienen que ver con las historias originales. O quizás no, quizás tienen todo que ver, y los arquetipos que esos cuentos han perpetuado desde sus orígenes regresan una y otra vez a nosotros, revestidos con distintas formas, portando diferentes máscaras.
No siempre las mejores.
«Fables», cuya primera edición no se aleja demasiado de nuestros tiempos, al haberse iniciado en el 2002, parece incorporarse entre esas producciones, cuyo número ha incrementado dramáticamente en años recientes, que se cuelgan de la posibilidad de re-interpretar los cuentos de hadas y acomodarlos al gusto. Si Blancanieves le funcionó a Disney, ¿por qué no habría de funcionar de nuevo? Pero lo primero que tenemos que ver de estas fábulas es el sello de Vertigo Comics encima de sus maravillosas portadas.
¡¿Dónde?! ¡¿Dónde?!
La línea editorial de DC enfocada en un mercado adulto, de la mano del autor Bill Willingham, se encarga de recordarnos la naturaleza original de estas historias para dormir. Fábulas infantiles sobre las que se cernía una amenazadora oscuridad, una crueldad ancestral que podía llevar a brujas a morir quemadas en hornos sacrificiales, a hermanastras malvadas a mutilarse los pies por apropiarse de un zapato, a dibujar un camino repleto de espinas y amenazas con tal de suponer un ‘y vivieron felices para siempre’ antes de que se cerrara el libro. Los cuentos infantiles eran y son el recordatorio de nuestros temores primigenios, de todas las posibilidades de la maldad. Y aunque Disney y otras producciones han querido dejarnos sólo con el recuerdo de los castos besos finales entre príncipes y princesas, en «Fables» ese mundo de personajes mil veces narrados se liberan de sus tierras fantásticas para venir al *mundo real*.
Y su trabajo les costó.
Fabletown es una comunidad secreta en Nueva York donde conviven, de una puerta a otra, Blancanieves encargándose de todos los pormenores administrativos, el Lobo Feroz nombrado detective para cualquier asunto interno, BarbaAzul y la Bella Durmiente quienes todavía gozan de abundantes fortunas, o la Bella y la Bestia quienes perdieron todo en el difícil exilio que los llevó hasta Nueva York. Llevan muchos años camuflajeándose entre los mortales y organizándose en la estructura que los compone a día de hoy. Una especie de defensa contra un pasado que los persigue, y que aprovecha cualquier excusa para aparecerse y recordarles que poco importa una distancia de cientos de años cuando están condenado a la inmortalidad de ser un cuento repetido a lo largo de generaciones.
En los 18 primeros volúmenes, contando un tomo independiente que se publicó entre los tomos 18 y 19, hay 7 arcos narrativos, de distinta extensión, que sirven en gran medida para sentar las bases de Fabletown y su red de correlaciones. Siendo un mundo de personajes de cuentos de hadas uno de los primeros aciertos del cómic es constituirse en virtud de secuencias narrativas, tanto por la posible configuración de estos episodios como cuentos aislados (cada uno de los cuales va recurriendo a distintas estrategias literarias clásicas) como por la importancia de la oralidad en todo momento. Los personajes perviven a través de sus historias y se preocupan por estar narrando todo el tiempo, repitiendo sus pasados y sus presentes para permitir que de este modo el tiempo continúe avanzando para ellos y para todos.
«Legends in Exile», el primer episodio, compuesto de cinco tomos, se vale de las historias clásicas de detectives y misterios para poner las cartas sobre la mesa: quién es quién en este nuevo mundo de fábula, donde todos han perdido sus antiguos reinos, han sido perdonados de sus antiguas culpas, y ahora tienen que convivir (a la buena o a la mala) como un mismo ‘reino’. Red Rose, la hermana menor de Blanca Nieves, ha sido asesinada y todos parecen lo suficientemente culpables como para que Fabletown se ponga de cabeza con una investigación exprés para aclarar todo antes de la fiesta más importante del año.
«Animal farm», segundo episodio también compuesto por cinco tomos, es una pequeña joya en sí mismo. Con un clara reminiscencia a «Rebelión en la granja», de George Orwell, nos familiarizamos con las fábulas menos afortunadas: aquellos cuya apariencia no les permite mezclarse libremente con los humanos y por ello deben permanecer en una granja apartada donde se encargan de una de las fuentes de ingresos de la comunidad. Blanca Nieves, administradora de la sección urbana, realiza la visita anual antes de la fecha usual para encontrarse con una no muy agradable sorpresas.
El tomo 11 es una historia corta, «Bag ‘O Bones», que narra una de las tantas aventuras del personaje de Jack, en este caso una que tuvo lugar durante la Guerra Civil estadounidense, cuando Jack decidió abandonar el ejército y jugarse sus pocas posesiones contra un inusual jugador de poker.
