Cine 14: Línea de Emergencia

En un fin de semana sin estrenos demasiado espectaculares, nos vamos con un pequeño thriller de Brad Anderson y Halle Berry.

¿Recuerdan que en algún momento Halle Berry fue una actriz destacada? Si hasta se ganó un Óscar y todo (sea lo que sea que eso signifique). Yo hubiera jurado que la trilogía de «X-Men» sepultó su carrera pero no, al parecer sigue haciendo películas, incluyendo algunas que hasta tenía ganas de ver.

No por Halle Berry, claro está.

Brad Anderson, por su parte, también es un director que no ha terminado de despegar del todo, al menos en largometrajes. Tras la más que prometedora «El maquinista» no fue capaz de mantenerse en la línea y su filmografía se completa sobre todo por su participación ocasional en series de televisión, incluyendo «The wire», «Fringe» y «Boardwalk Empire». No es de extrañar que ésta, su más reciente película, no llamara demasiado la atención en cartelera, sobre todo en un momento en que estamos más que ansiosos esperando lo que se viene, los estrenos prometidos.

¡Dejen de sacar trailers y denme «Pacific Rim» yaaaaaaa!

La premisa de «Línea de emergencia» (que como traducción a «The call» funciona tan bien como cualquier otra) puede hacerla parecer otra de esas películas del tipo ‘¡su única conexión es esa llamada!’, donde sabemos que vamos a tener que estarle viendo la cara a quien sea que esté efectuando la llamada durante casi toda la hora y media que dure la función. Es una estrategia que en algún momento pudo ser innovadora y sin duda es algo así como una prueba para saber si el actor en cuestión funciona si se resta cualquier otro elemento cinematográfico. También es un intento de ejercicio audiovisual para demostrarnos que se puede hacer una película minimalista sin restarle emociones.

Gastando todo el presupuesto en Ryan Reynolds hasta que ya sólo quede para una caja y un celular.

Pues nada, «Línea de emergencia», para bien o para mal, no va por ahí. Jordan Turner es una mujer que lleva ya un tiempo trabajando como operadora para línea del 911 y que en principio tiene bien controlado su trabajo, hasta que un pequeño error suyo hace que una llamada para denunciar un allanamiento de morada termine escandalosamente mal. Sin poder sobrellevar bien la situación decide mejor enfocarse en formar a nuevos operadores antes que contestar llamadas, hasta que se topa con otra emergencia similar donde una adolescente llama desde la cajuela del coche donde ha sido secuestrada. Decidida a ponerse de nuevo en el equivalente para operadoras de ‘la línea de fuego’ y proyectando sus traumas sobre el nuevo caso, Jordan será el único vínculo de Casey Welson y sus oportunidades de sobrevivir.

En otros detalles, Casey es la versión fresa de Little Miss Sunshine.

Crecen tan rápido.

Como quizá podrán notar, la película se maneja dentro de la estructura más usual de thrillers criminales donde un secuestrador/asesino tiene a una víctima y alguien tiene que tomar en sus manos el caso para vertiginosamente tratar de encontrarlo antes de que todo termine mal. Mientras vamos creando vínculos emotivos con la pobre víctima, descubriendo las motivaciones detrás del crimen, adentrándonos en los difíciles traumas del encargado de la misión y estresándonos porque obviamente todo en la película está planeado para mantenernos en tensión. El toque diferente en este caso consiste en que el protagonismo heroico no recae en los personajes de siempre: detectives, policías, ex detectives o policías, persona involucrada directamente con la víctima quien toma la justicia en sus manos, y similares. Además de una breve introducción al sub-mundo de los operadores del 911, que pocas escenas necesita para dejar en claro que debe ser un trabajo de lo más difícil, nos colocamos por completo desde la posición de una mujer que ha pasado al menos los últimos años de su vida tratando de hacer una diferencia real cada vez que contesta el teléfono y que de pronto se ve llevada a una de las posibilidades más extremas de su trabajo. Ya que, deducimos, acostumbrados a lidiar con emergencias cuando ya han concluido o se acercan a su conclusión, Jordan tendrá que mantener la sangre fría por un prolongado periodo de tiempo, tanto para facilitar la operación policial como para dar una mínima esperanza a una chica encerrada en la cajuela de un coche. Una experiencia que no debe ser particularmente grata.

