Cine 16: El Gran Gatsby

Moraleja: Leer el libro antes de ver la película sólo puede salir mal.

«El Gran Gatsby» es una de esas ‘grandes novelas’ americanas que a los estadounidenses les encanta adaptar una y otra vez. O diríamos, a los anglosajones, porque tanto el director como la producción de esta última son australianos (principalmente australianos). Hace unas semanas inauguró el Festival de Cannes y hasta el momento todo parece haber sido sonrisas y felicidad para los involucrados.

‘Es como si hubiéramos actuado en una película de gente muy muy rica tirando su dinero’

Gatsby es el protagonista de una de esas tramas propias de los ‘roaring twenties’, una época de gran prosperidad e incipientes fortunas que comenzó a partir del fin de la Primera Guerra Mundial. Mientras que las economías europeas se vieron afectadas por las consecuencias de la guerra, Estados Unidos comenzó a despuntar, y en las grandes ciudades el derroche extravagante y sin sentido comenzó a hacer acto de presencia de manera recurrente.

Pero al menos en Europa podían beber alcohol.

Aunque el concepto de la prohibición de alcohol parece inexistente en la película.

¿Pero quién es este Gatsby? Por si no se ha leído la novela, se conoce la historia, o se ha visto algunas de las adaptaciones anteriores (la más famosa protagonizada por Robert Redford), aquí tenemos a Spider-Man para que nos lo explique.

Ex Spider-Man

Nick Carraway está recluido en lo que parece ser una muy cómoda institución mental, donde divaga contándole recuerdos arbitrarios de su vida a su médico. Un recuerdo al que vuelve constantemente es el de ‘el hombre más positivo que ha conocido’. Gatsby. Su nombre es pronunciado como el de un fantasma, el de un recuerdo intocable y casi místico de su pasado. Entonces el médico le entrega una libreta y le pide que escriba, sobre lo que quiera, que saque esa historia que siempre parece estar a un paso de contar. Y entonces empieza.

Nick, hombre de importante familia pero no especialmente adinerado, se muda cerca de Nueva York para tratar de labrarse la vida vendiendo bonos en lo que serían los inicios de la fiebre por Wall Street (oh, cómo hemos cambiado). Tiene la suerte de encontrar una casita por Long Island justo en medio de un barrio de nuevos ricos por un precio más que accesible. La casa junto a la que vive es prácticamente una mansión donde todos los fines de semana se organizan fiestas descomunales. En Long Island, en el barrio de ricos de toda la vida, vive su prima Daisy y su marido Tom, en cuya casa conoce a una joven golfista llamada Jordan. De sus labios es que escucha el nombre de Gatsby por primera vez. A los pocos días es invitado a una fiesta en la mansión de junto.

Gatsby es un hombre cuyo nombre todos conocen pero del que no se sabe nada. Los rumores van del espía nazi al héroe de guerra al asesino por gusto. Por casualidades del destino, y no sólo porque sea oportunamente su vecino, Nick tiene la oportunidad única de acercarse a Gatsby y ser partícipe del secreto que ese enigmático hombre esconde tras de sí. A partir de este encuentro fortuito se construye todo ese periodo de la vida de Nick, al cual volvería de manera obsesiva años después, tratando de recuperar todos los pedazos de esa lejana y ya casi mística historia.

Y todo esto suena muy bonito contado así en líneas generales, pero una de las cosas más importantes a tener en cuenta antes de ver la película es que se trata de la visión de este señor:

No, no Nicole Kidman, del director de «Moulin Rouge».

Lo que implica necesariamente un carnaval visual, e incluso en muchos momentos da la sensación de tratarse de un musical pero con las coreografías al fondo (y sin DiCaprio cantando, por suerte). Es cierto que es parte del encanto de la época, de esa necesidad de derroche, pero el énfasis constante le confiere una importancia a la presentación que suele primar casi siempre por encima de lo que Fitzgerald trataba de hacer con la novela (y lo que supuestamente era la intención original de Luhrmann con esta puesta en escena): criticar a esas clases sociales, su frivolidad y su extravagancia inútil.

¿Ustedes ven crítica social? Yo creo que se la están pasando de huevos.

Lo que nos lleva a suponer el punto fuerte de la película y algo así como la verdadera intención de todas las películas de Luhrmann: la historia de amor, con una cortina de fondo espectacular pero prescindible ante los sentimientos protagónicos.

Si nos centramos únicamente en ello, el romance funciona y tenemos una historia cuyas líneas generales nos proveen de una épica amorosa con suficiente dosis de pasión, drama y encanto como para que deleite en buena medida a los amantes del género. O para aquellos que quieran volver a ver a DiCaprio siendo algo así como *el rey del mundo*. Pero, a nadie sorprende, que entre la dificultad de limitar a dos horas y media una novela, y la decisión de enfatizar a esta pareja protagónica por encima de otras subtramas, lo que tenemos por resultado es una re-interpretación de los personajes que sacrifica varias de sus características más interesantes en pos del amor (♪ amor, amor, amor ♫).

