Es innegable que los juegos hoy día han tomado un rumbo un poco diferente; ahora, más que nada, pretenden contar historias y brindarte varias horas de entretenimiento disfrutables – lo cual no está para nada mal. Simplemente es un enfoque distinto. Pero no lo duden: siempre pretenden darte algo de reto y hay algunos que lo logran bastante bien. Claro que la mejor parte viene cuando vences a aquel momento y le puedes decir a tus amigos con orgullo: “¿Cómo la ven? Ya pasé las motos de Battletoads”, que si bien el Daves es un tarado (y un personaje ficticio, no lo olvidemos), tenía el derecho de presumir su logro.

Aunque ya no abundan, como en las épocas de 8 y 16 bits, todavía hay momentos bastante perros en los videojuegos que a más de uno lo harán aventar el control contra la pared. Me puse a hacer un poco de memoria e hice esta lista acerca de aquellos momentos que de plano sí me hicieron gritarle a la pantalla en algún punto.

Ahora bien, como en mi top 10 de mis personajes favoritos de videojuegos, me autoimpuse unas reglas para no hacer esta lista monótona:

Regla 1: sólo doy un lugar por franquicia. Hay juegos que en más de una ocasión me sacaron de quicio, pero si empiezo a dar 5 lugares a un solo juego, pues qué pinche top 10 tan más aburrido, ¿no creen?

Regla 2: únicamente contemplo los momentos más difíciles en los juegos en sus dificultades por default. Por lo mismo, los juegos en dificultades “Difícil”, “Hardcore”, “Legendario” y demás no cuentan… y obviamente tampoco las dificultades fáciles.

Regla 3: sólo estoy contando los momentos que el juego y sólo el juego me hizo difíciles. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que no estoy contemplando momentos en los cuales estoy jugando con otra persona competitivamente. Siempre habrá alguien mejor que tú para cualquier cosa y, en un videojuego, siempre habrá un cuate tuyo que te haga la vida de cuadritos en algún título. Hasta, digamos, Bomberman puede volverse una verdadera pesadilla si estás jugando contra un desgraciado que sabe perfectamente como rostizarte con una lluvia de bombas. Así que mejor decidí descartar estos momentos y apegarme únicamente a los instantes que el juego hace legítimamente difíciles para ti y tus vales.

Una última cosa antes de empezar y para que lo tomen en cuenta: lo que a unos nos parece difícil, seguramente a otras personas se les hará pan comido y viceversa. Va a haber quien piense que soy un idiota por poner tal o cual momento, que a mí me costó sangre, sudor y lágrimas y quizá él se lo pasó cagado de la risa. Pues los invito a que, si tienen algún momento que los haya hecho chillar como cerdos y no lo encuentran aquí, lo compartan con la comunidad.

Bueno, ahora sí, ya no los aburro más. Empecemos:

10. La batalla final contra Radec (Killzone 2 para el PS3)

No es secreto que de los 3 Gordos Bastardos, yo soy el más teto para los shooters. Y créanme que me esfuerzo en no ser tan malo, pero por más que lo intento, no se me dan. Por lo mismo, no debería extrañarles que incluyera un momento de Killzone 2, que de por sí no es un juego sencillo, y menos la pelea contra el último jefe.

Radec es uno de esos enemigos que desaparece y cuando lo vuelves a ver, ya está a tu lado, listo para hacerte caca mientras tú estás recargando como todo un novato; y no contento con eso, tiene su guardia privada que le protege y tiene un friego de reservas. Cada que mato un canchanchán, ya hay otro que tomó su lugar y otro más que me está atacando a mi derecha.

Una persona que es mala jugando shooters y que se enfrenta a una situación como esta la tiene muy difícil. Créanme: matar a Radec en menos de 20 minutos me costó un huevo y la mitad del otro.

9. Psicópatas (Dead Rising 2 para el PS3, PC y Xbox 360)

Dead Rising 2 es un festival de sangre y brutalidad, en donde el mayor deleite es ver qué tan creativamente puedes despanzurrar a una horda de zombis. Y este sádico paseo por el parque está genial… hasta que te encuentras con el primer psicópata y la felicidad se convierte en frustración.

Además de tener un friego de vida y ataques bastante dañinos, estos tipos parecen no resentir ni uno de tus madrazos, puesto que no importa que les des un palazo en la jeta, ellos siguen cazándote como si nada. Quizá la falta de una animación de dolor es lo que los hace tan difíciles.

Algunos te costarán menos trabajo que otros y, una vez que ya te pasaste el juego, seguramente ya sabes cómo trabarlos y hacerlos tus perras; pero como hay tantos y de todos sabores y colores, siempre hay uno que otro que te hará darte de topes contra la pantalla.

