Para muchos es probablemente la última en la lista de la corta pero maravillosa filmografía de Wes Anderson. Para mí es un 10 perfecto, uno de los mejores viajes (exteriores e interiores) cinematográficos. Y para la no-cartelera de junio (porque junio es mi mes), abrimos el telón para «The Darjeeling Limited».
La astilla de los viejos amores. Un hotel amarillo. El sonido del agua al correr y una voz que desde unas bocinas pregunta: Where do you go to my lovely when you’re alone in your bed?
Una espera tensa pero con su propia magia. Porque no todos los días la astilla de tus viejos amores es Natalie Portman.
Haz conmigo lo que quieras.
El recorrido comienza en París, en la habitación de dos amantes. «Hotel Chevalier» es el corto que daba inicio a la exhibición de «The Darjeeling Limited», permitiendo que uno de los personajes, Jack, empezara a narrar la historia.
El cine de Anderson se compone casi en su totalidad de un núcleo familiar destruido. La carga constante de un pasado que no puede quedarse atrás: equipaje. Francis, Peter y Jack son tres hermanos que llevan tiempo sin verse y al año de la muerte de su padre vuelven a reencontrarse, por instancias del mayor, del otro lado del mundo: la India. Solo el organizador parece seguro de lo que se persigue con ese viaje: recorrer un país, detenerse, recuperar los lazos, convocar una especie de conjuro trascendente que sea capaz de curar. ¿Curar qué? Ni Peter ni Jack están seguros de cómo encaja eso en su vida, ellos no han pasado por el accidente casi mortal que llevó a Francis a su particular revelación. Ellos vienen de sus propias historias y no confían en que un tren o un paseo por un país extranjero sea capaz de curar nada.
Pero son hermanos. Eso también es parte de su equipaje.
Varios viajes confluyen en ese tren. El viaje íntimo de Wes Anderson por la India a través del cine de Satyajit Ray y Jean Renoir. Un amor cinematográfico que estará presente en la reconstrucción del paisaje y en el guiño constante de detalles. El viaje real de Wes Anderson, Roman Coppola y Jason Schwartzman por la India en busca de los rincones propicios para su guión, la experiencia del país soñado a través del país tangible. El viaje emocional de tres hermanos que buscan evadirse, trascenderse, reconstruirse, buscando en la India su salvación.
(Yo te salvo cualquier día, Adrien Brody. Llámame)
Anderson sortea el siempre problemático acercamiento a un país ajeno al concentrarse en sus personajes y sus motivaciones y usar los escenarios como vehículo para la ansiada metamorfosis. El Darjeeling Limited, el majestuoso tren donde ocurrirá gran parte del metraje, encarna a la perfección esta intención: si bien la estructura es la de un tren indio real, fue transformado en su totalidad para imprimirle ese toque propio de las películas del director. Los colores, la distribución, una ambientación que parece provenir de los propios personajes, como si contagiaran todo a su alrededor en un intento de convertir su espacio en un oasis, en la reproducción constante de un hogar.
La India entonces trasciende su condición inmediata y se vuelve un concepto que engloba la esencia de la película: es el país asiático, el viaje iniciático, el pasado en movimiento, un sitio imaginado. Sin alejarse de su localización, de sus paisajes y detalles propios, se le permite la condición de fantasía y nos sumamos a un viaje interior, poblado de sueños de oriente.
El cine de Wes Anderson siempre corre el riesgo de aparentar la repetición. Su calculado sentido estético, su juego de colores, su amplia cantidad de actores fetiche y sus más que claras fijaciones, se suelen encontrar de algún modo en una película tras otra. Tres hermanos, como los tres genios frustrados Tenenbaum. La excusa de un viaje, como el recorrido marino de «Life Aquatic». La tensión edípica. Los personajes que se esconden detrás de máscaras extravagantes, burguesas, tratando de maquillar un profundo vacío. La música que se cuela con la perfecta sincronización del sentimiento de ‘este es el soundtrack de mi vida’. Anderson ha construido así una red de correspondencias que podrían hacernos creer que trata siempre sobre la misma familia, sobre los mismos personajes. Que cuenta siempre la misma historia. Y ante ello pareciera que nos invita a cuestionarnos: ¿No son todas las familias una misma familia? ¿No vivimos todos las mismas historias?
Sus personajes están dotados de una emoción y una humanidad tan vívidas que uno puede sentirse identificado con ellos pese al posible abismo, porque no todos podemos permitirnos un viaje iniciático a la India cuando queremos reconstruir los lazos familiares. Pero quizá querríamos. Quizá todos queremos evadirnos, y estamos huyendo de algo. Quizá todos estamos cargando unas pesadas maletas convencidos de que así es como debe ser. Acostumbrados a la carga.
De ser así, Anderson es un maestro en cautivarnos siempre con la misma historia. Siempre con una historia distinta.
India mística.