Esto no es sólo parte del eterno debate sobre si el libro es mejor que la película (o más bien: qué tan relevante es saber que el libro siempre será mejor que la película). Más bien resulta en una decisión que hace que uno se cuestione si esta historia de amor particular, tal cual nos la están contando, realmente tiene algún punto fuerte, algo especial por lo que valga la pena, y no es más bien una suerte de envoltorio preciosista para un romance que en apariencia nos ofrece poco más que sus particularidades inmediatas.

‘Chico conoce chica’ (y luego bailan charleston hasta morir)

Esta simplificación de la trama trae consigo la terrible consecuencia de que uno se fije demasiado en los detalles técnicos y visuales, que en principio deberían ser más complemento que mérito inmediato. Pero si parece que se están esforzando más en los escenarios, vestuarios y música, pues habrá que detenerse en ellos. De los cuales el más destacable sin duda es el vestuario que no sólo resalta maravillosamente la época sino que es precioso por entero. Todos se ven impecables y guapos en todo momento, como sabemos son las clases altas ociosas, ¿no? El soundtrack apuesta por el anacronismo de modo que a veces resulta un poco desconcertante al conjugarse con una ambientación de época, lo que para muchos podrá ser sin duda una virtud (debo aceptar que la elección de canciones en sí mismas no me pareció mal) pero para mí logró que muchos momentos tuvieran un tono de baile de disfraces antes que sucesos ‘realistas’ de los años 20. Pero al menos dentro de esa perspectiva técnica la película cumple lo prometido y hasta un poco más: realmente tiene una estética visual impresionante.

Pero recordarán que la película se estrena también en 3D. Yo me preguntaba cómo una historia de este tipo tendría una tercera dimensión y me inclinaba a creer que sólo le pondrían algo así como profundidad forzada y cobrarían la diferencia. Pero no, la película realmente está pensaba para su versión 3D y por desgracia eso significa que en muchos momentos las escenas tienden a esa terrible estrategia de ‘proyecto las cosas para que parezcan a punto de salir de pantalla’. Que si bien no está tan forzada como en algunas películas donde lo hacen a la mínima provocación, sí creo que en muchos puntos arruina una bonita fotografía sólo para darle un hiper-realismo digital que de realismo, claramente, no tiene nada. Y eso sin mencionar otros decisiones del departamento de arte que a veces contrastaban demasiado con las secuencias en que la fotografía realmente está impecable.

El reparto, pese a contar con nombres rimbombantes, no me convenció en absoluto. A mí de por sí no me gusta Leonardo DiCaprio como actor (ni como nada) pero tras hacer las paces con su participación en «Django» pensé que hasta podría ser un buen Gatsby: frívolo, lleno de fantasmas. Pero entre el look demasiado juvenil que le pusieron (para que nos creyéramos que tiene diez años menos) y entre que me recuerda una vez más por qué no me parece un buen actor, creo que nuestra tregua está terminada. No hay nada de ‘gran’ en su Gatsby. Tobey Maguire es otro actor que no me gusta demasiado, siento que tiene una serie de expresiones muy limitadas, pero para un personaje cuya posición es un poco pasar desapercibido y contar la historia de lejos, creo que funciona. Sin destacar pero cumpliendo. Carey Mulligan, aunque me encante y se vea preciosa, creo que poco tiene que aportar a Daisy Buchanan, y su problema es precisamente una de sus virtudes: Carey no parece una chica tonta. Y aunque aquí parecen querer darle un revés al personaje, el chiste de Daisy es ser una niña rica de los 20. Ni a Joel Edgerton me lo imaginaba como Tom Buchanan ni a Isla Fisher como Myrtle Wilson pero ambos cumplen con su papel, aunque tampoco destacan. Lo mejor del grupo protagónico sin duda es Elizabeth Debicki como Jordan Baker que es sencillamente preciosa y luce deliciosa y fría como una estatua. Es una pena que le restaran importancia a su personaje. Y finalmente, mi querido Amitabh Bachchan, el más grande actor indio en su primera aparición en una producción anglosajona, que muy poco tiene que hacer como el judío Meyer Wolfsheim y cuyo papel es más que fugaz pero vale la pena sólo por verlo en pantalla enorme.

Una película que promete espectáculo y cumple sólo en ese aspecto, como divertimento y romance está correcta y sin duda deleitará visualmente a muchos. Pero que está muy lejos de la grandeza cinematográfica en comparación a la grandeza literaria del libro en que se basa.

Lo sentimos, F. Scott Fitzgerald

«The Great Gatsby» o «El Gran Gatsby» es una co-producción entre Australia y Estados Unidos del 2013. Dirigida por Baz Luhrmann («Romeo+Juliet», «Moulin Rouge», «Australia») y protagonizada por Leonardo DiCaprio («Djando unchained», «Titanic», «Inception»), Carey Mulligan («An education», «Drive», «Never let me go»), Tobey Maguire (la anterior trilogía de «Spider-Man»), Elizabeth Debicki («A few best men»), Joel Edgerton («El rey Arturo», «The thing», «Warrior»), Isla Fisher («Wedding crashers», «Confessions of a shopaholic», «Scooby-Doo») y Amitabh Bachchan («Don», «Lagaan», «Sholay»). Tiene 7.5 estrellitas en imdb y a mí me parece excesivo pero ya se sabe que al público le encantan los espectáculos. La acaban de estrenar en cines así que ya saben dónde buscarla.