Yo en general agradezco este tipo de thrillers sencillos, bien manejados y sin grandes pretensiones. La premisa no es particularmente original pero es interesante y consigue enganchar al espectador sin problemas. Se aleja de las grandes conspiraciones que luego monopolizan la pantalla y se centra en un criminal regular que también es interesante sin necesidad de ser siempre el centro de atención. Y, especialmente, tiene una dirección bastante oportuna que consigue que estemos estresados todo el tiempo y que nos involucremos con la acción incluso en los momentos en que es bastante claro hacia dónde se dirige. Pareciendo el tipo de películas que uno ve sencillamente para pasar el rato, consigue su cometido e incluso un poco más, resultando en un producto bastante bien realizado y dirigido.

Ciertamente tiene también sus puntos negativos pero casi todo versan sobre la idea de que no es una joyita, y no creo que la película intentara serlo en ningún momento. Halle Berry y Abigail Breslin son actrices reconocidas pero siempre me ha parecido que apenas llegan a verse correctas en sus actuaciones, y teniendo aquí personajes más bien tópicos pues no hay mucho por dónde ayudarlas. De hecho el que más destaca dentro del casting es Michael Eklund, el criminal, quien sin necesidad de aparecer demasiado logra convencernos de que es un verdadero maníaco. El guión tiene ciertas licencias que podrían verse como errores pero que están dispuestas para permitir que la trama avance en el sentido adecuado sin detenerse en demasiadas excusas, y no se le puede culpar. Puede que en ningún momento se profundice demasiado en los personajes pero todos tenemos claro que ello no permitiría que estuviéramos todo el tiempo al borde del asiento, ¿cierto?

Si acaso los puntos más graves que mencionaría en contra son ese intento de Halle Berry por querer convencernos que puede hablar como negra. Hace el intento en un par de ocasiones pero ni siquiera con ese mini afro puede engañarnos demasiado. También la conformación de la psicología del asesino me pareció problemática por momentos, pero entiendo que es parte de las licencias poéticas para hacerlo más atractivo, y creo que Eklund logra dicho cometido con su actuación.

Y bueno, tiene un final que se mueve peligrosamente sobre el terreno del ‘wtf’. Parece casi inconexo con el resto de la trama y es tan breve y repentino que ni siquiera puede justificarse a sí mismo. No es que sea malo en sí, yo soy fan de muchas películas que lo utilizan, pero contextualizado. Aquí parece que en un intento de demostrar, explícitamente, que este es un thriller *diferente* pues metieron el giro final inesperado. Que ni siquiera es que sea tan inesperado como  inconexo. De hecho no sé bien qué pensar de él, creo que lo borraré de mi mente.

En conclusión, pues, que es una opción cumplidora, que nos da exactamente lo que promete y bien envuelto, y un pequeño intento por calmar nuestros ánimos mientras llegan los blockbusters del verano.

Sí, bueno, a Superman lo puedo esperar todavía un poco más.

«Línea de emergencia» o «The call» es una película estadounidense del 2013 dirigida por Brad Anderson («El maquinista», «Session 9», «Transiberiano») y protagonizada por Halle Berry («Gothika», «Catwoman», eternamente Storm), Abigail Breslin («Little Miss Sunshine», «Zombieland», «Señales») y Michael Eklund («El imaginario del Doctor Parnassus», «Watchmen», «88 minutos»). Tiene 6.7 estrellitas en imdb lo cual está bien, casi un poquito inflado, pero bien. Acaban de ponerla en cartelera así que sospecho estará al menos un rato más.