El siguiente episodio consta de dos tomos, «A two-part caper», donde un reportero amenaza al Lobo Feroz con exponer el secreto de la comunidad, a la que cual lleva tiempo siguiendo e investigando. Pero ahora que los tiempos han cambiado y no pueden libremente ir y encargarse del hombre como más les gustaría, tienen que armar un plan poco convencional para asegurarse de que sus naturalezas fantásticas permanecerán en secreto.
«Storybook love», un episodio en cuatro partes, tiene poco de historia de amor y mucho de los instintos primarios de Barba Azul, quien no está muy contento con la posición en la que ha quedado en el nuevo orden de las cosas y urde un plan para recordarle a todos no sólo por qué es una de las pocas fábulas que mantuvieron su fortuna tras el exilio sino cuáles fueron las maneras poco ortodoxas que le valieron su leyenda.
«Barleycorn brides», otra historia corta de un solo capítulo, es el relato de cómo se fundó y perpetuó Smalltown, la minúscula fracción de Fablestown donde viven los liliputienses, manteniendo unas muy particulares tradiciones relativas a su origen.
Finalmente, en formato más extenso y a modo de pequeña novelita, «The last castle» es un episodio especial entre tomos y relata la última batalla peleada en los antiguos reinos antes del último exilio. Boy Blue, único de los supervivientes que permaneció el tiempo suficiente como para poder contar la historia de los vencidos, comparte este doloroso relato con Blanca Nieves, manteniendo vivos aunque sea en el relato a aquellos personajes que se negaron a abandonar su mundo y defendieron el último castillo. Juntos, un universo de personajes adversos, de tradiciones distintas, de príncipes y plebeyos, compartiendo un mismo espacio y una misma historia.
Estos primeros 18 tomos sientan las bases de un basto universo convertido en una pequeña comuna de fábulas. Los personajes han ido adaptando su propia tradición a lo largo de los años incorporando también su condición casi-humana, apartándose de sus lejanos orígenes fantásticos. Y dando pie a todas las leyendas que estén por venir.
Bill Willingham, quien en alguna de sus historias anteriores ya había mostrado un interés por los cuentos clásicos, colabora con una fantástica cuadrilla de ilustradores para mantener el tono de la historia entre la estética de superhéroes y la ilustración infantil. Siendo Mark Buckingham su principal colaborador, en estos primeros tomos nos encontramos también con el arte de Lan Medina, Bryan Talbot, Linda Medley y Craig Hamilton, sin olvidar la invaluable participación de James Jean en el arte de las portadas, sin duda uno de los mejores detalles de la serie.
El manejo de los cuentos y su reinterpretación buscan menos la originalidad que la complejidad. Aunque la presentación tenga su dosis necesaria de innovación, en ningún momento nos da la sensación de que la intención primera es asombrar al lector o darle un giro inesperado a la historia. Denotando un profundo conocimiento de las tradiciones clásicas (sobre todo las anglosajonas), la construcción de los personajes busca abarcar todas sus facetas: las posibles variaciones de una fábula tanto como la evolución natural que el relato ha tenido a lo largo del tiempo. De ese modo Blanca Nieves es el cuento que todos conocemos pero también es el cuento alemán de Blanca Nieves y Red Rose, y también es una mujer moderna que ha aprendido a la mala que no existen los príncipes encantadores. Lo mismo sucede con las tradiciones de los otros personajes principales (el Lobo Feroz, Jack ‘of the Tales’, Barba Azul, el Príncipe Encantador, King Cole, etcétera), al tiempo que una gran cantidad de guiños se pasearán fugazmente por las historias, enriqueciéndolas, transformándolas. Con un toque ‘maduro’ que no se relaciona directamente con la violencia o el erotismo, como suele suceder (aunque tampoco es que no estén presentes, pero en dosis justas), sino con el complejo planteamiento de las historias, todas sus circunstancias y sus consecuencias.
Han habido varios proyectos para adaptar «Fables», sobre todo en la pantalla chica, que curiosamente han terminado con las cadenas de televisión optando por otras series de temática distinta, como son «Grimm» y «Once upon a time». Una pena, sin duda. Actualmente se supone en proceso una adaptación cinematográfica de la mano del director danés nominado al Óscar por «La reina infiel». Yo voto porque Mads Mikkelsen sea el Lobo Feroz.
Grrrrrr ♥
No soy muy afecta de reseñar un cómic que todavía no ha concluido, ni de hacerlo de manera fragmentaria, pero creo que sin duda la ocasión lo amerita. Ya en otra ocasión continuaremos hablando de otros episodios de esta fábula épica.
Probe el juego y me lleno de interes hacia el comic,tendre que checarlo.
Se denota tentador… No estoy muy adentrado al mundo del comic
pero dicen que nunca es tarde para empezar….dicen… xD
Gracias por la reseña…!!!
OMG. i gotta read this
yeah soy el primero¡¡¡ pues se escucha demasiado interesante, yo ya casi no leo comics aunque he querido regresar a ellos tal vez esta sea la oportunidad¡¡¡ gracias Sam¡¡¡ como siempre genial reseña¡¡¡