8. Shao Kahn (Mortal Kombat para PS3 y Xbox 360)

Todos los que hemos jugado juegos de pelea lo sabemos: el último jefe siempre es un desgraciado. Generalmente tiene más vida que tú, pega más fuerte y en algunos casos, hasta regenera su energía. Hay muchísimos ejemplos de jefes horrendos a los cuales más de uno les hemos desarrollado cierto odio con el paso de los años: M. Bison, Abyss, I-No, Hazama… Pero esta generación, el que se lleva el premio es Shao Kahn.

Este hijo de perra no sólo pega mucho más fuerte de lo normal, sino que a veces tiene súper armadura (puede resistir golpes sin que se cancelen las animaciones de sus ataques) y tiene un mazo que, al arrojarlo, es imposible bloquearlo – ya antes nos ha pasado que el señor Kahn se pone loco y decide terminar con la pelea arrojándonos 3 mazos seguidos y nosotros somos incapaces de evitar que nos haga ese daño monumental. Ah, y claro, está su ataque de rayos X, que baja más de la mitad de la vida.

Pero eso no es lo peor. Lo peor es que cuando pierdes y el cabrón decide perdonarte la vida, tienes que soplarte un instante en donde sale su chica/esclava/conocida y le abraza la pierna con un suspiro. Es uno de los momentos más incómodos que existen y es el castigo que el juego te impone por haber perdido ante el emperador.

7. Immoral Beast (Catherine para PS3 y Xbox 360)

Catherine definitivamente no es un título sencillo. Tienes que estar muy a las vivas para terminar el nivel rápido y que el vacío no te alcance. Sin embargo, en los primeros niveles, el juego te da oportunidad de que te vayas fogueando y sepas qué onda con las reglas bajo las que se rigen los acertijos. Incluso el primer jefe que te ponen está bastante relajado.

Y entonces llegas al tercer nivel.

El jefe de esta escena no sólo es feo como la oscura noche, sino que te agarra en un momento en el que todavía estás bastante verde. Quizá los niveles anteriores se te hicieron un flan, pero aquí la torre es un poco más complicada – y a eso, súmale que te va persiguiendo un trasero con ojos y lengua que dispara mugres que cuando te tocan, te invierten los controles… Hurra.

Sin duda alguna, esta es una de las batallas contra jefes más estresantes y complicadas que he jugado. La buena noticia es que cuando menos te curte un poco para los siguientes desafíos…

6. La escena de Hornet Man (Megaman 9 para Xbox Live Arcade, PSN y WiiWare)

¡SÍ CUENTA, SÍ CUENTA! Sé que es básicamente un juego de 8 bits, pero salió para plataformas de la generación actual; así que si a alguien no le gusta, “lástima Margarito”.

Como Catherine, Megaman 9 es un título difícil desde que lo empiezas hasta que lo acabas y cada nivel presenta un reto. Seguramente algunos de ustedes pensarán en la escena de Plug Man, por los cubos que aparecen y desaparecen; otros tantos quizá tengan en mente el nivel de Jewel Man y alucinan los malditos columpios.

Pero para mí, la parte que más me costó trabajo fue la guarida de Hornet Man por dos razones: las tijeras que se encontraban junto con las plataformas retráctiles cerca del final y lo peor, la florecita que te salía como subjefe a la mitad. ¡Hija de la chingada! ¡Podía ser más difícil que muchos otros jefes!

Ah, claro; y Hornet Man también era complicado si no llegabas con el arma que lo hacía caca.

5. Las Minas (Donkey Kong Country Returns para Wii)

Ciertamente Donkey Kong Country Returns no es tan complicado como sus antecesores, pero eso no quiere decir que no pueda sacarte unas lágrimas, en especial cuando llegas a las minas.

En esta sección, el título no escatima en gastos para poner a tu paso lo que parece un sinfín de niveles de carritos y barriles-cohete en los cuales necesitas mucha coordinación y muy buenos reflejos para no morir como un tarado. Por supuesto, una buena memoria también ayuda, porque seguramente sí vas a perder muchas, muchas vidas.

No sientas vergüenza si en algún momento tienes que ir a la choza de Cranky a pedirle un descuentito por un paquete de vidas: todos estuvimos ahí, y yo gracias a esta zona del demonio.

4. Hordas de jefes (Gears of War 3 para Xbox 360)

Gears of War 3 es un juego que nos ha hecho perder muchísimo tiempo. El modo Horda es ganador: de lo más divertido y adictivo que hay en videojuego, punto. Y la diversión tiene el potencial de aumentar a niveles inimaginables con las hordas de los jefes… o bien, convertirse en terrible frustración – pero al menos las risas no van a faltar.