El Universo-Anderson ha probado ser tan efectivo que después de seguir un tiempo su filmografía uno no puede menos que sentirse en confianza con esos rostros que se repiten en cada producción. Consiguiendo en esta ocasión un trío de protagonistas perfectos, que equilibran la seriedad propia de la trama con el humor extraño y desenfadado que juega entre tomarse y no demasiado en serio a la vida.
Owen Wilson, un actor del que por lo general no se esperaría demasiado además de sus usuales comedias, es uno de los más largos colaboradores del director, habiendo colaborado incluso en los guiones de tres de sus películas (incluida «The Royal Tenenbaums»). Sin perder su particular toque de humor consigue uno de sus personajes más memorables como Francis, el mayor y más controlador de los hermanos, quien parece esconder sus propios fantasmas detrás de la detallada organización del viaje familiar. Adrien Brody, renombrado actor que a veces parece venido a menos, participa por primera vez en una película del director con un papel que fue escrito con él en mente (después repetiría prestando su voz para «Fantastic Mr. Fox»). Peter, el hermano medio, el más serio, quien parece siempre contener los sentimientos que se le enredan por dentro. Y Jason Schwartzman, de apellido impronunciable y también íntimo de Anderson, quien colaboró con el guión y protagonizó el corto introductorio. Encarnando al hermano menor, Jack, un escritor frustrado cuya vida lleva demasiado tiempo detenida y que parece incapaz de tomar una decisión al respecto.
Pero también los personajes fugaces son sospechosos comunes, y tal parece que no puede haber una película del director por la que no se aparezcan Bill Murray (quien pareciera ser un especialista en cameos) y Anjelica Huston (quien marcó mi niñez como Morticia Addams y que tantos años después parece todavía ser capaz de conquistarme). A los que se suman Kumar Pallana y Waris Ahluwalia, también fugaces recurrentes, e Irrfan Khan (un rostro indio conocido que podrá sonarles de «Slumdog Millionaire» o «La vida de Pi») y Amara Karan (quien hizo su debut cinematográfico con esta película y ¿cómo no sentirse un poco fascinados por ella?).
Thanks for using me.
En el guión colabora Roman Coppola (sí, hijo de Francis Ford Coppola), quien repetiría con el guión de «Moonrise Kingdom» y quien trató de hacer algo muy Anderson-esque con su opera prima, «Una mirada dentro de la mente de Charles Swan III», y no le funcionó en absoluto. Supongo que no todos los hijos Coppola podían heredar el talento.
Con un cuidado estético maravilloso, una fotografía y una música capaces de transportarnos por el momento y las emociones, «The Darjeeling Limited» es un recorrido profundo y con un inusual humor a través de las relaciones humanas. Un retrato en exceso luminoso y colorido que conjunta las tragedias con las revelaciones. Una historia familiar en la que podemos tratar de encontrarnos en alguno de los rincones, o tan sólo disfrutar del viaje.
¿Y qué mejor modo de abrir apetito que con el corto dispuesto para anteceder a la película (y con Natalie Portman, por si ya lo olvidaron)?
«The Darjeeling Limited» (o «Viaje a Darjeeling») es una película estadounidense del 2007 dirigida por Wes Anderson («The Royal Tenenbaum», «Fantastic Mr. Fox», «Moonrise Kingdom») y protagonizada por Owen Wilson («Midnight in Paris», «Wedding crashers», «Zoolander»), Adrien Brody («El pianista», «La aldea», «Predators»), Jason Schwartzman («I heart Huckabees», «Scott Pilgrim vs. The World», «María Antonieta»). Tiene 7.1 estrellitas en imdb y yo le daría mil más. Se puede rentar online en Amazon, Wuaki.tv y Itunes, además de que es relativamente sencilla de encontrar para venta y renta (en Mixup está en catálogo desde $69).
oye Sam… sabes? ya vi los trailers de la nueva de Superman y creo que sera muy buena :( porfa, si es que la destruirás… no seas tan ruda :( te lo ruego¡¡¡
Está bien que me intenseo pero tampoco soy tan mala D:
Ok la vere¡ pero solo por que tu la recomiendas Sam¡¡¡ «Yo te salvo cualquier día, Adrien Brody. Llámame» jajajaja eso estuvo genial¡ ojala si te llame :D excelente actor por cierto¡¡¡ Great review Sam Keep it up¡¡¡ :)
woow debo ver eso XD digo es india y la historia tengo que ver esa pelicula :D jajaja buena reseña :D felicidades crees algun dia reseñar una pelicula de bollywood???
Claro que sí, en algún viernes de no-cartelera voy a colar algo de Bollywood.
Ya me voy derechito al «Mixhup» para ver que onda. Sam, excelente escrito fue una lectura muy amena.
P.D. Tengo algo de envidia(DE LA UNICA QUE EXISTE) por que mi dicciòn y ortografia no logran ser tan buenos XD , un abrazo.
¡Gracias! Es mi poder mutante. Alguno tenía que tener.