No todos los jefes de las hordas son tan difíciles, pero hay ciertos casos que nomás de verlos te pones a llorar, como las Berserkers y el Brumak, que puede destruir a un jugador incauto que sea lo bastante inepto o desafortunado como para estar a su paso cuando va por ti. Y, por supuesto, el resto de los enemigos no hacen más fácil la tarea.

No importa lo buenos que sean tus valedores, siempre va a haber una de estas batallas en las que vas a estar corriendo por tu vida por todo el escenario, disparando a lo que se mueva frenéticamente y rezando que el jefe no esté detrás de ti y listo para matarte salvajemente.

3. Great Tiger (Punch-Out!! para Wii)

De los juegos que hay para el Wii, Punch-Out!! es, siento yo, el más difícil. No sólo se necesitan buenos reflejos, sino que también necesitas una buena memoria para saber cuándo y cómo te va a atacar dado personaje.

Punch-Out!! empieza más o menos tranquilo. El primer circuito es relativamente sencillo y el segundo parece ir, en un principio, por el mismo camino hasta que te enfrentas a Great Tiger. Este hijo de puta es el filtro del juego; si logras vencerlo, te enfrentarás a enemigos más difíciles y que requieren de toda tu paciencia… pero todo empieza con este hindú de poderes misteriosos.

La batalla con Great Tiger es la primera de muchas que te van a sacar más de una grosería dirigida a tu consola; y no hay nada peor que estar en la lona mientras el réferi inicia la cuenta de K. O. mientras 3 copias distintas de este cabrón místico se mofan de ti.

2. El puente (Left 4 Dead 2 para Xbox 360 y PC)

Pinche nivel. Con esas dos palabras resumo mi sentir por esta maldita escena. No por nada es la última parte del último nivel de Left 4 Dead 2.

Esta prueba final contrasta mucho con las anteriores, ya que generalmente te ponen en un lugar encerrado en donde debes atrincherarte y aguantar a que pase algo antes de poder avanzar y largarte de ahí. Aquí no; aquí se trata de llegar de un punto A a un punto B. El problema es que debes atravesar una marabunta de zombis en un espacio muy estrecho donde si no te fijas por dónde estás caminando, puedes resbalarte y quedar colgando del puente, y si uno de tus compañeros es lo bastante caritativo como para ir a salvarte el pellejo, se encontrará siendo aplastado por una multitud de zombis rabiosos, con todo y monstruos especiales.

Hasta la fecha, jamás he logrado pasar este nivel sin perder por lo menos a uno de mis compañeros. Incluso cuando lo jugué con mi hermano y me pidió que le bajáramos la dificultad terminé siendo el único imbécil que llegó al helicóptero con vida… No puedo decir otra cosa sino: maldito puente estúpido, ojala te caigas.

Y el momento más difícil según yo de los juegos de esta generación es:

 

1. Dark Souls: TODO EL PINCHE JUEGO (Dark Souls para PS3 y Xbox 360)

De acuerdo: sé que estoy haciendo un poco de trampa, porque únicamente debería de estar eligiendo momentos… Sin embargo, al estar pensando en qué instante de Dark Souls elegir para ponerlo en la lista, llegué a la conclusión de que no importaba: TODO el juego me costó un chingo de trabajo y cualquier instante que hubiera elegido estaría en este primer puesto.

No dudo que los eruditos que jugaron Demon’s Souls estarán en desacuerdo y pensarán que soy un novato por no ponerlo en este puesto. La cosa es que yo no lo jugué: la única experiencia que tengo es con su secuela y por lo mismo, le reservé este sitio sólo a ella.

He perdido la cuenta de las veces que he tenido que dejar el control un rato y darme un paseo por ahí para despejar la cabeza y tranquilizarme, pues ningún juego jamás me había pintado el dedo por tanto tiempo como éste. No cabe duda: Dark Souls es una experiencia cabronamente difícil desde el primer momento en el que tomas el control hasta que ves los créditos de los creadores.

Pero pese a todas las groserías que este bastardo me sacó, me dejó con un sabor de boca fantástico. No puedo enfatizar lo mucho que me gustó este título. Es una experiencia que no puedo dejar de recomendar, aunque consista en recibir repetidas e inmisericordes patadas en los testículos.

Dark Souls es uno de los títulos más difíciles que he jugado en toda mi vida, pero por lo mismo, haberlo conquistado conllevó un sentimiento de recompensa increíble que hasta ahora me tiene muy contento y satisfecho.

Y ése fue mi top 10. ¿Ustedes qué opinan? ¿Cuáles han sido los momentos de esta generación que más los han sacado de quicio a ustedes? ¡Dejen sus comentarios!